Sobre Battlestar Galactica en pocas palabras:

Battlestar Galactica es una serie de ciencia ficción aclamada por la crítica que se emitió originalmente desde 2004 hasta 2009. El programa sigue a un grupo de humanos que están en fuga de sus enemigos robots, los Cylons, mientras buscan el planeta mítico Tierra. La serie explora temas de política, religión y naturaleza humana, al mismo tiempo que presenta una acción emocionante y giros de trama llenos de suspenso. Con sus personajes complejos y su narrativa provocadora, Battlestar Galactica se ha convertido en un clásico querido del género.

Conoce a los personajes de Battlestar Galactica

William Adama

Adama es el prototipo del comandante endurecido: serio, con voz de gravilla y capaz de mirar al abismo sin pestañear. Es un padre-león para la flota y al mismo tiempo ese tipo que se queda solo en la cubierta fumando (aunque juraría que dejó de fumar, o no, a veces me confundo). Tiene reglas, rutina y un sentido del deber que da escalofríos, pero de vez en cuando suelta una broma seca que te recuerda que también es humano. Lo adoro cuando actúa con mano firme y luego, inesperadamente, se quiebra en privado — contradictorio, sí, pero real.

Laura Roslin

Roslin es fuego en tacones: inteligente, endurecida por la enfermedad y con una fe que da para muchas discusiones. Fue secretaria de educación y se convierte en una líder que mezcla pragmatismo político con visiones casi proféticas (sí, ve cosas; no siempre tiene sentido, pero funcionan). Es fría cuando debe serlo y sorprendentemente maternal en momentos raros; a veces parece una estadista impecable y otras veces una mujer agotada que toma decisiones terribles. Me encanta que beba té como si la taza fuera un amuleto y que a la vez no dude en jugar sucio cuando la supervivencia está en juego.

Lee ‘Apollo’ Adama

Lee es el hijo que intenta ser mejor que su padre y se mete en mil contradicciones en el proceso — noble, idealista, y a veces insoportablemente correcto. Piloto brillante, oficial con principios, pero también inseguro, con explosiones de orgullo y momentos de duda profunda (y sí, tiene ego, lo niega todo el tiempo). Es el tipo que quiere arreglar el mundo con discursos y con un puñado de buenos actos; sabe pilotar, negociar y soltar sarcasmo cuando lo necesita. Lo veo como el puente entre la moral y la acción, un héroe cansado que aún sonríe en el lugar menos esperado.

Dr. Gaius Baltar

Baltar es gloriosamente complicado: genio egoísta, cobarde que a veces tiene destellos de arrepentimiento genuino (o eso crees). Ama su mente, le encanta ser adorado y a la vez se derrumba en público y en privado; es teatral y patético y brillante en la misma frase. Tiene obsesiones — sí, con una cierta figura rubia— y manías raras (elige colores como si fueran confesionarios), y logra manipular a la gente con esa mezcla de vulnerabilidad y cálculo. Lo quiero y lo temo, aplaudo sus discursos y luego me enojo por sus traiciones, ¡es un drama andante!

Number Six

Number Six es icónica: seductora, enigmática, con una sonrisa que esconde mil intenciones. Puede ser dulce, casi maternal, y al rato darte un razonamiento frío que te deja helado; ama la música clásica y tiene maneras extrañamente delicadas para alguien que representa a los Cylons. A veces parece genuinamente compasiva y otras veces es la personificación de la manipulación, y no te deja decidir cuál es la verdad. Me fascina su ambigüedad —ángel, demonio, algo entre ambos— y esa voz suave que te convence de que hagas lo imposible.

Sharon ‘Boomer’ Valerii

Boomer es el pecado adorable: dulce, desorientada, confundida sobre quién es y a quién pertenece, y eso la hace entrañable y trágica. Mecánica y piloto a la vez, tiene manos que arreglan motores y ojos que se pierden en recuerdos que no son del todo suyos; a veces no sabe si es humana y a veces actúa como si no importara. Es tierna con los amigos, letal en combate (ugh), y tiene lapsos de memoria como si su propia vida fuera un borrón intermitente. La quiero porque es vulnerable y peligrosa por igual, y porque te rompe el corazón cuando trata de elegir.

Kara ‘Starbuck’ Thrace

Starbuck es puro caos glorioso: piloto legendaria, bordeada de autodestrucción, con más cicatrices de las que quiera admitir. Vale por mil en combate y por cien en drama personal; es insolente, encantadora, Harley-Davidson en forma de persona, llorona en el bar y feroz en la cabina. Se la podría describir como mujer de acción que desprecia reglas pero suele tener razón — y sí, fuma (o no, depende del episodio que recuerdes). Es la favorita por ser imperfecta hasta lo hermoso: odias y amas a Starbuck en la misma frase.

Saul Tigh

Tigh es gruñón hasta la médula y exactamente eso que necesitas cuando todo se va al carajo: leal, duro, alcohólico con historia y con nervio moral escondido. Su sarcasmo es un escudo, pero la amistad con Adama es lo que lo humaniza (ese vínculo es puro oro). Cruel cuando provoca, tierno cuando nadie mira, y a veces sorprende con gestos que nadie esperaba; no quiere que lo veas así, claro. Tiene una mezcla de rencor y amor que es fascinante, y su rostro siempre parece haber vivido cinco vidas.

Galen Tyrol

Galen es el mecánico que trata de arreglar no solo naves sino también su propia vida; callado, honesto, con manos de oro y alma complicada. Es práctico, cariñoso con su familia (bueno, lo intenta), y sorprendentemente filosófico cuando le da por hablar de sentido y propósito. Tiene un gusto raro por los chistes tontos y por los momentos íntimos, y a la vez guarda secretos que revientan en el peor momento. Lo adoro porque es humilde y heroico de una manera que no busca aplausos.

Karl ‘Helo’ Agathon

Helo es el bueno de la historia, el más humano de los héroes: confiable, amante fiel, y ese tipo que pone la moral por encima de las estadísticas aunque le cueste todo. No es espectacular en la exhibición pero su valentía es la de los pequeños actos sostenidos: proteger, cuidar, resistir. Tiene una ternura rara (cultiva plantas en espacios absurdos en mi cabeza) y una terquedad noble que lo hace irresistible. A veces parece ingenuo y otras veces es el pilar más firme — y funciona, sacrifica y sigue adelante.

Felix Gaeta

Gaeta es el estratega con cara de niño cansado: inteligente, orgulloso del orden y terrible en logística, pero con un corazón que se enreda en la política y la lealtad. Fue voz de la razón muchas veces hasta que las situaciones lo transformaron; es idealista, sí, pero también puede volverse frío cuando rompe su brújula moral. Le encanta la historia (te lo imaginas citando batallas mientras bebe café) y odia la improvisación, aunque a veces la practica con mala leche. Es trágico y admirable: planea, calcula y, cuando cae, duele como si se hubiera roto una promesa.