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¿Qué personaje de ‘Uncharted’ eres?

¿Eres fan de la serie Uncharted? ¿Crees que tienes lo necesario para ser parte de la tripulación? Realiza este cuestionario y descubre qué personaje de la serie de televisión Uncharted se adapta a tu personalidad. ¿Eres un aventurero encantador como Nathan Drake o un hábil hacker como Chloe Frazer? Desplázate hacia abajo y haz clic en el botón de inicio para comenzar el cuestionario y descubrir tu alter ego de Uncharted.

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Uncharted eres?

Sobre Uncharted en pocas palabras:

Uncharted es una serie de videojuegos de acción y aventuras que sigue al cazador de tesoros Nathan Drake en sus aventuras por todo el mundo. El juego ha inspirado una serie de televisión, que se estrenará en 2022 en HBO, que explorará la historia de algunos de los personajes favoritos de los fans, incluyendo a un joven Nathan Drake. La serie promete estar llena de acción, humor y emocionantes aventuras, al igual que los juegos.

Conoce a los personajes de Uncharted

Nathan Drake

Nathan es ese héroe descarado que siempre llega tarde, con una sonrisa torcida y las manos llenas de barro (y de mapas falsos, seguramente). Aventurero por vocación y maníaco de las coincidencias, se mete en líos que harían sudar a cualquiera, pero luego te dice un chiste y ya todo está bien. Es sorprendentemente sentimental a veces —sí, llora por un diario viejo— pero también pagaría cualquier cosa por la siguiente gran pieza de oro, aunque dice que no le interesan las riquezas (mentira). Tiene una mezcla extraña de torpeza física y reflejos de gato callejero; literalmente no sabes si se tropieza o si lo planeó todo.

Chloe Frazer

Chloe es puro filo y brillo; atractiva, lista y con un sexto sentido para encontrar joyas (y problemas). Vive al borde entre la lealtad y la traición, cambia de bando según le convenga, pero rara vez se queda sin estilo —y esos collares no son por casualidad. Tiene una voz que convence y un bolsillo secreto para herramientas extrañas, y sí, probablemente tiene una lista de nombres tachados en una libreta escondida. Es independiente hasta decir basta, aunque cada tanto muestra un lado sorprendentemente tierno, como si guardara canciones románticas en su teléfono (no lo admitiría).

Victor Sullivan

Sully es el mentor canoso que fuma puros como si fueran medallas y sonríe en situaciones imposibles, el tipo que te salva y luego te cobra un ojo de la cara (literalmente). Es viejo escuela: elegante, bocazas, con historias mejores que la verdad, y aun así tiene un corazón enorme —¿o era otro puro?—. Le encanta la buena comida, el mal whisky y presumir de sus cataratas de juventud, pero cuando hace falta es la roca que sostiene al grupo; eso sí, a veces se pone dramático y te abraza como si fueras su nieto desaparecido. Tiene siempre un pañuelo (o dos) y una colección de excusas épicas para todo.

Braddock

Braddock es el tipo peligroso de traje impecable y mirada fría, el rival calculador que nunca muestra emoción (a menos que sea demasiado feliz por un mapa perdido). Profesional, despiadado y con recursos, parece más modelo de militar corporativo que humano, aunque en algún rincón tiene una afición bizarra por los relojes antiguos —no preguntes por qué, él tampoco lo sabría explicar. Es la clase de antagonista que planifica cinco pasos adelante y todavía se sorprende cuando algo falla; odia el desorden, ama el control y guarda rencores como quien colecciona monedas. Si estuvieras en su bando, tendrías comida segura y pocas sonrisas.

Moncada

Moncada tiene esa vibra de líder revolucionario convertido en cazador de tesoros: carismático, peligroso y con una ideología que a veces parece verdadera y otras un poco convenientemente conveniente. Es impredecible, habla con pasión sobre el pasado y la gloria nacional, pero también dispara primero y luego explica (o no explica). Tiene maneras elegantes, como si hubiera estudiado etiqueta, y al mismo tiempo te da miedo porque su mirada puede volverse de hielo en segundos; por otro lado, le molan los piropos cursis —sí, en serio, eso lo rompe a la mitad. A veces actúa como poeta melancólico, otras como dictador en miniatura; mantenerlo cerca es como sostener un fósforo encendido.