Sobre Love, Victor en pocas palabras:

«Love, Victor» es una serie dramática para adolescentes ambientada en el mismo universo que la exitosa película «Love, Simon». El programa sigue a Victor, un nuevo estudiante en la escuela secundaria Creekwood, mientras navega por su orientación sexual, identidad y relaciones. Con temas de amor, amistad y familia, el programa aborda importantes problemas que enfrentan los jóvenes LGBTQ+ con corazón y humor.

Conoce a los personajes de Love, Victor

Victor Salazar

¡Victor es pura energía nerviosa y corazón gigante, en serio! Creativo, un poco torpe a veces (se tropieza con sus propias palabras y con los muebles), y siempre intentando ser auténtico aunque no siempre sepa cómo. Le encanta dramatizar las pequeñas cosas y luego arrepentirse cinco segundos después —tierno y exagerado a la vez—, y tiene una obsesión adorable con la música y el helado de vainilla, aunque jura que odia el chocolate y a veces termina robando barras. Es el tipo de persona que te hace reír y llorar en la misma conversación, y sí, probablemente tiene un diario secreto con stickers.

Lake Meriwether

Lake es fuego en calma; es súper intensa pero también increíblemente práctica, como si respirara sentido común y sarcasmo. Tiene ese humor ácido que te atrapa, pero cuidado, porque debajo hay mucha lealtad y pocas tonterías —no es de las que perdona fácil, o eso dice, aunque luego siempre vuelve. Ama cocinar para los suyos y luego criticarlos por comer rápido; contradicciones, sí, pero adorables. Se mueve con confianza aunque a veces se deje llevar por la emoción y haga cosas impulsivas que la sorprenden a ella misma.

Andrew

Andrew parece tranquilo a primera vista, pero tiene una paciencia extraña que es casi una superpotencia, como si nada lo sacara de su eje… hasta que sí. Es amable, un poco melancólico a ratos, y tiene un sentido del humor seco que aparece cuando menos te lo espera; también colecciona tazas de café (o eso creo), aunque he visto una vez que rompió dos en una semana, plena contradicción. Muy protector con su gente y con unas manos expertas para arreglar cosas —literalmente—, y a veces se sonroja por cosas pequeñísimas, algo que nadie le cree hasta que pasa.

Benjamin Campbell

Benjamin es el chico encantador-proyecto-de-arte, con una sonrisa fácil y una sensibilidad que duele, en el buen sentido. Le apasiona la música y la moda; siempre tiene una camiseta rara que secreto, le queda increíble, y le encanta hacer playlists dramáticas a las tres de la madrugada. Es inseguro pero compite contra su propio brillo, tratando de parecer despreocupado cuando por dentro está siempre analizando todo. Tiene manías como arreglarse el cabello cada cinco minutos y, curiosamente, una risa que se vuelve más fuerte cuando está nervioso.

Mia Brooks

Mia es fuego puro: directa, encantadora y con una confianza que asusta solo un poquito (en el mejor sentido). Sabe lo que quiere y no pide permiso, y tiene una risa contagiosa que te obliga a sonreír aunque no quieras; a la vez, guarda pequeñas vulnerabilidades que la hacen humana y no solo una pared impenetrable. Amante de la comida reconfortante —y de las noches de películas con exceso de palomitas—, pero también puede ser sorprendentemente suave cuando menos te lo esperas. A veces actúa como si nada la afectara, pero siempre toma notas mentales de todo, lo que la hace peligrosa en el buen sentido.

Isabel Salazar

Isabel es ese tipo de mamá que parece que tiene un manual secreto de la vida, mezclado con dos tazas de café y un poco de drama familiar (claro). Es protectora, trabajadora, y a la vez tan cariñosa que te envuelve sin darte cuenta; mete su nariz en todo y luego lo justifica como “preocupación”, aunque en el fondo le encanta controlar un poquito. Tiene gustos clásicos y guarda recetas de familia que nadie toca porque son sagradas, pero también se rinde ante una mala serie romántica a medianoche, shh. A veces es estricta y otras veces se derrite como gelatina, lo cual es adorablemente inconsistente.

Armando Salazar

Armando es fuerte y suave en dosis curiosas: parece el tipo serio y práctico, pero tiene momentos de ternura que te rompen el corazón (en el buen sentido). Es trabajador hasta el tuétano, protector, y con un sentido del humor seco que raramente muestra… salvo cuando le sale un chiste pésimo que nadie entiende y él cree que es genial. Le encanta la comida casera y los planes bien organizados, aunque a veces improvisa una cena loca que termina siendo la mejor noche. Es un poco contradictorio: habla firme sobre disciplina pero luego canta en la ducha como si nadie existiera.

Felix Weston

Felix es ese amigo medio caótico y totalmente adorable que no teme ser raro; su confianza es contagiosa y su sarcasmo, legendario. Tiene una creatividad explosiva —escribe, dibuja, graba cosas— y a la vez una vena sensible que lo hace sorprendentemente sabio cuando alguien lo necesita. Puede parecer despreocupado pero guarda lealtades profundas, y curiosamente colecciona cosas diminutas (monedas, imanes, notas) como si fueran recuerdos de universos paralelos. Es impredecible: un día es fiesta, al otro día quiere quedarse en casa y organizar su armario por colores; no lo juzgues, es su proceso.

Pilar Salazar

Pilar es calor humano en persona: maternal sin ser empalagosa, fuerte y con una paciencia infinita (o eso aparenta, hasta que no). Es la que recuerda cumpleaños, guarda secretos y cocina como si pusiera amor en cada cucharada —literalmente, tiene recetas con anotaciones por todas partes—. Firme pero dulce, con un sentido del humor que aparece en frases pequeñas y filosóficas a las tres de la tarde; a veces habla en proverbios familiares y se olvida de explicar el resto. Tiene manías tiernas: ordena los condimentos por color y siempre tiene chicles en el bolso; pequeña contradictoria, ama el desorden creativo en la casa pero su cartera es un templo de organización.

Adrian Salazar

Adrian es la calma melancólica y bonita, todo ojos grandes y pensamientos profundos, casi siempre con una canción en la cabeza. Silencioso no significa ausente: observa, siente, procesa y luego suelta una frase que te atraviesa el alma; a veces dramático, a veces literal snoozing machine (se queda dormido en cualquier lado). Es leal hasta el extremo y con una ternura que confunde porque también puede ser sarcástico sin querer; sus gustos son eclécticos —adora el cine viejo y también memes—. Tiene gestos pequeños, como tocarse la oreja cuando está nervioso, que lo hacen irresistiblemente humano.