¿Quién eres en Death in Paradise según tus preferencias alimenticias?
¿Te encanta el drama criminal británico-francés Death in Paradise? ¿Alguna vez te has preguntado qué personaje de la serie se parece más a ti según tus preferencias alimentarias? ¡Haz nuestro cuestionario y descúbrelo! ¿Eres más como el encantador e intuitivo Inspector de Policía Jack Mooney, que ama un contundente desayuno inglés, o como el sofisticado y culto Comisario Selwyn Patterson, que prefiere la fina cocina francesa? Desplázate hacia abajo y haz clic en el botón de inicio para descubrir tu pareja gastronómica en Death in Paradise.
Sobre Death in Paradise en pocas palabras:
La serie de televisión Death in Paradise es un drama policial ambientado en la ficticia isla caribeña de Saint Marie. El programa explora temas de crimen, misterio e investigación mientras los personajes resuelven varios casos de asesinato en la isla.
Conoce a los personajes de Death in Paradise
Richard Poole
Richard es el arquetipo del inglés serio y meticuloso, todo traje perfecto, té a horas exactas y una cara que dice “no me hables del clima” — pero claro, está en el Caribe, lo cual le da un rollo tragicómico. Le encantan las reglas y los protocolos (los ama, de verdad) pero a veces es tan despistado socialmente que olvida ponser el reloj o se confunde de mesa en el café, ¡clásico! Tiene un gusto secreto por la comida local que niega con vehemencia: lo vi una vez comiendo algo con salsa picante y luego lo juró que “solo olfateó”; te lo juro, me río solo pensando en esa escena. Es increíblemente competente en el trabajo, frío y analítico, y aun así, de vez en cuando, tararea música calipso que luego niega haber escuchado.
Humphrey Goodman
Humphrey es el tipo torpe y adorable que tropieza con las pistas pero de alguna forma las resuelve todas, un desastre brillante y muy humano; su entusiasmo es contagioso, en serio. Siempre tiene una idea rara, una analogía extraña y una expresión de “aquí vamos otra vez” que te derrite, aunque también es capaz de reírse de sí mismo (y de su pelo, que no coopera). Se distrae con sándwiches extraños en el bolsillo de la chaqueta y reparte chistes malos a lo largo de las entrevistas, pero cuando se pone serio, su intuición es letal. Ah, y colecciona bolígrafos — no preguntes por qué —, y a veces se equivoca al usar la terminología policial, lo que lo hace aún más entrañable.
Jack Mooney
Jack tiene ese aura de tío tranquilo y algo melancólico (sí, la historia personal pesa, pero no de la manera dramática, más bien con paciencia), y es el que te sorprende por ser cuidadoso y a la vez con un sentido del humor seco. Le gustan los puzzles, el té, la guitarra y las caminatas por la costa; parece siempre que se tomó la vida con calma, aunque está atento a cada detalle de un crimen. Es padre en el corazón, protectivo y con chistes que llegan tarde pero igual dicen la verdad; también se le da cocinar platos curiosos a medianoche, lo que contradice su imagen de hombre metódico. Cuando detecta una contradicción en una historia, se transforma: no pierde la calma y, pum, conecta todo.
Neville Parker
Neville es el extremo opuesto de “discreto”: maniático del orden, germófobo simpático, con listas, horarios y una meticulosidad que a veces parece una comedia (pero funciona). Le encantan los pájaros y tiene rutinas de desayuno que parecen rituales religiosos; no obstante, tiene una debilidad por la comida picante y por bailar en secreto, cosas que no encajan… pero le hacen humano. Es brillante en pensamiento lógico, casi robótico cuando trabaja, aunque de vez en cuando su humor seco se cuela y te sorprende con un comentario agudo. Ah, y odia la arena con pasión, pero se dejó convencer para un picnic en la playa — sí, contradicciones vivas.
Selwyn Patterson
Selwyn (Patterson, el jefe tranquilo y sabio) es como ese abuelo que sabe todo y no necesita gritarlo; autoridad natural, voz pausada, y consejos que son proverbios a medias (a veces mezcla refranes, lo cual es maravilloso). Tiene un sentido del humor seco, finge indiferencia pero le importa muchísimo la comunidad — y lo demuestra en pequeñas cosas, tipo arreglar sillas en la comisaría a las tres de la tarde. Ama el cricket, la jardinería y, sospecho, un buen ron aunque lo niegue delante de los jóvenes oficiales; también colecciona historias de casos antiguos como si fueran postales. Es protector, paciente y con un ojo para detectar tonterías (no tolera los festejos innecesarios, pero se ríe por dentro).
Catherine Bordey
Catherine es la dueña del corazón del pueblo y de la mejor cafetería de la isla, regenta el lugar con mano firme y consejos gratis para todo el mundo (y sí, te juzga, pero te salva con arroz y frijoles después). Es madre, amiga, la que organiza funerales, bodas y peleas de vecinas sin despeinarse; su lengua es afilada pero su abrazo es más grande que su mochila de secretos. Cocina como si resolviera casos: con intuición y sazón, y a veces te lanza una indirecta como quien no quiere la cosa pero sí — ella lo sabe todo. Tiene modales contundentes y un pasado sentimental que le da matices; insiste en que nunca llorará en público pero trae pañuelos por si acaso.
Florence Cassell
Florence es esa oficial lista, fuerte y moderna que combina profesionalismo con un sentido de la moda práctico (sí, botas que sirven para correr y a la vez están cool). Es directa, no se calla nada, y lleva un equilibrio extraño entre vulnerabilidad y coraje que la hace fascinante; además tiene una sonrisa que aparece justo en el momento menos esperado. Le gusta la fotografía y a veces llega tarde porque estaba tomando “solo una foto más”, lo que es adorablemente contradictorio con su puntualidad en el trabajo. Tiene código moral firme, pero de vez en cuando comete pequeñas travesuras (toma postres que no son suyos, culpa al perro si hay uno alrededor).
Jean-Pierre Hooper
Jean-Pierre (JP, el encanto ambulante) es carisma puro: sonríe, bromea, canta un poco y resuelve cosas con estilo — a veces parece más preocupado por el ritmo de la música que por la escena del crimen, pero no te equivoques, tiene ojo clínico. Ama la música, los trajes llamativos y contar historias de su juventud (que a veces son exageradas, pero ¿quién no?). Es cálido, cercano, un poco fiestero y sorprendentemente profundo cuando toca el tema correcto; guarda una paciencia infinita con los novatos. También colecciona sombreros raros y tiene una teoría sobre por qué el mejor ron cura los quebrantos del alma — hablar con él es medio consejo de vida, medio show.

Lucas es un fan de toda la vida de la televisión, el cine y todo lo que está en medio. Tiene un talento para captar los pequeños detalles que hacen que una historia sea inolvidable. Sus cuestionarios combinan humor, perspicacia y el nivel justo de desafío, haciéndolos divertidos para fanáticos de todas las edades. A Lucas le encanta crear preguntas que ayuden a las personas a encontrar conexiones con personajes y tramas, siempre buscando hacer que cada cuestionario sea una experiencia única y atractiva para todos.