Sobre Fate: Grand Order en pocas palabras:

Fate/Grand Order es un juego móvil gratuito basado en la novela visual Fate/stay night. Los jugadores siguen la historia de la Organización de Seguridad Chaldea, enviada para prevenir la extinción de la humanidad deteniendo las incursiones demoníacas desde un universo paralelo. Los jugadores luchan contra estos monstruos con equipos de poderosos Servants para manejar una variedad de armas y poderes especiales.

Conoce a los personajes de Fate: Grand Order

Artoria Pendragon

Artoria es la encarnación del rey perfecto… bueno, al menos en teoría; estoico, honorífico y con una determinación que da miedo a veces. Le importan las reglas y la justicia por encima de casi todo, pero a veces actúa como una adolescente confundida sobre su lugar en el mundo (sí, lo digo en serio). Tiene esa mezcla de nobleza fría y rarezas humanas, como que le guste la repostería en momentos rarísimos —no me preguntes por qué—. Siempre con la espada en alto y la responsabilidad en la espalda, imposible no admirarla aunque te saque de quicio.

Ishtar

Ishtar es puro fuego divino: vanidosa, juguetona y con una actitud muy “mira lo que puedo hacer”, pero también con un orgullo que la hace irresistible. Es glamorosa y coqueta, le encanta llamar la atención y destruir cosas cuando se aburre (en el buen sentido, digo, tipo catástrofe glam). Tiene un lado muy egoísta y a la vez sorprendentemente afectuoso con quienes despiertan su interés —confuso, ¿no?—. Es la diosa que llega a la fiesta y te roba el show, literal y figurativamente.

Miyamoto Musashi

Musashi es la calma y la tormenta a la vez; un samurái que parece meditar todo el tiempo pero que, cuando ataca, es pura precisión quirúrgica. Le gusta la perfección en el combate, y también en la caligrafía o en una taza de té, sí, es multitalento y un poco presumido con ello. Tiene ese aire de “yo ya lo vi todo” pero puede emocionarse con peleas nuevas como un niño, lo cual es adorable y aterrador. A veces se contradice y dice que no quiere fama y luego hace todo lo posible por ser legendario—clásico Musashi.

Okita Souji

Okita es la energía condensada: alegre, bromista y letal en combate, con una sonrisa que encubre una concentración brutal. Parece una chica despreocupada que come dulces y luego te deja fuera de combate sin que supieras qué pasó; es adorable y mortal. Tiene esa mezcla de responsabilidad samurái y frases juguetonas que te hacen sospechar que siempre está planeando algo. A veces muestra fragilidad —sí, de verdad— pero no por eso deja de ser el corazón feroz del grupo.

Scathach

Scáthach es esa maestra oscura que te intimida con solo mirarte; implacable, sabia y con una paciencia de siglos. Tiene un porte frío, casi mitológico, y aún así suelta comentarios sarcásticos como si fuera mala en esto de socializar (y en realidad no lo es, es que no quiere). Su habilidad para entrenar y destrozar rivales la hace leyenda, pero también hay destellos de esa figura casi maternal que aparece raramente y te parte el alma de bonito. Es letal, elegante y traumáticamente competente —no te acerques sin motivo.

Jeanne Alter

Jeanne Alter es la versión que vino a quemar todo… y sí, le encanta el caos con estilo, tiene rencor y lo muestra en cada gesto teatral. Es oscura, vengativa y a la vez irónicamente carismática; te hipnotiza aunque deberías correr. Se comporta como la anti-santa que sabe exactamente qué botones apretar, pero de vez en cuando (solo de vez en cuando) se le escapa algo de tristeza genuina. Es fuego y poesía amarga, y no, no admite que le gusten las flores, pero a veces las colecciona en secreto.

Ushiwakamaru

Ushiwakamaru es velocidad pura con un corazón enorme —joven, optimista y siempre lista para la aventura—; te contagia esa sensación de “vamos ya”. Es guerrera ágil y muy honesta, un poco impulsiva pero con un optimismo contagioso que te hace apoyarla aunque haga locuras. Le encanta competir, le encanta correr, y a veces habla como si estuviera en una carrera, literal y metafóricamente. A veces es demasiado formal (¿samurái educada?) y otras es como una amiga del barrio que te empuja a probar cosas nuevas.

Tamamo-no-Mae

Tamamo es la mezcla de encanto felino y agenda maquiavélica; adoradora de los mimos pero igual capaz de manipularte con una sonrisa y un montón de té. Es dulce, teatral y tiene un ego enorme, pero ojo: también es increíblemente leal a su persona de confianza (aunque se comporte como si fuera la protagonista). Ama las pachinko, los baños calientes y teorías de ‘cómo mejorar la vida’ en general —a veces contradictoria, dice que no es celosa y luego hace algo muy celoso—. Es la amiga que trae dulces y complots en la misma caja, y tú la quieres por eso.

Nero Claudius

Nero es puro drama, pasión y glamour imperial; vive para la escena, el aplauso y las esculturas (sí, también le gustan los pinceles y la poesía). Exuberante, cariñosa y un poco mandona, te hace sentir importante con un solo gesto, aunque espere que le aplaudas después. Es romántica en el sentido clásico y moderno a la vez: se enamora de la vida, de las artes y, a veces, de quien le presta atención. Tiene maneras de emperatriz y manías de adolescente —le encanta presumir su capa y también comprar helado a medianoche—.

Nightingale

Nightingale es… una enfermera enorme con corazón aún más enorme y problemas serios con la sutileza; enormemente maternal y totalmente aterradora cuando se propone algo. Es compasiva hasta extremos insospechados y, al mismo tiempo, disfruta un poco del caos médico (bastante). Habla con ternura pero puede organizar una carnicería estratégica para salvar a su gente —sí, contradictorio y glorioso—. Le encanta cantar y cuidar, y te hará sentir seguro aunque sea un poco intenso y dramático al estilo “médico épico”.

Minamoto-no-Raikou

Raikou es pura energía ruidosa: feroz, protectora y con un gusto terrible por el sake y la pelea (en el mejor sentido). Tiene una presencia imponente, cuida a su cuadrilla como una madre guerrera y al mismo tiempo se lanza a la batalla gritando como si fuera carnaval. A veces parece inconsciente del peligro y otras es sorprendentemente estratégica —una contradicción viable, sí—. Es leal hasta lo absurdo, ama la emoción y tiene un sentido del humor que da miedo cuando menos te lo esperas.