Sobre Stay Close en pocas palabras:

Stay Close es una emocionante serie dramática basada en la novela de Harlan Coben. El programa sigue las vidas de tres personas cuyos caminos se cruzan de maneras inesperadas y peligrosas. A medida que se revelan secretos y se abren viejas heridas, cada personaje debe navegar a través de una red de engaño y traición para descubrir la verdad. Con un elenco talentoso y una trama emocionante, Stay Close es una serie imprescindible para los fanáticos de los dramas llenos de suspenso.

Conoce a los personajes de Stay Close

Megan

Megan es de esas personas que parece tranquila y luego te suelta una confesión que te deja temblando — reservada pero intensa, como si viviera siempre en una película indie. Tiene secretos (obvio) y una capacidad para aparentar normalidad que asusta un poco, aunque a veces se ríe por nada y eso la humaniza. Ama las plantas de interior y habla con ellas como si fueran testigos silenciosos; también, no sé por qué, siempre lleva una libretita diminuta en el bolso. A veces parece valiente y otras veces se esconde hasta debajo de la manta; contradictoria y real, y por eso la quieres.

Dave Shaw

Dave es el padre-cobija que también podría ser un tornado si se enfada; protector hasta el límite y con una paciencia que se le acaba, te lo digo yo. Es práctico, a veces demasiado serio, pero tiene algunos chistes malos que saca en los peores momentos (y a veces funcionan). Ama a su hija Kayleigh con una devoción casi ridícula, y mantiene secretos que lo carcomen de a poco — hay culpa pero también orgullo, mezcla rara. Se le ve siempre con la misma cazadora, o eso jurarías, aunque un día aparece con una que no encaja y piensas “¿qué?” y lo perdonas.

Broome

Broome es el detective mayor, metódico y cansado del mundo, el tipo que tiene todos los casos archivados en la cabeza como si fueran post-its humanos. Parece distante pero está observándolo todo; a veces habla lento, otras suelta una frase afilada que te corta la respiración. Le gusta el té fuerte y las charlas largas sobre procedimientos, pero también tiene una vena sentimental que aparece en momentos ridículamente inoportunos. Es de esos que no se sueltan, se queda pegado a un caso como un chicle en la suela del zapato.

Ray

Ray da esa sensación incómoda desde el primer saludo: demasiado simpático, demasiado observador, y luego… algo no cuadra. Tiene encanto y una sonrisa que usa como herramienta, pero hay capas oscuras y pequeñas vergüenzas que nadie quiere mencionar; es peligroso y a la vez lamentable, lo cual es peor. Ama los detalles pequeños (recuerda tu orden de café, por ejemplo), y tiene gustos raros, como coleccionar bolígrafos usados. A veces parece un romántico desafortunado y otras un depredador frío; no puedes decidirte y por eso da tanto miedo.

Harry

Harry es el amigo de bar con más historias y menos filtros, el tipo que empieza diciendo “te juro que…” y luego te suelta un rollo que dura media hora. Risueño, algo torpe, pero sincero en lo profundo — muy buen corazón aunque haga elecciones cuestionables (y de verdad, cuestionables). Tiene manías adorables: le teme a los pájaros grandes y colecciona tazas con frases muy malas. Es la clase de personaje que quieres mantener cerca porque aunque sea un desastre, te hace sentir menos sola.

Kayleigh Shaw

Kayleigh es fuego joven y drama concentrado, tampón explosivo de emociones y decisiones impulsivas; adolescente con un radar para problemas. Se muestra dura y provocadora, pero en el fondo es tan vulnerable que te dan ganas de abrazarla y también de sacudirla, a partes iguales. Le encanta la música fuerte, se pinta las uñas de colores imposibles y tiene una relación compleja con su padre que es toda una montaña rusa. A veces actúa como si nada le importara y al siguiente minuto se desmorona; típica pero única.

Erin Cartwright

Erin tiene una curiosidad que raya en lo obsesivo, la clase de persona que nota la mancha en la cortina y la historia detrás de una mirada. Es práctica, empática y un poco metomentodo — en serio, se le van los ojos al misterio como a un imán — y eso la mete en problemas y también la convierte en alguien indispensables. Tiene una risa rara que aparece cuando está nerviosa y colecciona libretas, aunque jura que ya no escribe en ellas (claro). Puede ser dulce y a la vez terriblemente implacable cuando quiere respuestas; no te la imagines simple.

Ken

Ken es el vecino que siempre aparece con una solución medio rara y una cerveza en la mano; muy solícito y con aire de profesor frustrado. Le gusta tener todo ordenado, le encanta la rutina y, curiosamente, es terriblemente supersticioso en temas pequeños (no pisa las líneas del suelo, por ejemplo). A veces habla demasiado sobre trivialidades pero en el fondo es observador y guarda detalles que luego resultan útiles — sí, el típico que nadie ve venir. Tiene un sentido del humor seco y un armario con más jerséis de lana de lo normal.

Fester

Fester es inquietante en el buen y mal sentido; desagradable, torpe socialmente y con un aura de misterio asqueroso que engancha. Es el tipo que hace cosas que deberían sonar a cliché de villano pero las hace con una naturalidad que lo vuelve más real (y más peligroso). Ama los rompecabezas pero pierde las piezas; colecciona llaves que no encajan en nada, o eso dice él. Es repulsivo y trágico a la vez, y por eso no puedes apartar la mirada aunque quisieras.

Lorraine

Lorraine es la vecina chismosa con corazón de oro y uñas perfectamente pintadas; sabe todo del barrio y nada de las cosas importantes, curioso, ¿no? Se la ve mandona pero cuando la necesitas aparece con galletas y consejos que a veces funcionan. Tiene un pasado que sugiere fuerza contenida, y a ratos se le escapa una ternura inesperada (y luego vuelve a gruñir, clásico). Le gustan las novelas rosas y los programas de cocina, lo cual la hace un poco adorable y un poco impredecible a la vez.

Simona

Simona es directa, feroz y no se anda con rodeos — la persona que pega la bocanada de aire fresco cuando todo huele a secretitos. Trabaja duro, dice lo que piensa y tiene un sentido del deber que a veces se agota pero nunca desaparece del todo. Es buena con las manos (cocina, repara cosas) y tiene una risa que nadie espera, como si fuera un gato cachondo. A veces es dura hasta lo insoportable, otras se derrite por un gesto pequeño; contradictoria en la mejor acepción.