Sobre The West Wing en pocas palabras:

El Ala Oeste es una serie de televisión dramática política estadounidense que se emitió en NBC desde 1999 hasta 2006. El programa sigue el trabajo diario del personal de la Casa Blanca del ficticio presidente demócrata Josiah Bartlet y sus esfuerzos por gobernar los Estados Unidos. La serie es conocida por su diálogo rápido, las complejas relaciones entre los personajes y su representación de los entresijos del sistema político estadounidense. El Ala Oeste ganó múltiples premios Emmy durante su emisión y su impacto en la cultura popular todavía se siente hoy en día.

Conoce a los personajes de El Ala Oeste

Jed Bartlet

Jed es ese presidente brillante que a veces te deja sin aliento por lo inesperado de sus referencias culturales (Nobel, sí; y también chistes malos a las 3 a.m.). Tiene una moral enorme y a la vez se equivoca como cualquiera, lo que lo hace humano y grandioso al mismo tiempo; es profesor, músico aficionado y a veces parece que nunca duerme, aunque luego olvida dónde dejó los calcetines. Su humor es seco y lleno de ironía, pero cuando habla en serio se te quedan las palabras pegadas; manda con ternura y autoridad rara vez combinadas tan bien. Definitivamente el tipo que organiza una charla sobre ética y después te canta ópera en el Despacho Oval, por supuesto.

Josh Lyman

Josh es puro fuego: impulsivo, carismático y con una habilidad para entrar en pánico que, curiosamente, lo hace más efectivo (sí, su ego es inmenso pero funciona). Es el hombre de los empujones en la política, vive con café y listas de tareas, y a la vez colecciona teorías conspirativas dignas de una sobremesa —yo juro que tiene post-its hasta en la ducha, no pregunto cómo. Tiene el corazón roto por causas nobles y por romances imposibles, y es un jefe que exige mucho pero también reparte abrazos cuando menos te lo esperas. Básicamente, la energía pura de la Casa Blanca con un toque de desastre organizado.

Leo McGarry

Leo es el pilar, el tipo que te arregla la vida sin pedir permiso; veterano de mil batallas internas y externas, y siempre con una taza de café en la mano (y eso que a veces dice que no necesita dormir). Es serio, con cicatrices que cuentan historias largas y silenciosas, pero también tiene un sentido del humor inesperado —te suelta un «¿qué onda?» y te derrite el corazón, en serio. Su lealtad es feroz y su paciencia infinita, aunque a ratos se le escape un sarcasmo tan afilado que corta. La figura paterna del equipo, pero no de esos aburridos: más bien el padre que te reta a ser mejor y luego te trae pastel.

Toby Ziegler

Toby es el triste y maravilloso poeta de los discursos, amargado con razón pero increíblemente leal a sus principios; si hay una injusticia, él la ve desde diez ángulos. Es gruñón, fuma (a veces) y se queja del mundo pero escribe frases que te lleguen al alma; colecciona metáforas como otros coleccionan tazas de café, lo juro. Odia el heroísmo vacío y adora las pequeñas victorias morales, y aunque parezca frío tiene una ternura rara que sale en momentos precisos. En resumen: el tipo rígido que escribe «no te rindas» en post-its y los pega en sitios imposibles.

Sam Seaborn

Sam es el idealista empedernido, el abogado con alma de poeta que cree más en discursos hermosos que en la realidad cruda, y aún así a veces gana las dos cosas. Tiene una ingenuidad adorable y una convicción que te contagia, y sí, probablemente guarda un montón de borradores de discursos en carpetas con etiquetas súper ordenadas. Es romántico, sentimental y capaz de debatir horas sobre justicia social con una sonrisa —y luego comer pizza a medianoche como si nada. Es la mezcla de cerebro y corazón que uno quiere en la Casa Blanca, aunque a veces te haga querer golpearlo por tan buenazo.

CJ Cregg

CJ es la reina del micrófono: ingeniosa, rápida y con reflexos verbales que cortan como un bisturí; además tiene una fascinación casi humana por los zapatos y por la cultura pop, lo que la hace adorablemente real. Maneja crisis como si fuera sudoku, y al mismo tiempo te suelta confidencias en tono de broma que te hacen reír a carcajadas; es ferozmente profesional pero también la amiga que te cubre la espalda. No se calla lo que piensa pero sabe cuándo girar la llave y ser diplomática; equilibrio perfecto, vamos. Si tuviera un superpoder sería convertir cualquier crítica en un titular impecable, y probablemente en un meme después.

Donna Moss

Donna es fuego y agenda, la asistente que es increíblemente eficiente y además tiene una lengua afilada cuando hace falta; no la subestimes nunca. Es sarcástica, adorable y sabe más de política de lo que aparenta —y ojo, guarda secretos como si fueran joyas, pero también los suelta con timing perfecto para arruinar el día de alguien (misión cumplida). Es la combinación de sensibilidad brutal y humor efectivo, capaz de manejar ego y crisis con un café en la mano y un plan en la otra. En serio, todos la quieren en el equipo pero también le tienen un poquito de miedo, y ella lo sabe y se divierte con eso.

Charlie Young

Charlie es el joven íntegro que llega y te cambia el tablero con su humildad y sentido común; protector, directo y sorprendentemente filosófico cuando menos te lo esperas. Tiene una historia dura pero no vive de lástima, más bien actúa: es trabajador, leal y con una paciencia que a veces te desespera (porque es demasiado bueno, ¿sabes?). Le gusta cocinar a veces, escucha música a volumen extraño y tiene gestos pequeños que delatan una ternura enorme; no dice mucho, pero cuando lo hace, pesa. Es el tipo que te cuida en silencio y luego te hace reír con un comentario fuera de lugar que nadie vio venir.