Sobre This Is Going to Hurt en pocas palabras:

«Esto va a doler» es una serie de televisión británica de comedia y drama basada en las memorias más vendidas del mismo nombre de Adam Kay. El programa sigue las experiencias de un médico residente en el NHS y muestra los altibajos de trabajar en atención médica. Con una mezcla de humor y desgarramiento, la serie arroja luz sobre las realidades de la vida como médico en la sociedad actual.

Conoce a los personajes de Esto va a doler

Adam Kay

Adam es la voz que te arrastra por los pasillos del hospital a carcajada limpia y con el corazón apachurrado al mismo tiempo; es brillante, agotado y terriblemente humano. Tiene ese humor negro implacable pero también una ternura torpe que aparece justo cuando menos te lo esperas (sí, llora con canciones comerciales, lo juro). Es un escritor de guardia: anota chistes, diagnósticos y traumas en la misma libreta, y todo eso aparece en su boca como si nada. A veces parece un héroe y otras un niño que olvidó preparar el almuerzo, y ambas cosas son igual de reales.

Mr Lockhart

Mr Lockhart es el consultor que inspira respeto y miedo en proporciones igual de grandes; serio, cortante y con una mirada que te hace revisar tu vida entera. Tiene un talento brutal para cortar errores al instante, pero de vez en cuando suena sorprendentemente humano —solo que no lo anuncia, lo hace en secreto. Es el típico jefe que parece frío pero luego te cuenta anécdotas absurdas a las dos de la mañana (sí, no tiene filtro). Te da la sensación de que lo conoces poco, pero de que siempre recordará tu nombre y, más raro aún, tu fecha de nacimiento.

Veronique

Veronique es esa registradora eficiente que lo hace todo con una mezcla de paciencia y velocidad que te deja sin palabras; organizada hasta el extremo y con un instinto clínico impresionante. Habla poco pero cuando habla, lo hace con frases cortas que te cortan la duda de raíz; también colecciona tazas raras, cosa que nadie esperaría. A veces parece fría, otras veces pone musicote cálido en la sala de descanso como si fuera madre de todos —o madre adoptiva de la cafetera, al menos. Tiene un humor seco y un apego inexplicable por los post-its; los ama o los odia, según el día.

Shruti

Shruti es energía concentrada: lista, brillante y con una mezcla de nervio y calma que produce respeto instantáneo. Es ambiciosa pero con un lado compasivo que aparece en gestos pequeños (una vez trajo galletas a todo el turno, y no fue casualidad). A veces parece practicar mil cosas a la vez y por eso su escritorio es una guerra de papeles y tazas —pero siempre encuentra lo importante, misteriosamente. Tiene una risa contagiosa y también un sentido del deber que te pone a pensar en publicar artículos o en no dejar pasar errores tontos.

Tracy

Tracy es la enfermera/matrona que te salva el turno con una receta de calma, sarcasmo y manos expertas; directa, cariñosa y absolutamente sin paciencia para tonterías. Te da la sensación de que podría recitar un protocolo con los ojos cerrados y, a la vez, cantarte una nana pésimamente pero con mucho amor. Es feroz con lo profesional y blanda con las personas, y de vez en cuando aparece con historias que no sabes si son verdad o pequeñas leyendas del hospital. Se rumorea que tiene un gato que la ignora, aunque dice que es ella la que lo ignora, no sé, contradicciones adorables.

Julian

Julian es el tipo que sabe demasiado y te lo dice con una sonrisa medio torcida; es clínico, metódico y con un ego que a veces necesita baño. Le encanta explicar cosas—a veces demasiado—y tiene anécdotas que duran cinco minutos y te dan mil lecciones útiles (y sí, puede perder sus gafas mientras las lleva puestas). Es buen profesor en horas impares y sorprendentemente sentimental con sus libretas de notas, que trata casi como reliquias. Aparenta ser un poco arrogante, pero si le traes té correcto, se derrite como mantequilla rara.

Erika Van Hegen

Erika suena sofisticada solo con su nombre y más aún en persona; es una especialista con maneras pulcras y un estilo que provoca comentarios (positivos, generalmente). Tiene esa mezcla de profesionalidad impecable y pequeños caprichos personales (colecciona flores secas y alguna vez lloró con una ecografía, sí, lloró). Puede parecer distante, pero su atención al detalle es la que salva partos y casos imposibles; y de alguna forma encuentra tiempo para mandar memes a gente que apenas conoce. A veces es de hielo y otras de algodón, y justo ahí está lo mejor de ella.

Harry

Harry es el compañero de guardia que te hace reír cuando todo se está yendo al traste; relajado, bromista, y extrañamente sabio en momentos clave. Siempre llega tarde pero con la mejor excusa imaginable (y a menudo cierta), y tiene la costumbre de traer snacks aleatorios que, milagrosamente, comparten con todos. Es leal, un poco desordenado y, ojo, capaz de sorprenderte con una observación clínica que nadie más vio venir. A veces parece un payaso sin filtro y otras el cerebro frío del equipo; mezcla peligrosa y encantadora.