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¿Qué personaje de ‘Nightmare Alley’ eres?

¿Alguna vez te has preguntado qué personaje de la emocionante nueva serie de televisión, Nightmare Alley, se parece más a ti? ¡Bueno, ahora puedes descubrirlo! Toma nuestro divertido y emocionante cuestionario y descubre con qué personaje te identificas más. ¿Tienes la astucia y ambición de Stanton Carlisle, la confianza y el atractivo de Molly Cahill o la oscuridad y manipulación de Lilith Ritter? Haz clic en el botón de inicio a continuación y comienza el viaje para descubrir tu verdadero personaje de Nightmare Alley.

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Nightmare Alley eres?

Sobre Nightmare Alley en pocas palabras:

Nightmare Alley es una cautivante serie de televisión que sigue la historia de un carismático estafador, Stanton Carlisle, mientras navega por el sórdido mundo de los espectáculos de feria y los engaños en la década de 1940. Llena de giros, vueltas y traiciones inesperadas, este oscuro drama explora temas de avaricia, poder y manipulación mientras sus complejos personajes planean y engañan para llegar a la cima. Con un elenco de estrellas y visuales impresionantes, Nightmare Alley es una obligación para cualquier persona que ame un buen thriller.

Conoce a los personajes de Nightmare Alley

Stanton Carlisle

Vale, Stanton es el tipo que te hace creer en cualquier cosa y luego te das cuenta de que él mismo no está muy seguro de en qué cree — o quizá sí, quién sabe. Es ambicioso, brillante en el engaño y con una sonrisa que debería venir con advertencia; habla suave y bosteza a veces, como si estuviera medio dormido mientras te roba el reloj. Tiene gusto por los trucos elaborados y los libros de anatomía, colecciona monedas (aunque dice odiar el dinero) y de vez en cuando tararea una canción infantil cuando está nervioso. En el fondo es un superviviente —carismático, contradictorio y un poco trágico—, y sí, a veces llora en baños públicos, lo juro, lo vi (o tal vez me lo inventé).

Dr. Lilith Ritter

Dra. Lilith —no puedo no llamarla Dra., aunque la etique­ten como quieran— es afilada, elegante y letal con una sonrisa que te examina hasta los huesos. Psiquiatra, manipuladora y con un gusto por los escotes discretos, parece saber exactamente qué botón apretar para que alguien confiese su vida entera… y luego lo use en su propio beneficio. Ama el orden, los guantes de cuero y los relojes caros, pero guarda cartas marcadas en su bolso (sí, lo vi o lo soñé), y bebe té como si fuese ritual. Fría pero con momentos de crueldad casi tierna, es esa mezcla peligrosa de calma clínica y fuego debajo de la blusa.

Zeena the Seer

Zeena es el arquetipo del misterio de feria: veľa, ojos agudos, voz que arrastra y una mesa llena de cristales y runas que probablemente están pegadas con cinta. Se presenta envuelta en seda y humo, predice con solemnidad todo lo que ya sospechabas, y a veces dice la verdad porque le resulta divertido —no siempre por bondad—. Tiene un tic de frotarse las manos y colecciona fotografías antiguas de extraños (sí, ¡extraños!), y aunque parece muy espiritual, también disfruta de los chismes de pueblo como el resto de nosotros. Es profundamente humana debajo del disfraz místico; a veces tiene piedad, otras dispara sarcasmos como dardos.

Clem Hoatley

Clem es ese compañero grande, tosco y a la vez adorable del circo; te da la sensación de que puede partirte la cara y después ofrecerte un sándwich como si nada. Leal hasta la médula, trabajador de manos fuertes, canta canciones de bar con voz rasposa y nunca llega a tiempo (o dice que no llegó, depende). Es protector con los suyos, propenso a la tristeza silenciosa y tiene una risa que aparece cuando menos la esperas —también guarda recortes de periódico como si fuesen tesoros, no lo sé por qué—. A veces es ingenuo, a veces sorprendentemente sabio; es el hombro al que quieres llorar, aunque tenga una manera horrible de arreglar las cosas.

Ezra Grindle

Grindle es el tipo de hombre que se sienta al fondo de la oficina y huele a dinero y a tabaco barato; un capitalista del espectáculo con una sonrisa de cuchillo. Calculador, avaro y con una paciencia de relojero, hace tratos que suenan justos hasta que no lo son, y parece disfrutar demasiado cuando los otros fracasan. Viste bien pero su corbata siempre tiene un hilo suelto, colecciona sellos (o quizás eran fichas de póker, juro que lo olvidé) y tiene un gato al que llama «mi oscuro consejero» aunque es probable que no exista. Es el motor frío del negocio: pragmático, despiadado y, en sus rarezas, sorprendentemente fiel a sus propias reglas.

Molly Cahill

Molly es fuego en forma de persona: dura, vulnerable, con una voz que puede romperte el alma o encender una sala, según le dé. Es solidaria con los de su círculo, feroz cuando la provocan y con unos ojos que no mienten —bueno, a veces mira a otro lado, lo confieso—. Trabaja duro, guarda secretos en un cajón y tiene una risa contagiosa que aparece cuando menos esperas; le gusta el café amargo y los dulces a escondidas, contradicciones incluidas. En resumen: valiente, complicada y preciosa en su imperfección; da la impresión de que siempre está a punto de estallar o de salvarte la vida, a veces ambas cosas al mismo tiempo.