Sobre Person of Interest en pocas palabras:

Person of Interest es un emocionante drama criminal que sigue la improbable asociación entre un programador de computadoras multimillonario recluso y un exagente de la CIA mientras usan un sistema de vigilancia de vanguardia para prevenir crímenes antes de que ocurran. A medida que los dos navegan por los peligros de su mundo de alta tecnología, se unen a un elenco de personajes complejos y cautivadores, cada uno con habilidades y motivaciones únicas. Con acción emocionante, giros ingeniosos en la trama y una exploración reflexiva del papel de la tecnología en nuestras vidas, Person of Interest es una visita obligada para los fanáticos de los programas criminales y la ciencia ficción por igual.

Conoce a los personajes de Person of Interest

John Reese

John Reese es ese tipo que parece salido de una película de acción pero con un corazón sorprendentemente blando, en serio, te sorprende. Ex-agente encubierto, callado, letal cuando tiene que serlo, y al mismo tiempo se le cae la versión paternal con la gente vulnerable — sí, un cliché pero funciona. Lleva chaqueta de cuero, bebe café como si fuera gasolina y odia hablar de su pasado aunque a veces se le escape una broma seca que no pega para nada. Es protector hasta la médula y al mismo tiempo guarda secretos como si fueran piezas de colección, a veces contradictorio y por eso lo quieres.

Joss Carter

Carter es la ley con botas y corazón, la típica mujer policía que no se rinde, punto, y te hace admirarla sin darte cuenta. Incansable, moralmente inquebrantable casi hasta lo doloroso, pero también humana: tiene momentos de duda y ternura que vienen de repente. Le importan las reglas, sí, pero de vez en cuando se salta una para hacer lo correcto — y no lo hace por adrenalina sino por principios, raro pero cierto. Siempre parece tener una mirada que dice “no te metas conmigo”, sin dejar de parecer alguien a quien acudir cuando todo se va al garete.

Harold Finch

Finch es el genio adorable y raro que vive media vida dentro de una gorra y un montón de contraseñas mentales; cariño por la privacidad, terror a las cámaras y amor por los puzzles. Es brillante, muy reservado, y tiene una ética interminable; construyó algo enorme y lo protege como si fuera un niño enfermo, con ternura y paranoia a la vez. Le encanta la música tranquila, colecciona corbatas (aunque dice que no) y es capaz de explicar algoritmos con metáforas de jardinería; se nota que tiene un humor muy suyo. A veces parece frágil pero cuando toma decisiones demuestra una fuerza que te deja sin aliento, y no, no es simple tecnología: es casi filosofía.

Lionel Fusco

Fusco es el soplo de realidad cómico y a la vez el alma vieja de la policía: bufón con licencia para sobrevivir y, sorpresa, tremendamente leal. Empezó como un tipo gris, salpicado de corrupción menor, y terminó siendo ese compañero rudo que siempre trae malas noticias con una mueca — pero también con corazón, bastante. Ama el café amargo, tiene gustos cuestionables en música (según él, “clásicos”) y a veces se comporta como si llevara una vida pasada en sus hombros; contradicciones simpáticas por todos lados. Cuando menos te lo esperas suelta una frase que es oro puro y te recuerda por qué lo necesitas en el equipo.

Root

Root es pura electricidad: impredecible, obsesiva y con un lenguaje propio que te atrapa o te asusta, no hay término medio. Hacker, asesina casi poética, habla con la Máquina como si fuera un amante o un dios, y tiene ese encanto inquietante de quien vive sin reglas salvo las suyas. A veces parece fría y calculadora, otras veces es increíblemente protectora, especialmente con ideas y personas que considera “útiles”; es raro, intenso y fascinante. Tiene manías pequeñas, colecciona llaves o historias (a veces no recuerda cuál), y siempre deja la sensación de que está un paso por delante, aunque a veces finge no estarlo.

Sameen Shaw

Shaw es la definición de cara de póker con sarcasmo para regalar; letal, certera y socialmente minimalista, pero ojo, tiene capas. Ex-militar/operativa que no busca amistad pero la forma de proteger a su gente es brutalmente práctica — y casi cariñosa a su manera —, como abrazos explosivos, ya sabes. Evita sentimentalismos, dice que las metáforas la aburren pero luego suelta una que te mata, es contradictoria y eso la hace encantadora sin querer. Tiene hábitos raros (odia las mascotas pero sabe el nombre de cada perro del barrio), y esa mezcla de humor seco y profesionalismo la vuelve irresistible.