Sobre For All Mankind en pocas palabras:

For All Mankind es una serie de televisión de ciencia ficción que imagina un mundo en el que la Unión Soviética vence a los Estados Unidos en la carrera espacial y aterriza a los primeros humanos en la luna. El programa explora los efectos de esta historia alternativa en la Guerra Fría, la NASA y las vidas de las personas involucradas en el programa espacial. Con personajes convincentes y tramas emocionantes, no es de extrañar que For All Mankind se haya convertido en un favorito de los fans.

Conoce a los personajes de For All Mankind

Edward Baldwin

Edward es ese capitán clásico que da órdenes con la boca torcida y el corazón en guardia; serio, controlador y profundamente leal. Se le nota el cansancio de décadas en la cara pero también la determinación de alguien que no se rinde jamás —y sí, también colecciona mapas antiguos en el garaje, no preguntes por qué. A veces es sorprendentemente tierno con gestos mínimos y otras veces es un muro frío, lo que lo hace impredecible (en el buen sentido, a veces en el malo). Ah, y jura que no le gusta el café, lo cual es una mentira cómoda que nadie le quita.

Gordo Stevens

Gordo es el ingeniero-idealista que siempre tiene una solución técnica y una broma mala lista; cabeza brillante, alma de amigo, un poco ingenuo a veces. Le importan las causas, la ciencia y el sentido de la aventura, y tiene esa energía de quien se lanzó a todo sin preguntar mucho —y sin embargo, odia los discursos públicos (irónico). Puede ser diplomático pero también un poco testarudo, y te hará comer galletas mientras te explica física cuántica a las tres de la mañana. Sí, escucha música clásica cuando programa, pero también toca air guitar cuando nadie mira.

Tracy Stevens

Tracy es pura adrenalina con apariencia de calma: piloto increíble, ferozmente independiente y con un sentido de la familia que sorprende. Habla directo, actúa primero y siente después, aunque siempre vuelve a los suyos; un poco contradictoria porque quiere independencia y a la vez necesita estar protegida. Tiene esa mezcla de madre guerrera y amiga que te recuerda que los héroes no llevan capa, llevan botas muy gastadas. Y por alguna razón siempre huele a gasolina aunque sea más probable que use colonia; no sé cómo funciona eso.

Karen Baldwin

Karen empezó como la pareja que sostiene todo y terminó siendo alguien que impone —práctica, astuta y con un humor seco que pica. Es la que organiza los hilos detrás del caos: negocios, familia, decisiones duras; no teme patear mesas si hace falta (metafóricamente… o no). Le encanta el control pero tiene un lado sorprendentemente vulnerable cuando baja la guardia, y guarda secretos como si fueran post-its en la nevera. Colecciona tazas de viaje y tiene cero paciencia para los dramas innecesarios; te mirará con desprecio y luego te hará café.

Ellen Wilson

Ellen es fuego frío: astuta, pública y con una agenda clara, una líder que sabe negociar y hacer sacrificios donde otros flaquean. Su ambición viene con punzadas personales, es firme pero humana, y tiene esa sensación de que está siempre dos pasos por delante —a veces tres pasos y a la vez se le olvidan las llaves. Ama el espacio con una pasión casi religiosa pero odia las películas de ciencia ficción (sí, lo admito, rara contradicción). Tiene una sonrisa que tranquiliza y una mirada que puede desmontar un plan en dos segundos; peligrosa en tacones, digo, en botas.

Margo Madison

Margo es la nerd suprema que subió por la burocracia con puro talento y una terquedad legendaria; eficiente, exacta, poco ornamental y ferozmente competente. Le importan los números, las agendas y que todo funcione, y se enfada con el desorden como si fuera una ofensa personal. Es orgullosa, sí, pero también hay momentos en que se permite una playlist de jazz y una planta medio muerta en su oficina (la cuida a su manera). A veces parece de hielo y de pronto suelta un comentario ridículamente humano; me encanta que no es unidimensional.

Danielle Poole

Danielle es la presencia tranquila pero afilada, la piloto-ingeniera que no necesita demostrar nada porque lo sabe todo y además lo hace mejor. Tiene principios fuertes, es sarcástica cuando conviene y sorprendentemente tierna con pocas personas —pero no te confundas, no suele regalar confianza. Navega entre la técnica pura y la empatía dura, como quien mezcla precisión con corazón, y guarda un sentido del humor negro que aparece en los peores momentos. Ah, y siempre parece tener un chicle en la boca aunque jure que ya no lo mastica; pequeño detalle.

Molly Cobb

Molly es la chica de la vieja escuela: directa, valiente y con una franqueza que te tumba, piloto nata que no se complica la vida con sentimentalismos. Tiene cicatrices físicas y emocionales y aún así sube al avión con la misma sonrisa terca; gritona, muy leal y un poco cascarrabias. No es que busque pelea, pero no se arruga; también es ridículamente buena en procedimientos y odia los protocolos fijos (sí, esa contradicción molesta). Siempre deja una taza en la cabina como si fuera su señal de “yo estuve aquí”, y eso me parece adorable.

Bill Strausser

Bill es ese tipo de funcionario con buena intención y mala suerte política; simpático, torpe a veces y con un optimismo que raya en la terquedad. Trata de hacer bien las cosas entre mesas llenas de papeles y egos, y a veces se le nota que preferiría estar arreglando radios en vez de lidiar con titulares. Es curioso, le encanta el café, se disculpa demasiado y tiene una colección de corbatas espantosas que usa con orgullo. Puede parecer poco espectacular pero es el pegamento suave que mantiene ciertas cosas en marcha —y sí, toca saxofón muy mal, no preguntes por qué.