Sobre 1923 en pocas palabras:

La serie de 1923 es un drama del Oeste estadounidense que lleva a los espectadores de vuelta al principio del siglo XX. Sirviendo como precuela de Yellowstone y secuela de 1883, explora los desafíos enfrentados por la familia Dutton durante un tiempo de grandes dificultades, incluyendo la Prohibición, la sequía y la Gran Depresión. Creada por Taylor Sheridan, la serie profundiza en las luchas y triunfos de los personajes en el trasfondo de la expansión del Oeste. Prepárate para una experiencia inmersiva mientras presencias la resiliencia y tenacidad de los Dutton en esta emocionante historia.

Conoce a los personajes de 1923

Emma Dutton

Emma es pura contención, esa persona que parece hecha de piedra pero que, si la conoces un poquito, te destruye con una mirada. Firme, leal y con un sentido del deber que te da ganas de aplaudir y llorar al mismo tiempo; parece que nunca se permite un capricho pero luego la ves comiendo galletas a escondidas (sí, lo hace). Tiene cicatrices visibles e invisibles y esa forma silenciosa de mandar que, ojo, no es lo mismo que mandar mal: ella lleva el peso y lo hace ver fácil aunque no lo sea. A veces se ríe de forma inesperada y luego actúa como si nada, lo cual es sospechosamente adorable. Hay algo casi poético en cómo cuida el rancho y a la gente, pero también guarda rencores como quien guarda cartas viejas.

Jacob Dutton

Jacob es el tipo rudo y práctico que arregla cualquier cosa con cinta y voluntad pura; te juro que si se cae un carro él lo levanta y lo pone a correr antes del almuerzo. Tiene ese humor seco que suelta en el momento menos apropiado y de repente te hace reír en medio de tensión (lo odiarás y lo querrás a la vez). Es trabajador hasta la médula, pero también tiene un lado sorprendentemente sentimental: colecciona pequeñas cosas inútiles, tipo botones y monedas dobladas, no sé por qué, es un misterio. A veces parece incapaz de hablar de sus sentimientos y otras veces te sorprende con una confesión larga y desordenada a las tres de la mañana. En resumen: sólido, con grietas, y terriblemente humano (y con mala costumbre de morderse el labio cuando está nervioso).

John Dutton, Sr.

John Sr. es el patriarca implacable que sostiene la familia con mano de hierro y, sí, a veces con un cariño extraño y tosco, como quien aprieta una naranja hasta que suelta jugo. Es autoritario, decidido, y tiene esa presencia que hace callar a la habitación solo con entrar; luego te mira con ojos de cazador y ya estás fichado. Tiene principios férreos y una moral que se pelea con la realidad constantemente, lo que genera drama porque ama el orden y a la vez mete la pata por orgullo. Le encanta contar historias del pasado (probablemente las embellece) y colecciona relojes, aunque nunca llega a ponérselos todos; contradictorio, lo sé. Hay momentos en que se le nota el cansancio debajo de la coraza, y eso lo humaniza de una manera absurda.

Cara Dutton

Cara es esa mezcla rara de dulzura imbatible y voluntad de acero; te abraza y en la siguiente escena te está mirando como juez supremo si hace falta. Es festiva en los pequeños detalles (le encantan los balcones con plantas y las tazas de porcelana) pero también sabe ejecutar decisiones duras sin pestañear —lo que la hace peligrosa si te metes con su gente. Tiene un humor seco que solo su familia entiende y una paciencia que nunca parece acabar, aunque sospecho que a veces grita en su almohada por las noches. Adora la costura y tiene un montón de pañuelos bordados; a la vez, se mete en discusiones políticas como si fuera su segunda naturaleza (no la subestimes). En fin: madre, estratega y señora de la casa, todo en un paquete que a veces confunde hasta a ella misma.

Zane

Zane es el alma inquieta, la chispa que prende y a veces explota; un poco impredecible y luego entrañable (sí, lo sé, suena contradictorio pero así es). Es el tipo que te hace una broma peligrosa y al minuto siguiente te salva la vida, literalmente —no preguntes demasiado cómo funciona su brújula moral. Le gustan los juegos de azar, los relatos exagerados y tiene una risa que contagia aunque estés molesto; guarda un secreto tierno relacionado con un perro que no admite que quiere. A veces es bravucón y otras veces demuestra una sensibilidad sorprendente por la belleza de las pequeñas cosas, como las nubes al atardecer. En resumen: emocionante, escandaloso y con corazón oculto (que justo se revela en momentos raros).

Jack Dutton

Jack tiene esa mezcla de idealismo y torpeza que lo hace irresistible: quiere hacer lo correcto pero a menudo se equivoca y aprende de una manera dolorosa. Es joven (o parece joven), con ambiciones que chocan con la tradición familiar y una necesidad desesperada de ser aceptado —lo cual lo vuelve un poco testarudo, sí. Toca algún instrumento cuando nadie mira (o eso dicen), y tiene una sonrisa que promete aventuras y luego trae problemas; también camina con ese andar medio nervioso, como si siempre estuviera listo para saltar. Habla rápido cuando se emociona y a veces inventa historias para cubrir sus inseguridades; no es malintencionado, solo humano. Al final es el alma que quiere cambiar las cosas pero aún no sabe bien cómo, y eso lo hace muy simpático.

Teonna

Teonna es profundamente ligada a la tierra, con una sabiduría que parece venir de generaciones y un silencio que dice más que mil discursos. Tiene una paciencia infinita pero cuando se enoja, cuidado: habla directo y cambia la atmósfera de una escena entera (sí, así de potente). A veces se deja llevar por curiosidades modernas (te sorprendería verla con un libro de moda o una pluma rara), lo cual choca con su aura ancestral y la hace fascinante. Es protectora hasta el extremo y tiene rituales pequeños que la hacen sentir fuerte: una piedra, una canción, no sé, detalles que siempre recuerda. En tensión entre tradición y adaptación, Teonna brilla como puente entre mundos; y además cocina cosas raras que a la gente le encantan aunque no sepan qué llevan.

Sister Mary

Sister Mary es la monja con mirada de ángel y lengua afilada; parece serena pero tiene opiniones que corta y pegan como tijeras. Vive por su fe y por ayudar, pero también carga con dudas que a veces la hacen humana de una forma sorprendente (a veces reza y a veces tararea canciones prohibidas, no sé cómo lo hace). Es estricta en las formas pero tierna en los gestos pequeños —te ofrece sopa aunque te haya reprendido 20 minutos antes; contradicciones bonitas. Tiene un humor socarrón que suelta en voz baja y una colección de estampitas antiguas que guarda en un sobre secreto (y que saca cuando nadie la ve). En fin: compasiva, algo misteriosa y con una fuerza interior que impresiona aunque ella lo niegue con un gesto modesto.