Sobre The Untamed en pocas palabras:

«El Untamed» es una serie de drama y fantasía china que se estrenó en 2019 y rápidamente ganó una gran cantidad de seguidores tanto en China como en todo el mundo. El programa se basa en la popular novela «Mo Dao Zu Shi» y sigue la historia de dos cultivadores, Wei Wuxian y Lan Wangji, mientras descubren una conspiración que amenaza la paz de su mundo. La serie explora temas de amistad, lealtad y el equilibrio entre el bien y el mal, mientras también presenta escenas de acción cautivadoras, impresionantes visuales y un elenco memorable de personajes.

Conoce a los personajes de The Untamed

Wei Wu Xian

¡Ay, Wei Wu Xian! El caos con una sonrisa, siempre listo para una broma, una improvisación y para romper cualquier regla que huela a aburrimiento. Es brillante, irreverente y tremendamente leal, pero también un poco teatral (sí, exagera, y eso lo hace adorble… digo adorable). Tiene una habilidad para meterse en líos que nadie entiende y, al mismo tiempo, una capacidad increíble para cuidar de los demás cuando menos te lo esperas. Ah, y su flauta… esa cosa dramática que suena como si anunciara problemas y reconciliaciones al mismo tiempo.

Lan Wang Ji

Lan Wang Ji es la calma personificada: serio, rígido con las normas y con una mirada que puede derretir montañas si quisiera (aunque rara vez sonríe). Todo en él parece medido, pero debajo de esa coraza hay una lealtad feroz y una ternura muy contenida que brota en momentos raros y perfectos. Es como un libro antiguo y bien encuadernado que, cuando se abre, te sorprende con notas escondidas (sí, a veces es cursi, shh). También tiene esa aura de «no me importan las cosas», pero luego va y resuelve todo sin alarde — un clásico.

Jiang Cheng

Jiang Cheng es fuego puro: orgulloso, testarudo y con un odio-pronto-por-vida que a veces da miedo pero que, honestamente, viene de un sitio de protección total. Es el tipo que gruñe, lanza miradas asesinas y aún así haría lo imposible por su gente (y sí, guarda rencores para siempre, lo admitimos). Tiene un sentido del honor muy retorcido y una melancolía que aparece cuando nadie mira; también cocina fatal pero insiste en que le queda bien (no le creas). Es complicado, herido y fascinante, y no pide perdón por ser así.

Jiang Yan Li

Yan Li es la calma en forma humana: maternal, generosa y esa figura que arregla todo con una sopa y una mirada. Tiene una paciencia infinita, pero ojo, no es blanda; también sabe plantar cara cuando hace falta (aunque lo haga con una sonrisa). Siempre se preocupa por los demás, organiza fiestas improvisadas y puede ser mucho más resistente de lo que aparenta — sorprende, de verdad. Pequeño detalle: siempre huele a algo rico (¿a pan? ¿a flores?) y te dan ganas de abrazarla aunque no seas de la familia.

Nie Huai Sang

Nie Huai Sang es el cómico y el corazón alegre del grupo: le encantan las bromas, el drama teatral y, sí, comer cosas todo el día como si fuera un hobby profesional. Tiene un humor que te atrapa y una capacidad para ver lo absurdo en todo; además, es sorprendentemente perspicaz cuando deja de hacer payasadas. Le gustan los disfraces, las historias grandilocuentes y no le importa ser el centro de atención (se alimenta de aplausos, no lo niegues). A veces parece ligero, pero cuando se pone serio, su honestidad duele y te llega al pecho.

Wen Ning

Wen Ning es la ternura encarnada pero con un pasado de terror, lo cual hace que sea raro y precioso a la vez: callado, gigante y con una bondad que no se acaba. Es protector sin alardes, dulce con los animales y casi siempre un poco fuera de ritmo social — le cuesta expresarse, aunque su mirada dice más que mil discursos. Fue tragado por tragedias pero encontró una forma de ser gentil aún en la oscuridad; es el amigo que te cubriría sin que lo notes hasta que ya es demasiado tarde. A veces parece torpe y otras veces actúa con una precisión sorprendente, tipo héroe silencioso.

Lan Xi Chen

Lan Xi Chen (ay, sí: elegante y paradójico) es sofisticado, diplomático y con ese encanto frío que te hace confiar sin querer. Ama las artes clásicas, el té perfecto y las conversaciones profundas, pero también tiene un sentido del humor escondido que sale a destiempo y te sorprende. Tiene un autocontrol admirable, aunque de vez en cuando suelta comentarios irónicos que no pegan con su cara de estatua — y ahí es cuando lo quieres más. Es el tipo líder tranquilo que maneja crisis con una taza en la mano y, sorprendentemente, colecciona pequeñas cosas bonitas que nadie esperaría.