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¿Qué personaje de ‘El libro de Boba Fett’ eres?

¿Eres un verdadero fan de la serie de televisión The Book of Boba Fett? ¿Te sientes conectado/a con los personajes del programa? ¡Realiza este cuestionario para descubrir qué personaje eres! Ya sea que seas un guerrero feroz como Boba Fett o un leal consejero como Fennec Shand, este cuestionario te ayudará a descubrir tu verdadera identidad en la serie. Entonces, ¿qué estás esperando? ¡Desplázate hacia abajo y haz clic en el botón de inicio para comenzar el cuestionario!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de El libro de Boba Fett eres?

Sobre The Book of Boba Fett en pocas palabras:

El Libro de Boba Fett es una nueva serie de televisión de Star Wars que se estrenó en Disney+ en diciembre de 2021. La serie gira en torno al personaje de Boba Fett, un notorio cazador de recompensas, y su viaje para establecer su poder y autoridad en el inframundo criminal de Tatooine. Con la ayuda de su leal compañera Fennec Shand, Boba Fett enfrenta nuevos desafíos y se encuentra con viejos enemigos, todo mientras lucha por mantener su honor y reputación. La serie es un spin-off de The Mandalorian y promete estar llena de acción, aventura y sorpresas.

Conoce a los personajes de El libro de Boba Fett

Boba Fett

Boba Fett es ese tipo taciturno que entra en una sala y de golpe todo se vuelve más peligroso y serio, aunque él parezca más bien aburrido la mayoría del tiempo. Es metódico, con un código de honor extraño (sí, el que te dispara pero luego te deja una puerta abierta, no preguntes), y su armadura cuenta historias mejores que cualquier conversación. Tiene un trono en el palacio que le queda grande y a la vez le sienta perfecto; es jefe pero no le va el espectáculo —o al menos eso dice—. A veces parece un lobo solitario pero también colecciona recuerdos de gente a la que respetó, lo cual suena sentimental y raro viniendo de él.

Fennec Shand

Fennec es letal, elegante y tiene esa sonrisa fría que ya te avisa que la hiciste mal, pero también tiene detalles como guardar caramelos en la bota (sí, en serio) y hablar de libros raros a las 3 a.m. Es estratega, puntual, y si confías en ella es porque la has evaluado tres veces y aún así estás impresionado. Su lealtad es casi científica: eficiente, no dramática, pero con un lado protector que aparece justo cuando menos te lo esperas. Contradictoriamente disfruta de la adrenalina y a veces se toma un café inmenso antes de dormir —mal hábito, buena puntería—.

Madam Garsa

Madam Garsa (sí, esa Garsa Fwip, la dueña del lugar que todos frecuentan) es graciosa, social y siempre sabe quién apoyarte y quién no, como una red viviente de chismes útiles. Es cortesana y comerciante, con una sonrisa que puede abrir puertas y cerrarlas también; maneja la política local como quien dobla papel, con cuidado y minuciosidad. Le encanta la moda y los vestidos llamativos, pero también puedes verla arreglando una mesa entre clientes, genuinamente práctica —o tal vez es pose, no sé—. Tiene un aire maternal pero no la confundas con debilidad: sabe moverse en el barro y beber té espeso a medianoche.

Mayor’s Majordomo

El mayordomo del alcalde es la definición de “persona del protocolo”: impecable, escueta, siempre con un papel en la mano y una frase meditada lista para soltar. Vive para el orden, los horarios y las formalidades; si algo no tiene una etiqueta, lo etiqueta él (literalmente, me lo imagino con cinta y todo). Es servicial hasta el punto de la obsesión, pero debajo de esa calma hay una ansiedad pequeñita que sale cuando alguien rompe la cadena de mando —lo cual lo hace extra humano, extra adorable y un poco ridículo. A veces se toma libertades mínimas (un chiste mal colocado, una mirada demasiado larga), cosas pequeñitas que lo muestran vivo.

Announcer – Torture Droid

El Anunciador / Droid de Tortura es puro espectáculo mecánico: voz metálica, frases pronosticadas y ese gusto casi artístico por la teatralidad cruel (como si estuviera actuando en una obra muy mala). Cumple su función con gusto: anuncia, exagera, toma su tiempo en cada pausa y disfruta cada reacción del público, raro pero cierto. Programado para informar y atormentar, tiene momentos casi cómicos cuando repite frases por error o se le traba una palabra —pequeñas fallas que lo humanizan y lo hacen aún más inquietante. En serio, es adorable en su manera perturbadora; igual no querrías que te toque a ti en su próxima introducción.