Sobre Smite en pocas palabras:

Smite es un MOBA gratuito, o Arena de Batalla Multijugador en Línea, donde los jugadores controlan dioses mitológicos y luchan entre sí en un campo de batalla de estilo fantástico. Los jugadores deben usar estrategia, habilidad y trabajo en equipo para derrotar al equipo oponente y asegurar objetivos.

Conoce a los personajes de Smite

Set, The Usurper

Set es pura tormenta y arena, el tipo que llega y rompe el tablero solo porque puede, y además lo hace con estilo. Tiene esa rabia antigua como si llevara una tormenta en el bolsillo, pero a veces se le nota extraño cariño por las cosas pequeñas — colecciona tazas de té rotas, no preguntes por qué. Es traicionero, sí, pero a menudo su traición tiene un plan retorcido que, en su cabeza, tiene sentido; y a veces no tiene sentido alguno, lo cual lo hace más divertido. En resumen: caos con protocolo, orgulloso y un poquito solitario.

Scylla, Horror Of The Sea

Scylla es el monstruo marino que todos recordamos porque aparece y arruina planes como si fuera un hobby, feroz y rencorosa y muy, muy hambrienta. Tiene ese aura de peligro constante pero también es curiosa con todo lo que brilla — conchas, monedas, celulares mojados, lo que sea — y colecciona cosas en cuevas rarísimas. No es solo fuerza bruta; hay una inteligencia retorcida ahí, casi juguetona, y a veces hasta parece que hace las cosas por aburrimiento, no por maldad. Ah, y odia cuando la llaman “simplemente animal”, se ofende y con razón.

Cu Chulainn, Hound Of Ulster

Cu Chulainn es la encarnación del guerrero épico: honor, velocidad, furia controlada… y una lealtad nivel perro guardián con armadura. Se vuelve berserker y es aterrador, pero también tiene rituales casi tiernos antes de pelear — toca su lanza como si fuera un instrumento, o canta algo que nadie entiende — y juro que una vez horneó pan. Es contradictorio, serio pero con chispas de humor seco; no habla mucho pero cuando lo hace pesa, y mucho. Básicamente: noble, imparable y con un extraño gusto por las cosas sencillas.

Bellona, Goddess Of War

Bellona es puro motor bélico: estrategia, sangre fría y esa confianza que hace que la gente la siga sin preguntar demasiado. Planea batallas como quien organiza una cena elegante, todo calculado, con gusto por la disciplina y los detalles (casi enfermizo, sí). Pero ojo, también puede ser cariñosa en momentos rarísimos, le gustan las flores y presume de su jardín marcial; es contradictoria y por eso la amas. En resumen: comandante nata, glamourosa y temible, con debilidades humanas que aparecen cuando menos te lo esperas.

Tsukuyomi, God Of The Moon

Tsukuyomi es serenidad nocturna hecha de luz plateada; frío en la superficie pero con capas y más capas de cosas interiores. Es distante, contemplativo, ama el silencio y las cosas bellas; a veces parece un artista melancólico que toca música que nadie escuchó, y otras veces devora pasteles a las tres de la mañana, cosa rara. Tiene un aire de misterio que te hace querer preguntarle todo, aunque él probablemente responda con un solo gesto y te deje pensando. En fin: elegante, etéreo y un poco impredecible cuando se trata de antojos gastronómicos.

Danzaburou, The Legendary Tanuki

Danzaburou es el clásico embaucador adorable: bromas, disfraces, y mil historias que siempre suenan exageradas pero encantan. Ama el sake y los trucos baratos, pero de vez en cuando suelta una verdad profunda como si fuera poeta borracho; es impredecible y entrañable. Se contradice mucho — dice que nunca miente y luego inventa una leyenda sobre cómo salvó a la luna — y eso lo hace aún más divertido. Lo ves y piensas “es un pillín”, y lo quieres de todas formas.

Cthulhu, The Great Dreamer

Cthulhu es la pesadilla con clase: dormita y mientras sueña cambia realidades, y sí, en serio, da miedo con solo pestañear. Tiene esa presencia cósmica que te hace sentir pobre e insignificante pero también curioso, como cuando miras al cielo en una noche extraña y quieres ser parte de algo enorme. Curiosamente, en fanfics y algo de lore aparece con gustos raros — le gusta el jazz o la porcelana fina, no lo discuto — lo cual lo humaniza un poco y lo vuelve aún más inquietante. Resumen: un gigante dormido que inspira tanto horror como fascinación.

Cupid, The God Of Love

Cupid es pícaro, adorable y peligroso en dosis iguales; sus flechas arruinan o salvan vidas y él parece divertirse con ambos resultados. Es juguetón, un poco meticuloso (lleva listas, sí, listas de “posibles parejas”), y tiene un ego diminuto y encantador; a veces es dulce y otras veces terriblemente sádico, todo depende del día. No es solo un niño con arco; es astuto, manipulador y secreto, y hay momentos en que parece el poeta más romántico del universo. En conclusión: adorable caos romántico, impredecible y totalmente eficaz.

Apollo, God Of Music

Apollo brilla como un reflector vintage: talento, belleza y el tipo de confianza que a veces roza la arrogancia pero que viene con mérito. Ama la música y la perfección, y se nota: cada nota es pensada, cada actuación es un espectáculo, aunque a veces se frustra por detalles minúsculos y la gente piensa que es drama, pues sí, un poco. Tiene ese lado luminoso y casi paternal con los que admira, y sin embargo tropieza con tecnología moderna como si fuera la primera vez que la ve — un dios con mala conexión Wi‑Fi, imagínatelo. En suma: maestro artístico, vanidoso y adorablemente humano.

Nemesis, Goddess Of Vengeance

Nemesis es la balanza que aprieta los dientes cuando la injusticia existe; fría, implacable y con un sentido del equilibrio que da respeto. No busca venganza por rencor sino por equilibrio, lo cual la hace más aterradora porque actúa con lógica y frialdad quirúrgica; y sí, a veces disfruta arreglar cuentas con estilo, con una pizca de teatralidad. Tiene detalles suaves también, como si hiciera pasteles mientras planea un ajuste de cuentas, lo cual es un poquito perturbador y a la vez fascinante. Básicamente: justa hasta lo extremo, con un toque de artista oscuro.

Erlang Shen, The Illustrious Sage

Erlang Shen es la mezcla perfecta de sabiduría y músculo, ese tipo serio que además tiene un tercer ojo que no es solo decorativo y vigila todo. Es justo, metódico y tiene un perro fiel que le roba escena — el perro es lo mejor, de verdad — y a menudo se le ve resolviendo cosas con paciencia de monje guerrero. Le gusta la astronomía y los rompecabezas, se le da bien el orden, aunque a veces se pone terco como un niño cuando algo le toca la moral. En resumen: sabio, poderoso y con ese lado práctico que lo hace increíblemente confiable.