Sobre Inventing Anna en pocas palabras:

Inventing Anna es una serie original de Netflix basada en la verdadera historia de Anna Sorokin, una joven que se hace pasar por una rica heredera alemana y estafa su camino en los círculos sociales de élite de Nueva York. El programa explora temas de identidad, clase y el deseo de aceptación, mientras que la red de mentiras de Anna comienza a desmoronarse. Con un elenco de estrellas y una historia convincente, Inventing Anna es una serie imperdible para cualquier persona interesada en el lado más oscuro de la alta sociedad.

Conoce a los personajes de Inventing Anna

Jack Mercer

Jack es ese tipo secundario que, sin querer, siempre termina metido en el lío; parece calmado pero tiene esa chispa nerviosa que te hace sospechar. Tiene frases cortas, muchos cafés encima y mira mucho su teléfono, aunque dice que no le importa el drama (mentira, le encanta). A veces parece el amigo sensato y al minuto siguiente está haciendo algo impulsivo porque “ya, qué más da”, típico. No sé, lo imagino con una chaqueta gastada pero cara, y un gusto raro por las anécdotas largas que nadie pidió.

Alan Reed

Alan da la impresión de ser práctico y un poco frío, tipo “veamos números y salgamos de esto”, pero luego se le escapa un chiste malo que nadie esperaba. Está ahí para poner orden, o para fingir que lo pone; unas veces lo clava y otras parece que ni sabe qué está pasando — ese contraste es lo que lo hace interesante. Tiene ese aire de ‘yo tengo contactos’ que no siempre se prueba, pero funciona en la historia. Y sí, a veces come almendras en reuniones, lo juro, es un detalle random pero lo imagino así.

Chase Sikorski

Chase es el amigo leal… hasta que no lo es, jaja, es decir, muy buen tipo pero un poco ingenuo y muy de corazón grande. Le gusta impresionar a la gente con gestos enormes (reservas, entradas, shows), pero también se emociona con cosas sencillas como una buena conversación a las tres de la mañana. Tiene un humor torpe que lo hace entrañable y a la vez peligroso porque confía demasiado. Lo ves y piensas “ay, lo van a usar” y es casi inevitable.

Kacy Duke

Kacy es puro carisma y control; entrenadora, confidente, la persona que te dice la verdad aunque duela, y además con estilo, siempre. Es de esas que manejan crisis como si fuesen rutinas de gimnasio: firme, directa y con una playlist exigente de fondo. A veces actúa como si no le importaran los chismes, pero la realidad es que los sabe todos (no puede evitarlo). Me la imagino con gafas de sol pese a estar en interiores y gritando “¡vamos!” por motivos aleatorios.

Rachel Williams

Rachel es un torbellino de nervios y ambición, y eso la hace tan fácil de admirar como de quebrar; quiere la historia, pero también quiere entender a la persona detrás del escándalo. Es curiosa hasta la médula y eso la mete en situaciones incómodas — a veces por ética, otras veces por pura necesidad de saber más. Tiene dudas constantes, se reprocha cosas a medianoche y aún así al día siguiente vuelve a perseguir una pista con café y determinación. Y sí, llora en el metro alguna vez (o eso recuerdo), lo que la hace humana y, bueno, real.

Todd Spodek

Todd es el abogado que siempre parece tener la respuesta perfecta en la punta de la lengua; elegante, algo cínico, pero también sorprendentemente protector cuando quiere. Maneja palabras complicadas con una sonrisa y te convence aunque no quieras ser convencido, clásico. A veces parece que todo es estrategia y otras veces lo pillas mirando al vacío como si le pesara algo más profundo. Le imagino con un bolígrafo caro y notas en post-its por todas partes — orden caótico, vaya.

Neff Davis

Neff es el personaje que entra como brisa y se queda haciendo olas; simpática, práctica, con un humor muy suyo y una lealtad innegable. Tiene ese combo de sinceridad brutal y ternura que te sorprende cuando menos lo esperas. No siempre sabe qué hacer con la verdad pero la dice de todas formas, y por eso es tan imprescindible para la trama. A veces parece despistada y a la vez recuerda detalles que nadie más nota — contradictoria y adorable.

Vivian Kent

Vivian tiene el aire de la periodista vieja escuela: incisiva, elegante y un poco desgastada por la experiencia, pero con una mirada que atraviesa máscaras. Es la que te hace pensar dos veces antes de decir algo porque sabe qué podría pasar después; fría en la superficie, cálida cuando le conviene, supongo. Le encanta el control de la narrativa y tiene un sentido estético impecable (sí, hasta en las tazas de la oficina). A veces la ves sonreír y jurar que no tiene favoritos, pero todos sabemos que sí.

Anna Delvey

Anna es el huracán en versión humana, grandiosa, extravagante y totalmente adictiva; te atrae y te desespera a partes iguales. Vive en su propio universo de lujo y audacia, con planes que suenan imposibles y, sorpresa, a veces funcionan; es genial y peligrosa y, uff, tan performativa que a veces no sabes si es actriz, princesa o una mezcla extraña de ambas. Tiene momentos frágiles que aparecen de la nada y te hacen dudar de si hay más detrás de la máscara — y otras veces es simplemente implacable. Ah, y colecciona bolsos caros pero los combina con calcetines raros, algo que me encanta y confunde al mismo tiempo.