Sobre The Morning Show en pocas palabras:

The Morning Show es una serie dramática que sigue las vidas de los presentadores de televisión y ejecutivos tras un escándalo que sacude su red. Protagonizada por Jennifer Aniston, Reese Witherspoon y Steve Carell, la serie explora temas de poder, ambición y lealtad en el implacable mundo de la televisión matutina. Con su elenco estelar y una historia cautivadora, The Morning Show ha cautivado a la audiencia y ha ganado elogios críticos desde su debut en 2019.

Conoce a los personajes de The Morning Show

Alex Levy

Alex es esa presentadora clásica que parece hecha de acero y café —muy pulida, siempre impecable— pero debajo está hecha de cristal y recuerdos que la persiguen. Tiene una voz que manda silencio en la sala, y a la vez una inseguridad que se le asoma cuando nadie mira (y sí, hace gestos con las manos cuando miente, lo juro). Lidera con elegancia, exige lealtad y a veces se equivoca por orgullo; es implacable y a la vez tierna, contradicción total. También colecciona tazas de café feas y tiene una costumbre rara de revisar noticias a las tres de la mañana.

Bradley Jackson

Bradley es puro fuego: directa, sincera, con una rabia que se transforma en periodismo crudo y urgente, y por eso la amas o la odias (a veces las dos). No finje, no quiere cargos ni etiqueta, quiere contar la verdad aunque se meta en problemas; le sale el instinto protector y también la impulsividad. Dolida y noble, a veces parece que grita por todo y luego la ves arreglarle la vida a alguien en silencio. Ah, y tiene un peinado que cambia según su moral del día, cosa rarísima pero real.

Cory Ellison

Cory es el tipo que entra con una frase perfecta y se roba la escena: brillante, teatral, un poco teatrero, y con una intuición para la fama que da miedo. Es manipulador con estilo, quiere que todo sea espectáculo pero también ama los detalles burocráticos (sí, ese doble rasero existe). Tiene un encanto raro, mezcla de diplomático y terapeuta de marca, y parece saber siempre qué botón apretar (literalmente, casi le encanta apretar botones). A veces sorprende con una sensibilidad que nadie vio venir; contradictorio y adictivo.

Charlie “Chip” Black

Chip es el productor que ama la televisión casi como a una religión, un poco torpe socialmente pero con corazón gigante y una agenda llena de notas en post-it. Tiene una mente fría para la logística y a veces se pasa horas explicando un plano con pasión casi nerd, luego tropieza con la taza de café. Es leal, sentimental, un tanto hipóster en lo suyo; le importa mucho que el show sea “perfecto” aunque su casa sea un caos. También colecciona guitarras que raramente toca, y jura que una vez fue romántico de forma épica (no sé si creerle).

Hannah Shoenfeld

Hannah es la productora multisistema con lengua afilada y ojos siempre atentos; no le falles porque recuerda hasta la marca del bolígrafo que usaste. Escucha más de lo que habla y cuando explota salen perlas de sarcasmo y verdad que tienen filo. Profesional al límite, protege el equipo como si fuera su familia disfuncional favorita; dulce por fuera y letal en reuniones. Y sí, tiene una lista de reproducción clandestina de canciones ochenteras que la hace llorar a veces (eso no cuadra con su imagen, lo sé).

Yanko Flores

Yanko tiene ese combo de chispa y paciencia que lo hace indispensable: creativo, cercano, buen oído y mejor memoria para nombres (y para chismes). Parece tranquilo pero carga con una intensidad silenciosa, es como un volcán dormido con sentido común. Muy buen compañero, hace lo que haga falta sin selfies ni melodrama, y además cocina unas empanadas que son legendarias (no sé por qué lo sé). Contradictoriamente, le encanta el orden extremo en su escritorio pero su mochila parece una guerra civil.

Mia Jordan

Mia actúa como la brújula moral, serena pero con firmeza; la ves y sabes que conoce los límites y también cómo empujarlos cuando toca. Es profesional, calculadora en el mejor sentido, y protege su espacio con cortesía afilada; no es explosiva pero cuando habla te parte en dos. Tiene un sentido de la justicia muy personal y eso la hace peligrosa (para los hipócritas). A veces la ves demasiado formal y luego la pillas riendo a carcajadas con cosas ridículas — esa contradicción la hace humana.

Claire Conway

Claire es la millennial que intenta componer su mirada al mundo entre la ambición y la ansiedad; refrescante y frágil al mismo tiempo. Trabaja con intensidad y a menudo está a punto de quemarse por querer demostrar todo a la vez, pero también tiene una intuición extraña para detectar la verdad. Se le mezclan inseguridad y coraje, a veces parece perdida y luego toma una decisión como si tuviera todo planeado (no lo tiene, prometido). Además colecciona frases motivacionales que no siempre aplica, adorable y confuso.

Daniel Henderson

Daniel es el ejecutivo pulcro, traje perfecto, sonrisa amable, y la persona que hace que los números y las políticas parezcan menos insoportables. Administra crisis como si fueran puzzles y tiene una paciencia que asusta —o que a veces se llama cálculo frío—. Es muy racional pero también sorprendentemente sentimental en pequeños gestos, y guarda secretos como si fueran carpetas clasificadas (quizá lo son). Le gustan las reuniones eficientes y el jazz suave, una combinación extraña pero funciona.

Jason Craig

Jason es el presentador de la vieja escuela: seguro, encantador, un poco gato en cuanto a postureo, y con un ego que cabe en cada pupitre. Tiene la voz perfecta para la cámara y una vida pública que parece pulida —pero detrás hay inseguridades y arranques de vanidad que hacen la historia interesante. Competitivo, carismático y a veces sumamente insensible, pero también sabe cuándo pedir perdón (aunque lo haga a su modo). Curiosamente colecciona corbatas de colores que dice “me traen suerte”, y a veces le creo.

Mitch Kessler

Mitch es el presentador carismático con pasado complicado: talento bruto, encanto irresistible y errores que lo persiguen como sombra. Era la cara del show, experto en economía de palabras y en manipular la narrativa a su favor; luego la historia se complica (y bastante). Tiene momentos de arrepentimiento genuino y otros de negación sólida, un combo que lo hace impredecible. Ah, y fuma cosas que parecen sacadas de otra época (o eso narrativamente suena), es muy vintage en sus costumbres.