Sobre Fire Country en pocas palabras:

Un joven convicto se une a un programa de bomberos en busca de redención y una sentencia de prisión reducida. Él y otros presos trabajan junto a bomberos de élite para extinguir incendios masivos en toda la región.

Conoce a los personajes de País del Fuego

Eve Edwards

Eve es ese tipo de personaje que entra en una habitación y ya sabes que algo va a pasar, en serio, energía pura. Es decidida, con instinto para liderar y una manía por llevar guantes aunque a veces los odia y se los quita en medio de una reunión (no preguntes por qué). Tiene secretos que la hacen compleja y, ojo, no siempre sigue las reglas —dice que las respeta pero es la primera en romperlas—, y aún así logra que la gente la siga como si fuera una brújula humana. Ah, y siempre tiene una taza de té (o café, depende del día) en la mano, lo juro, es como su amuleto.

Manny Perez

Manny es el corazón de la calle, un tipo con sonrisa fácil y sarcasmo inmediato, pero con principios que te rompen el pecho si te pones serio. Súper leal, sabe dónde están todos los atajos y quién necesita ayuda, y cocina unas cosas raras que supuestamente son recetas de su abuela aunque nadie sabe si eso es verdad. Es directo pero a veces tímido con las cosas del amor —y sí, colecciona selos antiguos, sí, de verdad, es extraño y adorable—. Habla mucho, escucha menos, y aun así cuando hace silencio te das cuenta de que estaba pensando en algo muy profundo.

Bode Donovan

Bode es el tipo duro que no se inmuta, calma sobria, mirada profunda y un pasado que huele a demasiadas decisiones difíciles. Protector hasta la médula, casi siempre parece a punto de decir algo importante y luego solo suspira; tiene manos grandes que sorprenden por lo suaves que son con los demás. Le gusta construir maquetas de barcos, curioso para alguien que dice odiar el agua, y sí, es contradictorio, pero eso lo hace humano. No habla mucho de su historia, y cuando lo hace, te engancha sin querer; peligroso y fiable al mismo tiempo.

Jake Crawford

Jake es el carismático encantador que te roba una sonrisa antes de que sepas lo que pasó, vive al filo y ama el riesgo —y los sombreros ridículos, por alguna razón—. Es imprudente y buen amigo, con una risa contagiosa y una habilidad sospechosa para salir de problemas (a veces por suerte, a veces por pura desfachatez). Tiene un lado cursi que sale a medianoche: escribe poesía (muy mala, pero poética) mientras al mismo tiempo jura que nunca lloró por nadie —mentira, claro—. Encaja donde quiere, se mete en líos y, si lo necesitas, es el primero en aparecer aunque diga que no puede; es así, contradictorio y encantador.

Gabriela Perez

Gabriela es fuego puro: activista, feroz, con una retórica que pone la piel de gallina y las caras de los que la escuchan en rojo —es tremenda en manifestaciones—. Cuida su barrio como si fuera su casa (literalmente pasa las noches repartiendo comida), y tiene un punto blando por los gatos callejeros que aloja en su balcón; jura que no tiene tiempo para mascotas pero siempre hay un gato nuevo. Es inteligente, estratégicamente brillante y un poco impulsiva —a veces planifica todo en detalle y otras arranca sin pensar—, y eso la hace impredecible y viva. No te dejes engañar por su dureza; debajo hay una ternura que sale en momentos raros pero muy reales.

Sharon Leone

Sharon parece sacada de una portada: impecable, calculadora y con sonrisa que corta, CEO-nivel de presencia, ¿me sigues? Es fría cuando toca negociar (y lo disfruta), pero tiene un secreto ridículo: escribe fanfics románticos a escondidas y se ruboriza si lo descubres (sí, leico). Le encanta el control, organizar cosas y planear varias jugadas adelante, aunque por dentro a veces se sienta sola y un poco cansada de ser perfecta. Puede ser implacable y generosa al mismo tiempo —y no, no es un error, simplemente es Sharon—.

Vince Leone

Vince es el contrapunto sereno a la tormenta Leone: calculador sin ser cruel, con la paciencia de quien ha esperado mucho y sabe mover piezas como un ajedrezista. Le gusta el piano, pero escucha rock a todo volumen y a veces afirma que detesta la música clásica (otra contradicción más), y es sorprendentemente afable con la gente que le cae bien. Estratega, hermano protector, y con un humor seco que aparece en los peores momentos; a veces parece emocionalmente contenido y otras veces estalla en risas tontas. Es el tipo de personaje que guarda notas en un cuaderno viejo y a veces olvida dónde las dejó, lo cual es adorable y frustrante.