Sobre The Wheel of Time en pocas palabras:

La Rueda del Tiempo es una serie de televisión de fantasía épica basada en la serie de novelas más vendida de Robert Jordan. La historia sigue a un grupo de jóvenes adultos que son arrojados a un mundo de magia y peligro mientras intentan cumplir una profecía que podría salvar su mundo de la oscuridad. Con un mundo imaginado ricamente, personajes complejos y emocionante acción, La Rueda del Tiempo es una serie imprescindible para cualquier fanático de la fantasía épica. El programa cuenta con un elenco de ensamble, incluyendo a Rosamund Pike, Josha Stradowski, Marcus Rutherford, Zoë Robins, Barney Harris y Madeleine Madden.

Conoce a los personajes de La Rueda del Tiempo

Moiraine Damodred

Moiraine es esa figura pequeña y enigmática que siempre parece saber más de lo que dice y lo dice con una sonrisa demasiado tranquila. Aes Sedai del Ajah Azul, manejadora del destino y cero paciencia para nimiedades, pero también extrañamente maternal cuando menos te lo esperas (sí, admite que le gustan los gatos, aunque lo niegue). Viaja como si el mundo fuera un tablero de ajedrez y ella ya viera tres jugadas por delante; manipula con elegancia y a veces con crueldad necesaria. Es reservada, fría a ratos, y sin embargo hay chispas de humor seco que te atrapan —o te asustan— dependiendo del día.

Lan Mandragoran

Lan es la definición de «seriedad hecha carne», un guardián silencioso que carga con un reino perdido y una dignidad que te deja sin palabras. Es implacable con la espada, leal hasta el hueso y raramente sonríe, aunque cuando lo hace es casi un terremoto (poco frecuente pero memorable). Tiene ese aire de rey exiliado, de hombre cuya vida es un juramento; a la vez, tiene pequeñas manías humanas, como cuidar demasiado su equipo y, según rumores, silbar canciones viejas mientras afila la espada. Es contradictorio y perfecto: un soldado que podría ser poeta si no le pesara tanto el deber.

Egwene Al’Vere

Egwene es energía pura que de pronto se convierte en mando absoluto; empieza curiosa del pueblo y termina gobernando con ferocidad elegante. Es ambiciosa, estudiosa y con una intuición política que sorprende porque, bueno, fue la chica del molino hace nada —pero no la subestimes. Tiene una mezcla adorable de idealismo y dureza: quiere hacer las cosas bien y también sabe romper reglas si hace falta (oye, también cotillea como cualquiera). A veces es juvenil y espontánea, otras veces es la Amyrlin que manda callar la sala; esa montaña rusa la hace totalmente adictiva.

Nynaeve al’Meara

Nynaeve es puro ADN de pueblo: testaruda, protectora y con una ceja levantada permanente que lo dice todo. Sabia-sanadora convertida en canalizadora brutalmente poderosa, es la persona a quien no quieres enfadar —porque te regañará y también te curará, posiblemente en ese orden. Siempre con su trenza y su ceño fruncido, pero con un lado secretamente blando (¡no le digas que te conmueve o se verá obligada a negarlo y darte una torta). Tiene un humor seco, bastante directo, y un orgullo que a veces la mete en líos; pero cuando ama, lo hace a lo grande.

Rand al’Thor

Rand es el tipo que lleva el mundo en los hombros y a la vez se despierta extrañando el pan recién horneado del pueblo; una dualidad agotadora. Es el Dragón Renacido, combustible de profecías, explosivo, carismático y aterrador cuando pierde el control; pero también es un muchacho de campo que recuerda canciones de su padre y a veces parece perdido. Tiene rasgos aterradores de líder mesiánico y detalles casi tiernos (sí, los ojos tristes, sí, escribe cosas en sus cuadernos —o al menos lo intenta). Es contradictorio, imparable y humano hasta donde la historia lo permite: me tiene fascinado y asustado a la vez.

Perrin Aybara

Perrin es el oso de peluche con martillo: enorme, silencioso, y con una paciencia que se acaba en momentos épicos de furia. Herrero y hombre-lobo interior (sí, es un porteador de lobos), combina fuerza bruta con una ternura inesperada; cuida a la gente como si fueran su familia porque, bueno, en el fondo lo son. Es reflexivo, le cuesta expresar emociones pero cuando lo hace es profundo; odia la violencia y aun así se transforma en algo temible cuando la situación lo exige. Tiene manías sencillas (ama el pan caliente, construye cosas con las manos), lo que lo hace más humano que cualquier profecía que lo rodee.