Sobre See en pocas palabras:

«See» es una serie de ciencia ficción post-apocalíptica ambientada en un mundo donde un virus ha diezmado a la mayoría de la humanidad y los que sobrevivieron quedaron ciegos. Siglos después, nace una tribu con la capacidad de ver, liderada por la feroz guerrera Baba Voss. La tribu debe luchar por sobrevivir contra grupos rivales y aquellos que desean explotar sus habilidades únicas. El programa explora temas de supervivencia, familia y la condición humana en un mundo donde la vista es un recuerdo lejano.

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Baba Voss

¡Baba Voss es eso: pura fuerza domada por un corazón enorme! Es el tipo que te rompe la mandíbula y luego te arrulla (literalmente, a veces canta canciones raras mientras cura heridas, sí, en serio). Protector a niveles ridículos, líder nato aunque no le guste el poder, siempre con recursos improvisados y un código propio que confunde a todo el mundo. Tiene manías extrañas —le gusta afilar cosas hasta que brillan— y a la vez es sorprendentemente tierno con los niños.

Queen Kane

Queen Kane es pura ambición vestida de seda y amenaza sutil; elegante, calculadora y totalmente cómoda manejando personas como piezas de ajedrez. Te sonríe y al mismo tiempo te está desarmando, eso es lo peor y lo mejor de ella. Cree en el orden más que en la compasión, pero de vez en cuando se le escapa una risa que te desconcierta (y te asusta). Tiene un gusto por los detalles extravagantes —pequeñas colecciones raras, ya sabes— y vaya que sabe usar el drama cuando le conviene.

Maghra

Maghra es fuego con cara de madre y sarcasmo como segunda lengua; feroz, práctica y con un temple que no se enseña, se nace. Puede planear una emboscada mientras cocina y darte una lección moral sin que te des cuenta de que te están apuntando con una lanza. Protectora hasta el extremo y superviviente nata, tiene esa mezcla de ternura improvisada y veneno frío cuando la traicionan. A veces parece que odia las flores y luego te regala una —metafóricamente, o no—, así que nada es obvio.

Tamacti Jun

Tamacti Jun es el cerebro con cara de diplomático cansado; elegante en la palabra, letal en la estrategia y siempre midiendo cada movimiento. Tiene esa calma que asusta porque sabes que está planeando diez pasos por delante, y aún así hay algo honorable en su manera de imponer la ley. Le encantan los libros (o al menos los pretende amar), los mapas y los detalles —se nota en cómo habla— y tiene una paciencia de hierro. Pequeño dato tonto: parece que siempre guarda algo dulce en el bolsillo, porque a veces aparece con caramelos.

Kofun

Kofun es la definición de silencio peligroso: habla poco, observa mucho y cuando actúa, no es bonito. Leal hasta la médula a su gente (o a la causa, depende del día), y con un sentido del deber que puede parecer inquebrantable. A veces se le ve con una sonrisa rara, como si fuera un coleccionista de pequeñas victorias; otras veces lo describen como un viejo lobo que extraña la luna. Tiene hábitos raros —recoge plumas o botones, cosas pequeñas— y eso te hace preguntarte qué piensa realmente.

Haniwa

Haniwa es salvaje y dulce al mismo tiempo, una mezcla que explota en escena; guerrera feroz pero con una paciencia sorprendente para las cosas pequeñas. Sobreviviente nata, no se rinde y tiene ese instinto maternal que aparece en el momento más inesperado. Puede ser brutal cuando la provocan, y al ratito está cosiendo o contando historias a niños (sí, lo juro). A veces habla con el aire como si estuviera hablando con fantasmas —o con el chocolate que guarda, quién sabe—, y eso la hace más humana.

Bow Lion

Bow Lion suena como un apodo épico y vaya que lo es: arquero legendario, orgulloso y con una precisión que da miedo. Tiene una presencia teatral, siempre con esa confianza de quien cree que el mundo es un campo de tiro y él es la regla. Le encanta presumir de sus victorias (y luego fingir modestia), y parece que colecciona cintas o trofeos curiosos para recordar batallas. A la vez puede ser sorprendentemente bromista con los suyos; nunca lo verías venir.

Paris

Paris es esa mezcla rara de encanto ligero y filo en la mirada; habla bonito, se mueve bonito y muchas veces eso basta para que te dejen pasar… hasta que no. Astuto, oportunista y con una moral flexible, se adapta y sobrevive —y a veces traiciona, pero eh, no lo hace sin un buen motivo (según él). Le encanta el chisme y las pequeñas fiestas improvisadas, sí, mientras planifica su siguiente paso. Es simpático pero no ingenuo; te ofrece una sonrisa mientras guarda la daga en la manga.

Witchfinder Warrior

El Witchfinder Warrior es el cazador con armadura interior: obsesionado, disciplinado y casi religioso en su odio hacia lo que considera herejía. Tiene un código rígido y una devoción por la ley que a veces lo convierte en villano, otras en héroe —todo depende de a quién le preguntes. En el campo es frío, metódico, y a veces sorprendentemente humano fuera de la misión (chocante, lo sé). Guarda recuerdos pequeños de cada “caza” —una marca, una nota—, como si coleccionara trofeos y remordimientos al mismo tiempo.

Edo Voss

Edo Voss es la chispa joven con demasiada prisa por ser grande; impetuoso, orgulloso y con esa rabia que puede encender o quemarlo todo. Quiere probarse a sí mismo, ganar respeto, y a veces olvida que la paciencia también es una arma. Tiene momentos de ternura inesperada (con animales, por ejemplo), y eso rompe la imagen del matón impulsivo cada tanto. Ah, y se pone nervioso cuando alguien lo llama “pequeño” —no lo soporta—, lo que es adorablemente predecible.