Sobre Law and Order: SVU en pocas palabras:

Law and Order: SVU es una serie de drama criminal de larga duración que sigue a los detectives de la Unidad de Víctimas Especiales mientras investigan crímenes de naturaleza sexual en la ciudad de Nueva York. El programa aborda temas sensibles como la violación, el asalto sexual y la violencia doméstica, destacando el costo emocional que estos crímenes tienen tanto en las víctimas como en los detectives. La serie se ha convertido en un fenómeno cultural y ha recibido aclamación crítica por sus actuaciones poderosas y sus historias que invitan a la reflexión.

Conoce a los personajes de Law & Order: SVU

Elliot Stabler

Stabler es puro fuego: intenso, directo y con esa lealtad feroz que te hace pensar que es un héroe de acción con problemas de ira… pero también es un padre obsesivo que cocina mal pero insiste en que su lasaña es la mejor (no lo es, pero bueno). Tiene un código moral tan rígido que a veces da miedo, y aún así se mete en decisiones impulsivas como si respirara peligro. Me encanta que sea tan contradictorio, serio en el trabajo y torpe con las emociones, y sí, probablemente tiene un tatuaje que nunca muestra.

Fin Tutuola

Fin es el tipo que te cuenta la historia más loca del bar y aún así suena creíble; gruñón en apariencia, pero con un sentido del humor seco que te mata cuando menos lo esperas. Ex narcotraficante reconvertido a detective veterano, tiene el instinto de la calle y una paciencia infinita, aunque a veces parece dormirse en las reuniones. Ama el café fuerte —o eran donas?—, y guarda secretos que nunca suelta, como ese curioso amor por las películas románticas que nadie le cree.

Donald Cragen

Cragen es el capitán clásico: autoridad tranquila, sonrisa cansada y una mirada que dice «he visto demasiado», pero también es el tipo que pone música vieja en la oficina a las tres de la mañana, no sé por qué. Tiene una moral firme, pero no es de esos que dan lecciones, más bien corrige con ironía y cariño brutal; además, es sorprendentemente sentimental con los aniversarios de equipo. A veces parece un papá gruñón y otras veces el amuleto de la comisaría, y sí, jura que fuma menos de lo que aparenta.

John Munch

Munch es el rey de las teorías conspirativas y de los comentarios sarcásticos que cortan como cuchillo, ¡cómo no quererlo! Periodista frustrado, detective hipersarcástico, siempre tiene una referencia oscura y ejecuta una mirada que vale por mil observaciones. Es políticamente incorrecto a propósito y a veces demasiado oscuro, pero también hay un tipo melancólico ahí que colecciona anécdotas raras y tal vez escribe poesía en la oscuridad (quién sabe).

George Huang

George es el cerebro clínico que te derriba con una observación fría y perfecta; psicólogo/forense cultural, elegante en su análisis y, sorpresa, con un sentido del humor seco que llega cuando menos lo esperas. Tiene una calma casi zen, aunque en momentos se deja llevar por la intensidad intelectual; además, colecciona plantas? o insignias? recuerdo algo raro. Aporta siempre esa perspectiva científica y humana a la vez, y es increíblemente bueno detectando contradicciones en los demás.

Rafael Barba

Barba es puro filo: brillante, impecable y con un ego tan pulido que brilla; fiscal ambicioso, habla con precisión letal y te hace sentir que te han acusado aunque solo estés pidiendo direcciones. Amante de los trajes y de la retórica elegante, también tiene una vena increíblemente emocional que aparece cuando menos te lo esperas —sí, llora en momentos dramáticos, lo juro—. Es sofisticado pero no hermético; guarda un playlist secreto de baladas cursis y lo digo sin pruebas, solo intuición.

Dominick Carisi, Jr.

Carisi es el alma buena que a veces mete la pata, con una mezcla adorable de ingenuidad y terquedad moral, como ese amigo que siempre intenta ayudar aunque compliquen todo. Empático hasta doler, también es sorprendentemente astuto en procedimientos y tiene una extraña afición por los crímenes de series antiguas, lo que lo hace entrañable y ridículo a la vez. Se pelea con el papeleo pero nunca con su conciencia; y sí, cocina unos pretzels que nadie le pidió pero son raramente buenos.

Nick Amaro

Amaro es el tipo que intenta ser normal pero arrastra dramas personales que le dan una capa complicada, pasión y culpa mezcladas en proporciones explosivas. Ex militar o algo así (o eso recuerdo), es protector, a veces demasiado defensivo, y tiene una paciencia que se le acaba de golpe; fuera de eso es un buen compañero de lucha y, sorpresa, le gustan las baladas latinas cuando nadie mira. A veces choca con la ley por emoción, otras veces la sigue al pie de la letra; contraste constante, y por eso lo quiero.

Amanda Rollins

Rollins es un tornado de emociones: carismática, autodestructiva a ratos y con una risa que llena la sala, aunque también guarda sombras profundas. Tiene problemas personales, hábitos de riesgo y una fortaleza feroz; mezcla acento sureño (a veces pronunciado, a veces casi ausente) con una capacidad de investigación que te deja pensando «¿cómo no la contrataron antes?». Le gusta el café, las apuestas o eran los cigarrillos? Bueno, algo autodestructivo que le da drama, y aun así es increíblemente leal y empática.

Olivia Benson

Benson es el centro, la roca emocional y moral de todo: empática hasta el hueso, feroz defensora de víctimas y no, no es perfecta, pero casi. Tiene una ternura que desarma y una determinación que intimida; algunas veces actúa como madre, otras como líder fría, y ambas cosas le quedan bien. Ama a su familia elegida, guarda fotos en su móvil que solo ella entiende y, rumor, es fan de las novelas policiales clásicas —o me lo inventé?—.

Katriona Tamin

Katriona, Katt, es la joven brillante y ambiciosa con una lengua afilada y una sonrisa que te desconcierta; inteligente, súper preparada y a veces un poquito teatral, como si estuviera siempre en tacones aunque esté en la escena del crimen. Le encanta resolver rompecabezas y tiene una ética de trabajo casi obsesiva, pero también colecciona chicles de sabores raros, sí, eso lo recuerdo. A veces se muestra fría y otras veces revela una vulnerabilidad inesperada —lo cual la hace aún más intrigante—.