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¿Quién eres en Una Descubierta de Brujas según tus preferencias alimentarias?

¿Tienes un hambre insaciable por todo lo sobrenatural y anhelas deliciosas delicias? Bueno, prepárate para descubrir qué personaje de "A Discovery of Witches" eres según tus preferencias alimentarias. Toma nuestro cuestionario para descubrir si eres la ardiente Diana, el encantador Matthew o el aventurero Marcus. Desplázate hacia abajo, haz clic en el botón de inicio y ¡comencemos!

Bienvenido al cuestionario: ¿Quién eres en Una Descubierta de Brujas según tus preferencias alimentarias?

Sobre A Discovery of Witches en pocas palabras:

«A Discovery of Witches» es una serie de fantasía que gira en torno a Diana Bishop, una historiadora y bruja, que accidentalmente desbloquea un manuscrito hechizado en la Biblioteca Bodleiana de Oxford. Con la ayuda del vampiro Matthew Clairmont, Diana emprende un viaje para descubrir los secretos del manuscrito y protegerlo de las criaturas mágicas que quieren explotar su poder. Ambientada en lugares pintorescos del Reino Unido e Italia, la serie es una mezcla fascinante de historia, romance y lo sobrenatural.

Conoce a las brujas de Una Descubierta de Brujas

Matthew Clairmont

Matthew es ese tipo que parece tranquilo pero te perfora con la mirada cuando menos lo esperas; científico, vampiro y con un sentido de la moral muy raro que a veces choca con su sarcasmo. Es protector hasta el extremo, controlador en plan “sé lo que necesitas” pero luego hace cosas totalmente románticas que te sorprenden (no es un poeta, pero escribe cartas, o eso dice). Le encanta la música clásica y al mismo tiempo tiene manías de laboratorio súper nerd —microscopios y poemas, sí, todo junto—. A veces parece frío como un témpano y cinco minutos después está abrazando flores secas; no preguntes, él sabe por qué.

Diana Bishop

Diana es la mezcla perfecta de bibliotecaria obsesiva y volcán mágico; estudiosa, curiosa y con una vulnerabilidad que no la hace débil sino peligrosa porque cuando se enfada, vaya que reestructura la realidad. Es torpe en la vida cotidiana (se le suelen caer las cosas) pero letal con los rituales; una contradicción encantadora, vamos. Tiene una curiosidad imparable —te lee la historia de un manuscrito como si fuera una novela romántica— y encima guarda recetas de cocina que nunca hace (o quizá sí, ¿quién sabe?). En serio, es adorable y aterradora a la vez, y por eso la quieres aunque te haga spoilers de la historia familiar.

Emily Mather

Emily es ese personaje históricamente retorcido que sigue dando sombra desde el pasado: apasionada, vengativa y con una fijación enfermiza por ciertos rituales, tipo “no la ignores o te corta la cabeza” (metafóricamente… o no). Tiene una fachada de muñeca delicada que oculta un montón de rencor y estrategias maquiavélicas —muy teatral, un poco diva—. A veces parece frágil, otras veces actúa con la frialdad de quien ha planeado cien años de venganza, y luego te ofrece té como si nada (curioso, ¿no?). No es la típica villana, tiene capas, y esas capas son de las que vuelan en tormenta.

Sarah Bishop

Sarah es la tía con las manos en la masa, literal y figurativamente: práctica, protectora y con ese humor seco que te hace reír cuando menos quieres. Es muy terrenal —prepara guisos, guarda secretos en tarros de cristal— pero tiene una intuición que la conecta con cosas que no puede explicar (lo hace con cara de “yo no fui”). A veces es súper prudente y al rato se lanza a defender a los suyos como una leona, lo que es sorprendente porque parece tan normal, ¿sabes? Tiene un lado maternal que a veces raya en el control amoroso, pero lo hace con tanto corazón que perdonas casi todo.

Domenico

Domenico es fuego: pasional, impulsivo y con un ego que podría llenar una biblioteca (preferiría una colina, pero bueno). Le encanta provocar y está siempre al filo, demasiado orgulloso para pedir perdón y demasiado enamoradizo para no intentarlo a su manera torpe. Tiene un sentido del honor hablado en voz alta, y luego se mete en líos porque tiene menos paciencia que un gato con pulgas; es adorablemente frustrante. A veces es cruel, a veces es tierno, y a veces no sabes si está actuando o simplemente se olvidó de pensarlo bien.

Peter Knox

Peter es ese antagonista que no puedes dejar de mirar: ambicioso, calculador, y con una sed de reconocimiento que bordea lo patológico. Es encantador cuando quiere, manipulador cuando puede y bastante pedante con su propio intelecto —oh, y bastante competitivo, con los ojos siempre buscando ventaja. Tiene un carisma triste, como si le faltara algo que intenta cubrir con demostraciones grandiosas; a veces se muestra casi vulnerable y al minuto siguiente vuelve a ser el ogro. Curioso: colecciona cosas pequeñas y personales (sellos, pins, o huesitos de algo), lo que le da un toque raro y casi humano.

Gerbert D’Aurillac

Gerbert es frío y metódico, un erudito sin restricciones morales aparentes, tipo “la ciencia primero, la conciencia después” —y eso asusta bastante. Le fascinan los límites, los experimentos peligrosos y las reglas que puede doblar hasta romper; tiene esa mirada de quien calcula a diez movimientos por delante. A la vez, hay momentos en los que pone una canción triste en la cocina y hace té como si fuera normal —contradicciones, muchas—. Es el típico villano con guante blanco: elegante, culto y absolutamente implacable cuando se le antoja.

Susanna Norman

Susanna es la vecina aparentemente ordinaria que guarda una lealtad feroz y un humor mordaz; práctica, valiente y con un sentido de la justicia muy personal. Le gusta hablar con sinceridad brutal y a veces se mete en problemas por decir lo que todos piensan; te ríes y luego te asustas un poco por lo directa que puede ser. Tiene un lado hogareño —tazas de té, mantas viejas— pero también puede decidirse por el riesgo sin pensarlo dos veces, lo que la hace impredecible. Ah, y colecciona pequeños recuerdos de viajes que a veces confunde entre sí, lo que cuenta como encanto.

Satu

Satu es eléctrica: rápida, eficiente, con una lengua afilada y un sentido del deber que intimida; es la persona que organiza todo y te corrige en el primer minuto. Tiene un humor seco que brota en momentos horrible-mente perfectos, y aunque parezca fría suele proteger con uñas y dientes a su círculo cercano. Es muy leal pero también incomprensible a veces, actúa por lógica y luego suelta algo emotivo que te descoloca —sí, contradicciones otra vez—. Es práctica hasta el extremo y, sorpresa, le encantan los adornos kitsch en secreto; no se lo digas.

Ysabeau De Clermont

Ysabeau tiene esa presencia aristocrática que impone: elegante, controladora y con un amor maternal que viene envuelto en órdenes contundentes. Es estratégica, sabe moverse en la política y en la familia como si fueran piezas de ajedrez, pero no te equivoques: también siente tan fuerte que a veces explota en gestos grandilocuentes. Le encanta la etiqueta y la música fina, aunque a veces la pilles comiendo galletas en bata a medianoche (sí, lo hace). Es dura, sí, pero su vulnerabilidad aparece en momentos pequeños que te derriten sin querer.