Sobre The Terminal List en pocas palabras:

Terminal List es una serie de thriller llena de acción protagonizada por Chris Pratt como un Navy SEAL que emprende una misión de venganza después de que todo su pelotón sea emboscado. Con un reloj que corre y un enemigo peligroso, debe usar su entrenamiento militar y habilidades letales para descubrir la verdad y derribar a los responsables.

Conoce a los personajes de La Lista Terminal

Lauren Reece

Lauren Reece es la líder recia y práctica que arrastra al grupo sin pedir permiso, y sí, lo hace con estilo. Tiene un don para ver soluciones donde los demás ven problemas, organiza listas como si fueran rituales, aunque su bolso sea un caos épico. A veces fría, a veces cálida; se le nota en los ojos cuando falla, y juro que tararea canciones infantiles cuando está nerviosa (no me preguntes por qué). Protege a su gente como si fueran piezas de un tablero de ajedrez y odia mostrar la debilidad, pero secretamente escribe cartas que nunca envía. No siempre hace lo correcto, comete errores enormes y luego los arregla con una mezcla de orgullo y culpa — y eso la hace imposible y genial a la vez.

Katie Buranek

Katie Buranek es el torbellino emocional del grupo: impulsiva, dulce, y con una rabia contenida que asusta cuando sale. Cocina para calmarse (o quema las galletas, depende del día), y tiene una colección de camisetas viejas con mensajes que ya no entiende pero sigue usando. Se mete en líos por amor o por probar algo nuevo; a veces parece frágil y otras veces te sorprende con una decisión brutal e inesperada. Es la que llora en el coche mientras canta a todo pulmón y luego te tira un chiste seco; no encaja del todo y por eso la quieres. Tiene memoria mala para direcciones pero perfecta para rencores y cumpleaños (sí, los recuerda hasta cuatro años después).

James Reece

James Reece es el pilar silencioso, el tipo que habla poco pero hace mucho, y tiene esa mirada de quien ha visto demasiado. Trabajador, metódico, guarda secretos en armarios (no literalmente, quizá), y es el que planifica las cosas con una calma que da confianza. Puede ser autoritario sin querer; a veces se le nota la culpa en pequeñas manías, como revisar puertas cinco veces antes de dormir. Ama a su familia con una intensidad que no sabe cómo expresar, así que resuelve, protege y se pone a leer manuales de supervivencia por las noches. No es perfecto, en realidad mete la pata y se disculpa tarde, pero cuando importa aparece como un muro y también como alguien que canta horriblemente en la ducha.

Ben Edwards

Ben Edwards es el personaje carismático que te cae bien al instante: simpático, un poco sarcástico y siempre listo con una broma (mala) para el momento. Detrás de la sonrisa hay ansiedad; sobrecompensa con organización y agendas y a veces hace listas de listas, sí, eso pasa. Es leal hasta el punto de la terquedad y tiene tendencia a subestimar sus límites porque quiere ayudar; también colecciona bolígrafos, lo juro. No suele perder la calma pero cuando lo hace, sorprende mortíferamente — luego vuelve a sonreír como si nada.

Lucy Reece

Lucy Reece es la chispa infantil que resulta ser la más peligrosa porque tiene preguntas incómodas y no se cansa nunca. Lista, mordaz y con una imaginación que arma planes locos (y a veces brillantes), dibuja mapas en servilletas y los guarda como tesoros. A veces actúa como si nada la afectara y otras noches se queda despierta hablando con peluches; no es contradictoria, solo está descubriéndose. Tiene manía por los lápices de colores y por decir la verdad aunque duela, y cuando quiere algo, lo consigue con una mezcla de insistencia y ternura. No la subestimes: es capaz de cambiar el curso de una discusión con una frase y una mirada que parece mucho mayor que ella.

Secretary Lorraine Hartley

Secretary Lorraine Hartley parece la típica funcionaria de novela: ordenada, con gafas al borde de la nariz y un archivador para cada emoción. Es implacable con los plazos y tiene un bolígrafo rojo que usa con gusto (y miedo, según algunos), pero también guarda chicles y caramelos en un cajón secreto. Sabe toda la burocracia del lugar y todos los chismes, y aunque juzga a primera vista, termina ayudando de maneras raras e inesperadas. Habla poco pero cuando lo hace se la escucha; tiene esa mezcla de ironía seca y una extraña ternura que no admite que tenga. A veces parece encogerse de hombros, otras salva el día con un sello y una sonrisa torcida — es más importante de lo que deja ver.