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¿Quién eres de ‘House of the Dragon’ según tu estilo de vida?

¿Eres fanático de "House of the Dragon", el esperado preludio de "Game of Thrones"? ¿Alguna vez te has preguntado qué personaje de la serie serías según tus preferencias alimentarias? ¡Bueno, ya no te preguntes más! Toma nuestro divertido cuestionario y descubre qué personaje de House of the Dragon eres según tus comidas favoritas. ¿Tienes un diente dulce como Rhaenyra Targaryen, o prefieres platos salados como el Príncipe Daemon Targaryen? Haz clic en el botón de inicio a continuación y ¡descubramos!

Bienvenido al cuestionario: ¿Quién eres de House of the Dragon según tu estilo de vida?

Sobre House of the Dragon en pocas palabras:

«Casa del Dragón» es una próxima serie de televisión estadounidense creada por George R. R. Martin y Ryan Condal. Basada en el libro de Martin «Fuego y Sangre», la serie se desarrolla en el mundo ficticio de Westeros y sigue a la familia Targaryen, centrándose en los eventos previos a la guerra civil Targaryen, también conocida como la Danza de los Dragones. La serie es una precuela del exitoso programa «Juego de Tronos» y es muy esperada por los fanáticos.

Conoce a los personajes de House of the Dragon

Viserys Targaryen

Viserys es ese rey melancólico que quiere hacer lo correcto pero se le olvidan las instrucciones a mitad de camino, en serio, parece buena gente y a la vez siempre toma decisiones torpes. Tiene un corazón enorme y una debilidad por las historias antiguas (y por las tortas de miel, ¿quién diría?), pero le falta el pulso firme para imponer su voluntad. Es gobernante por herencia más que por convicción, y eso se nota en sus titubeos y en cómo intenta contentar a todo el mundo. A veces parece un padre achacoso y otras un monarca olvidadizo; contradictorio, sí, pero entrañable.

Mysaria

Mysaria es la superviviente nata: astuta, silenciosa y con una habilidad inquietante para aparecer donde menos la esperas, como si tuviera GPS para dramas. Tiene una historia de calle que la hace practicar un humor seco y comentarios que cortan como dagas, aunque por dentro guarda lealtades extrañas y pequeñas ternuras. Es espía, amiga, posible traidora; no le gusta el poder en sí, le interesa lo que el poder puede comprar (o proteger). Y ojo, siempre juega con un collar de cuentas que suena cuando está nerviosa, cosa que nunca puedes predecir del todo.

Daemon Targaryen

Daemon es el tío rebelde que amamos odiar y odiamos amar, explosivo, encantador y mortal en el mismo paquete, sí, ese combo peligroso. Va a caballo, con una sonrisa torcida y la sensación constante de que va a romper algo —o a salvarlo— en cualquier minuto. Es guerrear por el gusto de hacerlo a veces y, otras, es sorprendentemente leal a quien merezca su respeto (raro pero pasa). Tiene gusto por las apuestas altas, por las bromas pesadas y por los gestos grandilocuentes; si hay drama, Daemon ya puso de su parte.

Ser Criston Cole

Criston es el caballero que se toma la honra muy en serio, con esa rigidez de soldado que admira el orden y detesta el caos (aunque a veces él mismo se meta en embrollos). Es serio, ambicioso y con una mirada de “no me falles”, lo que lo hace perfecto para enfrentamientos y malos entendidos románticos. Tiene una vulnerabilidad rara, como si guardara cartas no enviadas y sueños de otra vida; le encantan las canciones tristes en voz baja, sí, algo así como un secreto culpable. Y aunque a veces parece de piedra, hay gestos pequeños —una flor dejada en silencio, una sonrisa apretada— que lo humanizan.

Rhaenyra Targaryen

Rhaenyra es fuego y orgullo: orgullosa, decidida y con una legitimidad que quema todo lo que se interpone; es como ver un dragón en forma humana. No se anda con tonterías, exige respeto y trabaja como si el trono fuera una deuda que pagar con sudor y coraje. También tiene un lado curioso y casi vulnerable: le gustan los caballos y los cuentos de infancia (sí, ese contraste la hace aún más intensa). Es líder por naturaleza y por derecho, y a la vez tiene momentos de ternura que te pillan desprevenido.

Alicent Hightower

Alicent es la definición de “sonrisa amable, puñal fino”: dulce a la vista pero calculadora con las cuentas, madre protectora y estratega envuelta en satén. Es política con gusto por los detalles domésticos (colecciona tazas, jura que es solo por la porcelana) y maneja alianzas como quien mueve piezas en un tablero invisible. No siempre se la entiende —a veces parece maternal, otras una jugadora fría— y eso la hace fascinante y peligrosa a la vez. Y sí, cuando se enfada baja la voz y te das cuenta de que ganó antes de pelear.

Rhaenys Targaryen

Rhaenys es la reina en la sombra: elegante, serena y con una fortaleza que no necesita gritar para notarse, más bien te mira y ya. Es independiente, ama el cielo y los viajes, y tiene una risa que suena por sorpresa cuando menos te lo esperas (como si guardara buen humor por si acaso). Le sobra dignidad y le falta paciencia para las chismosas cortes, pero es cariñosa con quienes la respetan. Tiene un gusto extraño por las cosas pequeñas —una caja de plumas, por ejemplo—, detalles que la hacen entrañable y casi impredecible.

Corlys Velaryon

Corlys es el mar en persona: aventurero, pragmático y con una ambición que huele a sal y a mapas viejos, siempre trazando rutas y cálculos comerciales. Es un navegante nato y un estratega económico, mezcla de lobo de mar y cortesano elegante, con un ego contenido pero feroz. Puede ser cariñoso con su familia y a la vez implacable en negocios; piensa en él como en alguien que negocia hasta por el viento. Tiene historias de viajes interminables y colecciona conchas enormes (o eso dice), lo que lo hace entrañable y un poco enigmático.

Ser Harrold Westerling

Ser Harrold es lealtad en forma humana, el caballero silencioso que protege con ojos de búho y un sentido del deber casi doloroso. No busca la gloria, solo cumplir su juramento y eso lo convierte en pilar de quien confía en él; habla poco y observa mucho, típico. Tiene un humor seco que aparece en los peores momentos y una costumbre rara de guardar galletas en el casco (no preguntes, tiene sentido para él). Es humilde y firme, y aunque parezca simple, tiene capas de fidelidad que sorprenden.

Otto Hightower

Otto es la mente del ajedrez político: calculador, metódico y algo frío, siempre tres pasos adelante y con mapas mentales de alianzas. Le gusta el orden, la previsión y las pequeñas satisfacciones del control (lleva un cuaderno, en serio, con listas detalladas). Es capaz de ser paternal si conviene, pero no confundan eso con ternura genuina: es estrategia con corbata. Y sí, a veces se le escapa una nostalgia antigua, como si en el fondo quisiera otra vida; contradictorio y exquisitamente irritante.