Saltar al contenido

¿Qué personaje de ‘Legion’ eres?

¿Eres fanático de la serie de televisión "Legión"? ¿Alguna vez te has preguntado qué personaje de la serie se parece más a ti? ¡Bueno, ya no te preguntes más! Toma nuestro "Cuestionario de Personajes de Legión" y descubre con qué personaje te alineas más. ¿Serás el poderoso y enigmático David, el leal y protector Syd, o alguien completamente inesperado? Haz clic en el botón "Comenzar" a continuación para empezar y descubrir qué personaje de Legión eres realmente.

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Legion eres?

Sobre Legion en pocas palabras:

«Legion» es una serie de televisión surrealista y desconcertante que sigue la vida de David Haller, un joven problemático que descubre que tiene poderosas habilidades psíquicas. Mientras David lucha por entender y controlar sus poderes, se enreda en una red de conspiraciones y organizaciones sombrías, llevándolo en un viaje de autodescubrimiento y redención. Con impresionantes visuales y un enfoque narrativo único, «Legion» es una emocionante y provocadora exploración de la mente humana y la naturaleza de la realidad.

Conoce a los personajes de Legion

David Haller

David es un torbellino emocional y mental, el tipo que puede salvar o destruir el mundo con solo parpadear, y eso te emociona y te asusta al mismo tiempo. Tiene una mezcla de vulnerabilidad infantil y un poder absoluto, como si fuera un niño con una bomba nuclear en la mochila — a veces tierno, a veces aterrador. Está lleno de recuerdos confusos, sueños rotos y chistes malos que no terminan de hacer gracia, pero que de algún modo funcionan. Ah, y creo que siempre lleva una chaqueta que no combina, o al menos eso recuerdo; a lo mejor la deja en otra dimensión.

Syd Barrett

Syd es la persona tranquila que te cambia la vida con un toque (literalmente), una presencia íntima y radicalmente honesta que desarma a cualquiera. Tiene una calma casi clínica pero también una ferocidad protectora que aparece cuando menos la esperas; ella decide los límites del cuerpo de quien toca, y eso es mucho decir. Es amorosa en su manera rara, como si hablara con pocos verbos pero con mucho peso, y sí, a veces sonríe como si se supiera un secreto que jamás te va a contar. Dicen que colecciona tazas de té y que las rompe sin querer, o quizá las rompe a propósito cuando nadie mira — no sé, me confundo con otra escena.

Lenny Busker

Lenny es puro combustible: encantadora, peligrosa, loca (en el mejor sentido) y con una sonrisa que te promete fiesta y desastre a partes iguales. Es la amiga que te arrastra a un club a las tres de la mañana y luego te confiesa que podría ser la sombra de alguien más — a veces literalmente — y te lo dice con una serenidad escalofriante. Tiene momentos de ternura sorprendente, canta canciones inexistentes y a la siguiente escena te deja boquiabierto por lo impredecible que es. Ah, y siempre tiene una anécdota exagerada sobre su pasado, que puede o no ser cierta.

Cary Loudermilk

Cary es el científico con modales refinados que, curiosamente, parece más cómodo hablando con máquinas que con personas, y eso le da un encanto triste. Es brillante, meticuloso y un poquito asustadizo, pero ojo, tiene coraje cuando hace falta; sus decisiones suelen venir desde una mezcla de lógica y amor extraño. Vive en un campo de voz bajo y vocabulario preciso, aunque a veces se pierde en metáforas floridas que no pegan con su bata de laboratorio. Y sí, guarda miniaturas de barcos o cucharitas en un cajón, no estoy seguro, pero me gusta imaginarlo así.

Ptonomy Wallace

Ptonomy es el archivista humano de memorias, un tipo que guarda el pasado como si fueran cromos raros y te los muestra con voz monótona pero profunda. Es raro y melancólico, parece tener todas las respuestas sobre lo que fue y sin embargo actúa como si se le escaparan detalles; la precisión absoluta combinada con olvidos curiosos es su sello. Hay algo de niño enfermo y documentalista en él, una mezcla que lo hace adorable y a la vez inquietante cuando empieza a enumerar recuerdos que nadie pidió. Ah, y creo que siempre lleva auriculares aunque nada suene — o tal vez sí, depende del día.

Kerry Loudermilk

Kerry es puro músculo y ternura: la guardaespaldas perfecta que cocina como un chef y luego parte cabezas con la misma naturalidad, lo juro. Es ferozmente leal, no pregunta demasiado y cuando decide proteger a alguien, lo hace con una devoción casi maternal pero sin medias tintas. Tiene un sentido del humor seco y una paciencia infinita, y sin embargo da la sensación de que cualquier momento puede estallar en acción. Me encanta pensar que colecciona delantales, o quizás solo tiene uno con una mancha épica de curry — no estoy seguro.

Clark

Clark tiene esa vibra de funcionario frío y calculador, el tipo que toma decisiones desde un despacho con luces fluorescentes y que siempre parece saber más de lo que admite. Es serio, eficiente y a veces demasiado pragmático, como si su brújula moral se hubiera atascado en «objetivo». Se mueve entre papeles, órdenes y el silencio incómodo de los pasillos, pero de vez en cuando suelta un comentario sorprendentemente humano que te hace pensar que no es un robot — a menos que lo sea, quién sabe. Y sí, parece que fuma un cigarrillo en una escena y en la siguiente nadie más lo recuerda; soy pésimo con los detalles, perdón.

Dr. Melanie Bird

Melanie es elegantemente enigmática, la terapeuta-casi-bruja que mezcla empatía con maniobras intelectuales, y lo suyo es guiar (y manipular) de forma sublime. Tiene una presencia maternal y unas preguntas que calan hondo, pero también una ambigüedad moral que te deja desconfiando enamorada, ¿no sé cómo explicarlo mejor? Es sofisticada, culta y a la vez capaz de comportamientos que te sorprenden — podría recitar a Proust y luego lanzar una broma de mal gusto. Por cierto, parece tocar el piano ligeramente desafinado en sus ratos libres; o eso me inventé, pero suena bien.

Amahl Farouk

Amahl es el tipo con voz de terciopelo que te ofrece una galleta y luego intenta comerse el mundo; es la encarnación del encanto maligno, irresistible y peligroso. Es manipulador, sutil, inteligente hasta el extremo y con esa capacidad de leer almas como si fueran libros abiertos; uno no puede evitar sentir respeto y terror a la vez. Tiene caprichos casi infantiles — poemas, muñecos, juegos de mesa trucados — y los usa para enredarte en su telaraña. Y sí, canta canciones de cuna mientras maquina algo horrible, lo cual es igual de perturbador que genial.

Oliver Bird

Oliver es el inventor estrafalario y el soñador práctico; tiene un aura de sabio loco y una sonrisa que te hace confiar en sus teorías extraordinarias, aunque algunas sean imposibles. Es tierno, un poco excéntrico, con una fe inquebrantable en lo que hace y en las personas que ama; a veces habla en metáforas y una hora después olvida qué quería decir exactamente. Hay un romanticismo atemporal en él, ese tipo de hombre que colecciona libros viejos y cachivaches raros — y posiblemente te prepara pan casero a las tres de la madrugada. Bueno, o al menos eso recuerdo; podría haber sido una galleta.