Sobre Castlevania en pocas palabras:

Castlevania es una serie de televisión animada basada en la clásica franquicia de videojuegos del mismo nombre. El programa sigue las aventuras de Trevor Belmont, miembro de la famosa familia Belmont de cazadores de vampiros, mientras lucha contra las fuerzas de la oscuridad en un mundo donde Drácula y sus secuaces amenazan con destruir toda la humanidad. Con una animación impresionante, escenas de acción increíbles y una trama emocionante que te mantiene al borde del asiento, Castlevania es una serie imprescindible para los fans de la acción, el horror y los videojuegos.

Conoce a los personajes de Castlevania

Trevor Belmont

Trevor es ese cazador rudo y medio desaliñado que te cae bien al instante, como el tío que te da la charla y luego te pasa una cerveza. Es duro, sarcástico y tiene un sentido del deber que pesa como una armadura antigua, pero también, juro, a veces se le ve arreglando cosas con una paciencia que no pega con su pinta. Tiene un humor seco que duele y un pasado que lo arrastra, aunque finge no importarle (mentira, sí le importa). Y ojo, tiene una sorprendente afición por las botas impecables, sí, lo sé, contradicción total.

Alucard

Alucard es la mezcla perfecta de melancolía elegante y peligro contenido, serio pero con momentos de ironía fría que te dejan helado. Guarda secretos milenarios, toca el piano mentalmente y a veces parece más humano que los humanos que protege; es un solitario con un código de honor raro, casi poético. Se mueve con calma letal y tiene ese aire de «no hables de mi padre» que le da mil puntos de misterio. A veces pierde la paciencia y come pastel —o eso se rumorea—, así que no todo es tragedia gótica.

Hector

Hector es el herrero que nunca pensaste que necesitarías para salvar el mundo; bonachón, directo y con instintos familiares muy fuertes, pero también con una culpa pegada al alma. Es gracioso, terco y sorprendentemente sentimental (sí, el mismo tipo que rompe cosas por estrés y luego planta flores, juro). Tiene un talento para hacer pactos complicados y cara de «¿otra vez?», es como un oso malhumorado con corazón. A veces habla como si fuera un filósofo de taberna y otras veces actúa sin pensar, lo cual, admitámoslo, es encantadoramente peligroso.

Isaac

Isaac es el silencio en persona, la calma que da miedo; trabaja con una precisión fría y a veces te hace pensar que no siente nada, pero hay fuegos interiores que explotan en momentos raros. Leal a sus ideas hasta lo extremo, casi mecánico en su eficiencia, y sin embargo tiene gestos humanos —un cigarro que no fuma, una canción tarareada en momentos absurdos— que te rompen la imagen de máquina. Es implacable y triste, con un sentido del humor oscuro que aparece de cuando en cuando (y te sorprende). Es el tipo de personaje que se te queda en la memoria aunque no quieras, y sí, puede que coleccione cuchillos, o tal vez solo los mira mucho.

Carmilla

Carmilla es puro glamour vampírico con veneno en el bolsillo y una sonrisa que no es buena señal; elegante, manipuladora y deliciosamente cruel cuando quiere. Tiene ambición, estrategia y un gusto impecable por las fiestas y las intrigas, pero también disfruta de una conversación filosófica, lo cual la hace peligrosa y aburrida a la vez (no, en serio, es fascinante). Ama el poder y los juegos de salón, y tiene esa combinación de cortesía aristocrática con un sutil desprecio por la moral común. Ah, y colecciona abanicos —o quizás solo los rompe contra el suelo para dramatismo—, pequeño detalle teatral.

Saint Germain

Saint Germain es el encantador enigma: erudito, excéntrico y con una sonrisa que sugiere que sabe más de lo que dice (porque lo sabe). Es viajado, elegante, le gustan los misterios, la literatura y tal vez la alquimia, y siempre aparece en el momento justo, como si tuviera reloj interno y mapa del destino. Tiene un aire de caballero del siglo XVIII mezclado con un tipo de bar de carretera que cuenta historias raras, y sí, a veces se contradice sobre su propio pasado —intencional o no— y eso lo hace irresistible. Oh, y tiene una taza de té favorita que cree que cura la melancolía; definitivamente tiene costumbres raras.

Dracula

Dracula es la tragedia en forma humana y también monstruo ancestral; imponente, obsesivo y lleno de un amor que se vuelve devastador, como un huracán elegante. Es noble y terrible al mismo tiempo, con discursos que parecen sonar a poesía antes de aplastar ciudades (dramático, sí, y con estilo). Su dolor personal lo convierte en una figura compleja: no es solo maldad gratuita, sino una tormenta emocional que hace cosas horribles por razones que entiende y que no te justifican, pero sí te perturbaban. Tiene un gusto por las rosas y los puentes góticos —y por los accesorios oscuros, obvio—, lo que le da un cierto glam que no esperabas.

Sypha Belnades

Sypha es fuego controlado: inteligente, apasionada y con una energía que te pega como un hechizo bien lanzado; estudiosa y poderosa, y además súper empática, lo cual es… wow. Habla de libros y luego lanza relámpagos, literal, y tiene esa mezcla de profesora de magia y amiga que grita en las batallas (a veces literalmente). Es determinada, justa y a veces un poco ingenua en lo romántico, pero eso la hace humana, no perfecta, y es adorable. Ah, y suele tararear canciones extrañas mientras practica, así que sí, puede ser tiernamente distraída en los momentos menos apropiados.