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¿Cuál personaje de La Serpiente eres?

¿Eres fan de la exitosa serie de televisión "The Serpent"? ¿Alguna vez te has preguntado qué personaje se parece más a ti en la serie? ¡Bueno, no te preguntes más! Toma nuestro divertido e interactivo cuestionario para descubrir qué personaje de "The Serpent" se parece más a ti. ¿Serás el encantador y astuto asesino en serie Charles Sobhraj, el determinado y astuto diplomático holandés Herman Knippenberg, o alguien completamente diferente? Desplázate hacia abajo y haz clic en el botón de inicio para comenzar el cuestionario y descubrir tu verdadera identidad de "Serpent".

Bienvenido al cuestionario: ¿Cuál personaje de La Serpiente eres?

Sobre The Serpent en pocas palabras:

«La Serpiente» es una emocionante serie de drama de crimen real que se estrenó en 2021. Cuenta la historia del notorio asesino en serie Charles Sobhraj, quien acechaba a jóvenes viajeros en el «Camino Hippie» en la década de 1970. La serie sigue los esfuerzos del diplomático holandés Herman Knippenberg y su equipo mientras intentan llevar a Sobhraj ante la justicia. Ambientada en escenarios impresionantes y con una banda sonora fantástica de los años 70, «La Serpiente» es una serie que no te puedes perder si eres fan de los dramas de época y el crimen real.

Conoce a los personajes de La Serpiente

Charles Sobhraj

¡Charles es el tipo que te hipnotiza y te pone los pelos de punta al mismo tiempo! Carismático, encantador y completamente frío cuando quiere serlo — un manipulador nato que actúa como si la vida fuera un juego (y él siempre sabe las reglas, o eso cree). Habla varios idiomas, cambia de identidad como quien se cambia de camisa y, al mismo tiempo, guarda un ego infantil que a veces lo hace cometer errores tontos. Es fascinante y aterrador; te hace reír y luego te preguntas por qué confiaste en él, y sí, tiene una extraña afición por las cosas pequeñas y brillantes que no siempre tiene sentido.

Marie-Andrée Leclerc

Marie-Andrée parece la típica compañera silenciosa pero, ojo, no es tan simple: lealtad intensa y una calma que asusta un poco. Es dulce en apariencia, casi maternal, pero también capaz de cruzar líneas que nadie espera — a veces parece confundida por sus propias elecciones y otras, totalmente convencida. Le encanta el orden (o eso dice), aunque su cuarto puede ser un desastre cuando está nerviosa; contradicciones everywhere. Tiene un aire de misterio triste, y se siente como alguien que ansiaba normalidad pero se dejó arrastrar por otra persona.

Herman Knippenberg

Herman es el periodista/diplomático obstinado que no sabe qué significa “rendirse” — obsesivo pero en el buen sentido, de esos que reconstruyen cada detalle hasta que todo encaja. Es meticuloso, con un humor seco y una paciencia casi insoportable, y al mismo tiempo tiene momentos de impulsividad que sorprenden (sí, es humano). Ama su familia como loco y eso le da una mezcla de ternura y furia cuando las cosas se ponen feas. Lo ves con papeles, fotos, mapas y café, siempre persiguiendo la verdad como si fuera una reliquia perdida.

Angela Knippenberg

Angela es la roca silenciosa detrás de Herman pero con su propia chispa — práctica, cariñosa y con una paciencia que parece inagotable (aunque se le acaban las ganas a veces, claro). Tiene un sentido del humor seco y pequeñas manías domésticas que contrastan con la gravedad de lo que enfrentan; colecciona tazas y nombres de calles, lo juro. A veces habla poco y cuando lo hace, corta la tensión de golpe; otras veces explota en risas inesperadas. Es maternal sin ser empalagosa y resistente hasta el borde de la terquedad.

Ajay Chowdhury

Ajay tiene esa energía de alguien que viaja con la mochila pero con sueños enormes, curioso, alegre y un poquito ingenuo — te cae bien al instante. Era sociable, hablaba con todo el mundo, se alimentaba de comida callejera y buenas conversaciones (y sí, a veces tomaba malas decisiones por confianza). Hay en él una mezcla de valentía y vulnerabilidad que se siente muy real; se le perdonan los errores porque lo ves intentando aprender. Tiene manías: escri-be listas mentales y olvida siempre los paraguas.

Paul Siemons

Paul es el espíritu del mochilero despreocupado que siempre tiene una sonrisa lista y una historia graciosa; ligero, amistoso y un poco descuidado. Confía demasiado, se lanza sin pensar y vive el presente — a la vez que colecciona postales y tiene una sorprendente habilidad para arreglar cosas pequeñas. A veces es el bromista del grupo, pero también guarda silencios largos que nadie logra explicar del todo. Es encantador y exasperante, con un corazón enorme y ojos que parecen creer en la gente hasta el final.

Laver

Laver es de esas personas que pasan desapercibidas pero no lo son en absoluto: sagaz, con recursos, y un código moral flexible como buen superviviente. Tiene un humor cortante y la costumbre de aparecer en momentos raros (como si supiera cuándo todo va a romperse), y luego se esfuma; un fantasma práctico. Le encantan los animales pequeños y coleccionar fósiles (o eso dice), aunque también puede ser frío como un bloque de hielo. Es impredecible, útil y con un pasado que probablemente contarías en pedazos; contradictorio, sí, y por eso lo adoro.

Nadine Gires

Nadine tiene esa alegría luminosa que te contagia, siempre con la cámara lista para capturar algo bonito y con un gusto terrible por los chistes malos (pero entrañables). Es espontánea, cariñosa y tiene una risa que te obliga a sonreír; a la vez guarda una fuerza tranquila que sorprende cuando la ves proteger a los suyos. A veces le entra una timidez rara y se esconde detrás de objetos lindos, otras vuela sin miedo; combinación extraña pero real. Le gustan los sombreros y los mapas de ciudades pequeñas, y dice que colecciona recetas aunque nunca reproduce las mismas dos veces.

Remi Gires

Remi es el contrapunto sereno de Nadine: práctico, firme, con una mirada de “lo arreglo todo” que en realidad arregla menos de lo que promete (pequeña broma). Es protector, trabajador y un poco obstinado, pero también sabe sorprender con gestos tiernos que nadie espera. Le encantan las listas y las rutinas; a la vez, hay una vena romántica que sale en momentos inesperados (y que rompe su coraza). Tiene esa calma europea clásica, y a veces se pierde en pensamientos largos que nadie le pregunta pero todos notan.

Lawana

Lawana tiene un aura de misterio local: recia, lista y con historias que parece guardar en el bolsillo como si fueran caramelos. Es práctica, con ojos que no se pierden nada, y al mismo tiempo muestra destellos de humor seco que te sorprenden — y te hace confiar. A veces parece totalmente inocente y otras, como si supiera demasiado; contradicciones que la hacen fascinante. Le gustan las telas de colores y tiene una risa que suena a campanitas, pero también puede ser seria como una piedra cuando hace falta.