Saltar al contenido

¿Qué agente de S.H.I.E.L.D. eres?

¿Alguna vez te has preguntado qué agente de S.H.I.E.L.D. serías en el Universo Cinematográfico de Marvel? ¡Ahora es tu oportunidad de descubrirlo! Realiza nuestro cuestionario y descubre qué habilidades y personalidad de los agentes de S.H.I.E.L.D. se ajustan mejor a las tuyas. Ya sea que seas más como el estratega Nick Fury, la luchadora intrépida Melinda May o los expertos en tecnología Fitz y Simmons, este cuestionario revelará tu verdadera identidad de S.H.I.E.L.D. ¡Haz clic en el botón de inicio a continuación para comenzar el cuestionario y desbloquear tu destino como agente de S.H.I.E.L.D.!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué agente de S.H.I.E.L.D. eres?

Sobre Agents of S.H.I.E.L.D. en pocas palabras:

«Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D.» es una serie de televisión basada en la organización de cómics de Marvel S.H.I.E.L.D. La serie sigue las aventuras del agente Phil Coulson y su equipo de agentes mientras investigan y combaten varias amenazas al mundo. Con una mezcla de acción, humor y drama, el programa explora las relaciones entre los agentes y sus luchas personales mientras navegan por el peligroso mundo del espionaje y los superhéroes. El programa se emitió durante siete temporadas desde 2013 hasta 2020 y es amado por los fans del Universo Cinematográfico de Marvel.

Conoce a los agentes de S.H.I.E.L.D.

Jemma Simmons

Jemma es la científica que no sabía que podía ser tan valiente pero aquí estamos, entregando teorías y ternura en cantidades industriales. Es brillante, meticulosa hasta el punto de poner nombres a los microscopios y, sin embargo, pierde los bolígrafos todo el tiempo (¿dónde están esos bolígrafos?). Tiene un corazón enorme y una curiosidad que la empuja a hacer cosas peligrosas aunque dice que no le gustan los sobresaltos —mentira, sí le gustan los sobresaltos, sólo los asimila con té y un diagrama—. Y siempre, siempre trae una taza de té con una grieta que jura que le trae suerte.

Daisy ‘Skye’ Johnson

Skye es energía cruda: hacker rebelde que se volvió heroína con poderes sísmicos y con una opinión sobre todo (y la comparte, claro). Es sarcástica, hiperprotectora con su gente, y tiene una melodía pegajosa que tararea cuando está pensando en algo listo y cruel a la vez. Le encanta cambiarse el pelo, tiene más tatuajes de los que recuerda y a veces ve películas románticas mientras planea la siguiente misión —sí, contradicción total, pero así es ella—. Nunca subestimes esa mezcla de ternura endurecida por la calle y un sentido de justicia que podría mover montañas (literalmente, a veces).

Leo Fitz

Fitz es el cerebro con ansiedad incluida, adorablemente torpe socialmente pero con ideas que te hacen decir “¿cómo no lo pensé yo?”. Ingeniero de primer nivel, capaz de construir un artefacto con chicles y un clip, y también de romperte el corazón con una mirada tímida cuando habla de Simmons. Sabe todo de física y nada de citas —y aun así, de vez en cuando, cuenta un chiste terrible que te hace reír—. Tiene una colección de gadgets diminutos y camisas que no combinan, lo que lo hace entrañable y un poco caótico, como un experimento que salió perfecto por accidente.

Grant Ward

Ward es el tipo que te atrae aunque te diga que no confíes en él; soldado, manipulador y más complicado que un laberinto con espejos. Tiene disciplina de hierro y una sonrisa que usualmente viene con una agenda oculta, pero a veces (sí, a veces) muestra lealtad genuina, lo que lo vuelve peligrosamente humano. Le gusta mantener todo pulcro —botas brillantes, habitación ordenada— y también tararea para concentrarse, lo que es raro y un poco desconcertante. Es el ejemplo clásico de “no es tan simple”, un antagonista que te obliga a mirar dos veces y sentir algo raro mientras lo haces.

Melinda May

May es la leyenda, la “Cabalry”, la mujer que no habla mucho pero que cuando actúa, es definitivo y perfecto —y sí, tiene una cara de pocos amigos permanentemente, pero no es que no sienta, es que guarda un océano adentro. Es letal en combate, increíblemente protectora y, sorpresa, colecciona plantas (aunque dice que no tiene mano verde, lo cual es discutible). Odia la charla vacía pero sabe exactamente cuándo un silencio dice más que mil palabras; además tiene un humor seco que aparece en los peores momentos. Y ojo: a veces la verás con gafas de sol aunque esté dentro, porque sí, así es May y punto.

Phil Coulson

Coulson es el corazón moral de S.H.I.E.L.D., mezcla de jefe amable, nerd de cómics y agente que puedes seguir al fin del mundo porque confías en él. Tiene una serenidad extraña (y a veces llora con anuncios de comida, no es broma) y colecciona recuerdos pequeños que te hacen cagar de ternura; su lealtad es casi tangible. Siempre parece tener un plan B, C y una taza de café, y su sentido del humor es del tipo que te hace rodar los ojos y luego sonreír. Es oficial, papá no oficial del equipo y aun así podría llamar a la esposa de un villano para pedirle el número de su perro —típico Coulson.

Alphonso ‘Mack’ Mackenzie

Mack es el pilar: mecánico, honesto hasta doler y con manos que arreglan motores y corazones en la misma tarde. Es práctico, protector, y tiene una risa que rompe su propio tono grave; le encanta la ingeniería pero a veces habla como si estuviera reparando una estufa cuando en realidad está consolando a alguien. Le mola el café bueno, las herramientas viejas y es sorprendentemente sentimental con recuerdos tontos (una llave inglesa con nombre, por ejemplo). Y sí, puede cargar la entrada del helicóptero solo, pero también llorar con poemas mal rimados —contradicciones incluidos, gracias a su enorme humanidad.

Elena ‘Yo-Yo’ Rodriguez

Yo-Yo es velocidad pura con un genio rápido y un sarcasmo que corta; si está de mal humor, mejor correr o hacerle caso (literalmente corre). Tiene el poder de desplazarse rapidísimo y volver al punto original, lo que la hace genial en misiones imposibles y en escapar de reuniones familiares incómodas —lo juro—. Es impulsiva, súper leal y tiene la costumbre de golpear el hombro de la gente cuando está nerviosa (no es agresión, es Yo-Yo-style). También es contradictoria: se queja de la atención pero secretamente disfruta las ovaciones; y cuando canta —muy bajito— te enteras de que tiene un gusto terrible por baladas noventeras.