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¿Qué personaje de ‘Our Flag Means Death’ eres?

¡Ahoy, marineros! ¿Has estado siguiendo las aventuras de espada y capa del Capitán Stede Bonnet y su tripulación en la nueva serie Our Flag Means Death? Si es así, ¡ahora tienes la oportunidad de descubrir qué personaje se parece más a ti! ¡Realiza nuestro divertido e interactivo cuestionario y descubre si eres un pirata intrépido como Barbanegra, un estratega astuto como Anne Bonny o un adorable pícaro como Israel Hands. Así que ¡alza la bandera negra y comencemos! Haz clic en el botón de inicio a continuación y ¡zarpemos en este épico cuestionario!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Our Flag Means Death eres?

Sobre Our Flag Means Death en pocas palabras:

Nuestra bandera significa muerte es una nueva serie de televisión creada por Taika Waititi y David Jenkins. El programa está inspirado en la verdadera historia de Stede Bonnet, un hombre rico que renunció a su vida privilegiada para convertirse en un pirata. Con su tripulación inexperta, Bonnet se embarca en una búsqueda de aventuras y tesoros en alta mar, encontrando a lo largo del camino a famosos piratas históricos. La serie promete ser una versión divertida e irreverente del género pirata, con el humor y estilo peculiar de Waititi.

Conoce a los personajes de Our Flag Means Death

Stede Bonnet

Stede es ese hombrecito raro que decidió comprarse una vida de pirata por impulsos románticos y por aburrimiento aristocrático, y claro que eso sale igual de torpe y adorable que suena. Tiene modales de salón, un diario, una paciencia para regar plantas que no va con el calor del mar, pero también se planta en cubierta con una sonrisa y una espada (lo intenta, vaya). A veces actúa con una dignidad casi ridícula y a la vez se mete en líos como si fuera su destino inevitable; es demasiado educado para ser cruel, demasiado cabezota para renunciar. Y no sé por qué pero siempre me lo imagino oliendo a polvos de talco y salitre a la vez —contradictorio, sí, y por eso lo amo.

Blackbeard

Blackbeard es la definición de exceso: teatral, letal, con esa barba que parece una declaración de guerra y un gusto terrible por las entradas dramáticas. Es filósofo a medias, intimidante en el campo de batalla y sorprendentemente bueno escuchando (o manipula muy bien, lo mismo es), y tiene una ternura casi enfermiza por ciertas personas que nadie esperaría. Parece querer quemarlo todo y luego sentarse a tomar té con pastitas —o sea, terrorífico y hogareño a la vez— y eso lo convierte en un personaje imposible de olvidar. Y sí, probablemente recite poesía mientras enciende una bengala; no preguntéis cómo encaja eso.

Wee John Feeney

Wee John es el músculo con corazón de terciopelo: feroz en pelea, protector hasta el desmayo y con una voz que retumba como si hubiera nacido con un tambor dentro. Tiene esa lealtad que da miedo de lo absoluta que es; te mira como si fueras familia aunque te conozca desde hace cinco minutos, y luego te parte una silla si hace falta. A veces parece un personaje sacado de un cuento antiguo y otras te sorprende comiendo bollos con las manos llenas de sangre, un poco asqueroso pero entrañable. Ah, y jura que tiene miedo a las palomas —o eso creo, a lo mejor son gaviotas—, cosas que uno recuerda mal cuando se emociona.

Oluwande

Oluwande es la calma elegante en medio del caos: impecable, serio, con una autoridad que no necesita gritar y un sentido del honor que parece fossilizado pero en realidad late fuerte. Es extremadamente práctico y a la vez poético en sus silencios; cuida de la gente con una mezcla de disciplina y afecto escondido, y no admite tonterías. Tiene esa presencia que te obliga a ser mejor, pero también guarda pequeñas rarezas, como una aparente afición por ordenar cosas por color (no sé, lo vi una vez con pañuelos y me obsesionó). En fin, es el tipo que resuelve problemas sin quejarse y luego te mira como si leyeses demasiado drama en novelas baratas.

Black Pete

Pete es el viejo zorro del barco: cínico, gracioso a su manera y con un histórico desprecio por las emociones grandilocuentes, pero ojo, que por dentro es un romántico frustrado que colecciona recuerdos. Es práctico, mordaz y con una lengua que corta más que el sable; hace bromas que solo él entiende y te suelta verdades como bofetadas, lo cual es fascinante. A veces coquetea con la crueldad y luego te ofrece un abrazo torpe —es contradictorio y maravilloso—, y tiene una risa que aparece en los peores momentos. También, y esto es un detalle sin prueba real, me lo imagino bailando claqué en la bodega a medianoche cuando nadie mira.

Roach

Roach es la mala con corazón, esa persona que te mira con desdén pero que te salva la vida si hace falta; cínica, práctica y con una lengua afilada que no perdona. Tiene un humor seco, una mirada que te esteriliza y una lealtad que late por debajo de la chulería; trata a todo el mundo con sarcasmo excepto a los que de verdad le importan. Es pequeña, feroz y a veces sorprendentemente sentimental en silencios raros —no lo admitiría, claro—, y vive con bocadillos escondidos en el cinturón, creo, o quizá era una lata de galletas, ya no recuerdo. En fin, es quien corta la charla y arregla el conflicto en diez segundos, luego vuelve a ponerse el sombrero como si nada.

Lucius

Lucius es ese joven reservado que parece tímido pero tiene una firmeza interior que te toma por sorpresa; dulce, eficiente y con una lealtad muy bien guardada. Siempre atento a los detalles, hace las tareas mundanas con una concentración casi religiosa y a veces logra soluciones estupendas con calma casi absurda. Hay algo ingenuo en él, sí, pero también una inteligencia práctica que lo hace indispensable; además, tiene manías simpáticas —colecciona botones o escribe listas, no sabría decirlo con seguridad porque me distraje—. En resumen: una mezcla de pata suave y resistencia silenciosa, adorable y útil en proporciones perfectas.

Buttons

Buttons es el alma tímida y buena del barco, del tipo que te regala una sonrisa pequeña y te arregla la vela sin pedir nada a cambio; es dulce hasta decir basta. Tiene una mirada tranquila como un puerto seguro, pero también lleva cicatrices que no se ven y a veces aparece distante, como si recordara cosas pesadas; ahí está la complejidad. Es trabajador, humilde y con gestos cariñosos que te sorprenden —y puede cantar canciones antiguas a medianoche, muy bajo, y te quedas viéndolo—. Confieso que siempre me imagino que guarda una figurita de madera en el bolsillo, no tengo pruebas, sólo vibes.

Frenchie

Frenchie es pura exageración chic y ternura explosiva: dramático, coqueto, orgulloso de su estilo y con un corazón que late muy rápido cuando alguien le devuelve una mirada. Es explosivo, gracioso y ferozmente leal, y tiene esa mezcla de moda y habilidad práctica —cose, maquilla, pelea, da abrazos XXL— que lo hace inolvidable. A veces parece vivir en un musical y otras en una taberna, y siempre muestra afecto con gestos grandiosos que te pillan desprevenido. Y sí, probablemente tiene tres pares de guantes para cada ocasión, y uno extra «por si acaso», porque exagera con amor y le queda perfecto.