Sobre Dexter en pocas palabras:

Dexter es una serie de televisión estadounidense de drama criminal que se estrenó en 2006 y se emitió hasta 2013. La serie sigue la vida de Dexter Morgan, un analista de patrones de salpicaduras de sangre para el Departamento de Policía de Miami Metro, quien también resulta ser un asesino en serie con su propio código moral. El programa explora las líneas borrosas entre el bien y el mal, la justicia y la venganza, y las consecuencias de las acciones de uno. Con su emocionante trama y personajes complejos, Dexter se ha convertido en un clásico de culto y un favorito de los fans.

Conoce a los personajes de Dexter

James Doakes

Doakes es ese tipo que entras en la habitación y todo se vuelve incómodo en el mejor sentido posible; no sonríe mucho y cuando lo hace parece sospechoso incluso para sí mismo. Es brutalmente honesto, terco como una roca y con una paciencia que se acaba justo cuando alguien miente (lo juro, puedes verlo en sus ojos). Tiene un código propio, casi primitivo, y sorprendentemente le gustan las cosas sencillas —o eso dicen, aunque también colecciona recuerdos raros, como fotos antiguas que nadie entiende. A veces parece más fácil de entender de lo que realmente es; otras, es un misterio que gruñe mucho. Y sí, probablemente toma café frío y siempre olvida dónde puso las llaves… o eso es lo que él quiere que pienses.

Maria LaGuerta

LaGuerta es puro control con tacones, ama el poder y el drama en dosis iguales, y lo lleva todo como si fuese un accesorio caro. Tiene talento para la política interna del departamento, sabe cuándo sonreír y cuándo clavar la mirada —y ojo, también presume de memoria fotográfica, aunque a veces se le borran detalles a su favor (eh). Le encanta la autoridad pero también le encanta sentirse adorada, un combo peligroso y adorable a la vez. No es ni totalmente mala ni totalmente buena; es eficiente, peligrosa cuando conviene y sorprendentemente leal a su visión de justicia. Además, colecciona lapiceros bonitos y los pierde con frecuencia, ironías de la vida.

Hannah McKay

Hannah es hermosa como una postal conspirativa: dulce de frente pero con caminos tramposos por detrás, un poco como una flor venenosa que te guiña un ojo. Tiene esa mezcla de encanto inocente y manipulación fina que asusta y atrae al mismo tiempo; cocina cosas y también guarda secretos en frascos (literal o figurativamente, quién sabe). Parece calma, casi etérea, hasta que algo la empuja y entonces se vuelve feroz, decidida y espantosamente eficiente. No siempre sabes si creerle, y para ser honestos, eso es parte de la gracia —te deja pensando en contradicciones que te hacen sonreír nerviosamente. Y bueno, habla de jardinería como si fuera una confesión íntima, lo cual es raro pero adorable.

Angel Batista

Angel es el corazón del grupo, el tipo que te escucha y además te recuerda el cumpleaños de tu perro —tiene esa capacidad extraña de ser solidario sin poner demasiada pompa. Es honesto, trabajador, con un sentido del humor suave que aparece en los momentos más inesperados; también es un poco sentimental, sí, pero en el buen sentido, no el de telenovela. Le encanta la familia y valora la lealtad de una manera muy palpable; a veces exagera en proteger a los suyos, lo que lo hace heroico y torpe a la vez. Tiene un gusto terrible por las corbatas ridículas y, curioso, siempre huele a colonia de abuelo; no sé por qué pero funciona.

Vince Masuka

Masuka es ese personaje que no puedes mirar sin sonreír incómodamente; chiste tras chiste inapropiado, pero también tiene una mente criminal absolutamente aguda. Es irreverente, sin filtros, y a la vez formidable en su trabajo forense; su humor tapa una inteligencia que asusta cuando se queda en silencio. Le encanta hablar de lo grotesco y también coleccionar curiosidades humanas —a veces parece una enciclopedia de rarezas. Puede ser terrible con las sensibilidades (lo admite poco), pero su lealtad al equipo es innegable y de algún modo genuina. Ah, y tiene una taza con un esqueleto que dice cosas malas; te lo digo porque la vi.

Joey Quinn

Quinn es el encanto imperfecto: guapo, con un pasado medio borroso y una sonrisa que fastidia a medias porque sabes que ha hecho cosas mal. Es práctico, un poco cínico, pero con momentos de nobleza que aparecen cuando menos lo esperas (esos momentos te pegan en el estómago). Le gustan las respuestas simples aunque su vida rara vez se lo permite; improvisa, mete la pata, luego vuelve a intentarlo, humano total. Tiene una vibra de «tipo normal que intenta hacer lo correcto» y falla a veces, claro, pero eso lo hace real y sorprendentemente adorable. Y sí, colecciona chaquetas de cuero usadas, no preguntes por qué.

Harry Morgan

Harry es la figura paterna con sombras; sabio, endurecido por la vida, enseñó a Dexter a sobrevivir y también a fingir normalidad con una precisión casi militar. Es práctico, con una moral fría y una lógica que asusta porque funciona—aunque su idea de protección a veces raya en la manipulación, lo que lo convierte en un personaje complicado. Tiene ese aire de leyenda, historias sin confirmar y un amor profundo por normas estrictas; sus lecciones vienen con cicatrices. Hay un lado tierno (sí, sorpresivo) donde aparece un viejo con afición por los puzzles y la cerveza barata.

Rita Bennett

Rita es la calma después de la tormenta y la tormenta en una taza de té; dulce, endeble a primera vista, pero con una fuerza silenciosa que aparece cuando hace falta. Busca seguridad y normalidad con todo su ser, y a veces eso la hace parecer ingenua, aunque no lo es —simplemente elige creer en cosas buenas, por ahora. Es maternal, tremendamente leal y un poco insegura, lo que la humaniza muchísimo; además, tiene una risa contagiosa que aparece en los peores momentos como rebeldía. A veces parece que colecciona mantas, no sé por qué, pero es una obsesión tierna.

Debra Morgan

Debra es pura intensidad; explosiva, brillante y con una lengua que no perdona, pero también con un corazón enorme que intenta no mostrar demasiado (mala idea). Es ferozmente leal, compite con todo y con todos, y su sarcasmo podría ser un arma blanca. Tiene aspiraciones grandes y un ego que la impulsa a ser mejor, aunque se mete en líos por seguir su intuición más que por pensar —y sí, eso la hace humana y caótica a la vez. Es dulce cuando menos lo esperas (sí, hay momentos blanditos), y colecciona frases de cine que usa en situaciones inapropiadas constantemente.