Sobre Blue Bloods en pocas palabras:

Blue Bloods es una serie de drama policial estadounidense que se estrenó en 2010 y desde entonces ha cautivado a la audiencia con su acción intensa y personajes complejos. Ambientada en la ciudad de Nueva York, la serie sigue a la familia Reagan, que tiene una larga historia trabajando en la aplicación de la ley, mientras navegan tanto en sus vidas personales como profesionales. Con sus tramas convincentes, talentoso reparto y temas de familia, lealtad y justicia, Blue Bloods se ha convertido en un favorito de los fans y uno de los programas más vistos en la televisión.

Conoce a los personajes de Blue Bloods

Danny Reagan

Danny es ese detective viejo escuela que te roba la atención sin pedir permiso; duro, directo y con un sarcasmo que corta. Se pasa la vida protegiendo a la gente—y a su familia—pero no confundir protectorado con ternura, que la guarda bajo llave (aunque a veces la llora en el coche, sí, lo admito). Tiene manías: ama el café fuerte, detesta la burocracia y curiosamente hace listas en papelitos que pierde siempre. Ah, y es el típico tipo que te grita y al minuto está arreglando algo por ti; contradictorio hasta la médula, pero imposible no quererlo.

Erin Reagan

Erin es pura precisión: brillante, implacable y con una ética profesional que casi duele de admirar. Como fiscal sabe leer la ley y a las personas, pero también tiene un lado humano que saca a relucir en las cenas familiares (aunque lo oculte con un folder). Le gustan las agendas, los tacones y controlar el caos… excepto cuando ella misma se deja llevar y sorprende con decisiones impulsivas. En serio, un personaje que mezcla rigidez y calor en pequeñas dosis, y a veces me dan ganas de repartirle stickers de «haz una pausa».

Jamie Reagan

Jamie es la energía joven que intenta ser ejemplo, el policía que estudia, pelea y luego se come un sándwich pensando en la justicia social. Idealista, disciplinado (muñequera siempre, o eso creo), con artes marciales en la manga y el corazón demasiado grande para su propia buena reputación. Es terco, a veces ingenuo, y sí, tiene una sonrisa rara cuando está incómodo; adorable y exasperante al mismo tiempo. Lo mejor es verlo aprender y fallar y levantarse, repetidamente —a veces me da pena, y otras me da esperanza—.

Henry Reagan

Henry es la memoria viva de la familia: bonachón, sabio y con historias interminables que empiezan «cuando yo era joven…», y nunca son tan cortas como deberían. Se nota que fue policía de verdad, pero también es el abuelo que hornea galletas (en serio, jura que hornea); a veces confunde fechas y nombres, lo cual lo hace entrañable y un poco misterioso. Es tranquilo, observa mucho y su humor seco aparece cuando menos te lo esperas. En fin, un señor que guarda el pasado con cariño y te lo suelta en anécdotas, a veces contradictorias, siempre cálidas.

Frank Reagan

Frank es la autoridad en persona: comandante, padre, el que toma decisiones y carga con ellas, muchas veces solo. Tiene un sentido del deber tan grande que da miedo, pero también hay momentos en que su lado humano se filtra —un gesto, una frase— y te derriba. Le van los trajes impecables, las reuniones largas y alguna que otra taza de té, aunque jura que prefiere café (no se sabe bien). Es firme pero no insensible, y su liderazgo viene con cicatrices; eso lo hace real y, uff, tan padre a la vez.

Sean Reagan

Sean es el tipo más tranquilo del cuartel, no hace ruido pero está ahí cuando lo necesitas; veterano, confiable, con un humor que aparece en el momento menos esperado. Es práctico, bastante perspicaz y menos teatral que otros, lo que lo hace sorprendentemente letal en investigación (en el mejor sentido). A veces parece distante, aunque en realidad guarda cosas; te confunde porque habla poco y dice más con una mirada. Me encanta que no necesite demostrar nada para ser importante; simplemente lo es.

Nicky Reagan-Boyle

Nicky tiene esa mezcla rara de idealismo y sarcasmo que te hace pensar «esta chica va a conquistar el mundo», y además es increíblemente curiosa. Apasionada por causas sociales, lista para discutir políticas a las tres de la mañana, y con un sentido práctico que la mantiene con los pies en la tierra (aunque a veces flota). Tiene manías de organización—post-its everywhere—y a la vez su cuarto es un caos controlado; típica contradicción millennial, supongo. Es leal, inteligente y un poco feroz cuando se trata de proteger a quienes ama.

Abigail Baker

Abigail es un torbellino: oficial resolutiva, con buen olfato para problemas y una franca falta de paciencia para estupideces. Se nota que no se anda con rodeos y que preferiría la acción a los informes, aunque los hace porque los hace bien (y con estilo). Tiene un sentido del humor inesperado y a veces colecciona pequeñas manías, tipo llevar un bolígrafo de la suerte o comer algo raro antes de una intervención. En resumen: directa, competente y con esa chispa que hace que la quieras en tu equipo ahora mismo.

Garrett Moore

Garrett es el cerebro político detrás del trono: asesor astuto, siempre con la respuesta lista y una habilidad increíble para navegar el lío institucional. Pragmático, leal a Frank (aunque a veces discutan), y con un toque de ironía que lo hace simpático en reuniones largas. Guarda secretos en cajones organizados y tiene un latte favorito que defiende con pasión; me parece raro pero real. Es el tipo que arregla problemas con palabras y estrategias, y cuando menos te lo esperas muestra un lado sorprendentemente comprensivo.