Sobre Last Samurai Standing en pocas palabras:

El Último Samurai de Pie es un drama de acción japonés de 2025 en Netflix. Ambientada en 1878 durante la Restauración Meiji, se centra en 292 exsamuráis que se unen a un torneo letal llamado Kodoku. ¿El premio? 100 mil millones de yenes que cambian la vida. Pero solo un guerrero puede sobrevivir, y el camino a Tokio está pavimentado con traición, sangre y ambición.

Conoce a los personajes de El Último Samurai en Pie

Shujiro Saga

Shujiro Saga es ese protagonista serio que todos quieren tener en su equipo, el tipo de samurái que parece tener siempre una nube detrás (literal y metafóricamente). Silencioso, implacable en combate y con una moral que a veces lo consume, pero también increíblemente torpe con las cosas del diario —le quemó el té una vez y jura que no fue culpa suya. Tiene un pasado oscuro, cicatrices que cuentan historias que él nunca termina de explicar, y un sentido del humor seco que te sorprende cuando lo suelta. Ah, y colecciona cajas de cerillas por alguna razón, o era sellos… nunca estoy seguro, pero es adorable y un poco ridículo, ¿no?

Futaba Katsuki

Futaba Katsuki es energía pura y alguien que probablemente te hackearía el reloj solo para comprobar si estás despierto —en serio, no te confíes con esa sonrisa. Estratega nata, amante de los gadgets y con un ego que cabe en una lata de refresco, pero que también sabe cuándo arriesgarlo todo por su gente. A veces actúa como si fuera incapaz de sentir (¡mentira!), porque se disuelve en pequeñas muestras de cariño, como dejar notas ridículas en tu mochila o secar tus calcetines a escondidas. Le dan alergia los gatos pero secretamente adopta a uno cada mes, o eso dice su madre; yo lo vi con tres a la vez una vez.

Iroha Kinugasa

Iroha Kinugasa es la sanadora tierna que también podría patearte la cara si se lo propones —sabia y con manos suaves pero una mirada que corta. Ama las flores y siempre huele a lavanda (o tal vez limón, depende del capítulo), y lleva tatuajes diminutos que nadie nota hasta que importan muchísimo. Es paciente, perfeccionista, y canta canciones infantiles mientras cura heridas en medio del caos, lo que es adorable y un poco perturbador. Tiene debilidad por los dulces, aunque jura que nunca come pastel, y guarda una pequeña daga bajo la almohada «por seguridad», claro.

Kyojin Tsuge

Kyojin Tsuge es un mastodonte con corazón de poeta —grande, rudo, y con manos que podrían levantar un caballo, pero también escribe haikus sobre el amanecer. Exmercenario, protector irreductible del grupo y con un sentido del honor casi anticuado, pero no es raro verlo tartamudear cuando tiene que decir «te quiero» o incluso «gracias». Fuma (o no fuma? creo que dejó de hacerlo), siempre come más de lo que necesita y tiene una colección de figuritas de papel, sí, ¡papel! —cosas pequeñas y cursis. Le tienen miedo las ranas (no es broma), lo que lo hace terriblemente simpático y sorprendentemente humano.