Sobre The Winchesters en pocas palabras:

Una épica historia de amor no contada de John y Mary sobre cómo no solo salvaron su amor sino también el mundo entero.

Conoce a los personajes de Los Winchesters

Millie Winchester

Millie es ese torbellino adorable que no sabes si abrazar o atarla a un poste, vive con una mezcla de curiosidad y sarcasmo que te hace reír en momentos inapropiados. Tiene una cabeza llena de planes —algunos brillantes, otros claramente improvisados— y una manía por coleccionar cerillas (no preguntes). A veces es ordenada hasta lo obsesivo y otras veces deja un desastre épico en su escritorio y jura que “era parte del proceso”. Ah, y canta en la ducha canciones que nadie conoce; me encanta que sea tan contradictoria, noble pero traviesa.

John Winchester

John es ese padre endurecido por la vida que aún así cuida como si el mundo fuera frágil, un líder nato con cicatrices y un mapa de culpas en la piel. Gruñón, directo, fumador ocasional de palabras duras, pero si lo miras de cerca tiene gestos sorprendentemente suaves (sí, incluso hace panqueques en secreto). Vive por una misión que a veces lo ciega, y aún así hay una lealtad feroz en él que te obliga a respetarlo. Lo imagino con un reloj de bolsillo, siempre perdiendo la llave del coche —lo juro, lo hace— y aun así siempre aparece cuando lo necesitas.

Carlos Cervantez

Carlos es el tipo carismático que arregla motores y corazones con la misma facilidad, tiene manos de trabajo y una sonrisa que usa como herramienta. Es ingenioso, rápido con las palabras y terriblemente impaciente con la burocracia (pero paciente con personas, curiosamente). Le encanta bailar a deshora y a veces tararea ópera mientras suelda, un contraste rarísimo pero totalmente suyo. Tiene tatuajes, ama el café aunque dice que lo odia, y siempre guarda un chicle en la mejilla como si fuera amuleto.

Mary Campbell

Mary es cálida pero peligrosa en la mejor manera posible: maternal, con una mente estratégica y una voluntad de hierro escondida bajo su delantal. Protege a los suyos como si fueran un ejército y puede planear una emboscada mientras hornea galletas (y ojo, sus galletas matan). Es discreta, intuitiva, y suele recordar detalles raros que nadie más nota —los cumpleaños, las manías, hasta la manera en que respiras cuando mientes—. A veces la ves llorar por una película tonta y al rato estar hablando de tácticas; la combinación la hace irresistible.

Ada Monroe

Ada es la rara brillante del grupo: científica, excéntrica, con gafas que siempre se deslizan por la nariz y una libreta llena de garabatos que, sorpresa, son ecuaciones. Vive en su mundo de experimentos y poesía corta, y tiene un gato que la ignora con profesionalidad (aunque jura que el gato la sigue con la mirada). Es puntual hasta lo obsesivo pero su laboratorio es un caos delicioso —libros, frascos, fotos polaroids pegadas en la pared—, y te sorprenderá con soluciones que parecen locas hasta que funcionan. A veces habla en metáforas y confunde a todos, pero eh, muchas veces tiene razón.

Latika Desai

Latika es silenciosa al principio pero con una presencia que llena la habitación: empática, ferozmente leal y con una paciencia que raya en la sabiduría. Es buena organizando gente, calmando crisis y recordando que la humanidad viene antes que la gloria, además tiene un sentido del humor seco que aparece de repente (y te rompe el día). Estudia remedios tradicionales y moderna medicina a la vez, guarda recetas antiguas en su bolsillo y un secreto imán para niños perdidos. A veces se sonroja cuando la llaman líder y otras veces toma decisiones con una autoridad que asusta un poquito, pero honestamente, es el ancla del grupo.