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¿Qué personaje de ‘Estación Once’ eres tú?

¿Alguna vez te has preguntado qué personaje de Estación Once encarna mejor tu personalidad? ¡Ahora puedes descubrirlo con nuestro divertido cuestionario! Desde la resistente Kirsten Raymonde hasta el enigmático Arthur Leander, descubre con cuál personaje tienes más en común. Haz clic en el botón de inicio a continuación para comenzar el cuestionario y ver qué personaje de Estación Once se parece más a ti.

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Estación Once eres tú?

Sobre Station Eleven en pocas palabras:

Station Eleven es una novela post-apocalíptica de Emily St. John Mandel que sigue las vidas de un grupo de actores y músicos mientras navegan en un mundo diezmado por una pandemia. La historia salta hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, explorando los pasados de los personajes y sus luchas actuales por sobrevivir y reconstruir la sociedad. Con temas de esperanza, resiliencia y el poder del arte, Station Eleven es una conmovedora exploración de lo que significa ser humano frente a un desastre.

Conoce a los personajes de Estación Once

Dieter

Dieter tiene ese aire de músico clásico que parece haber vivido varias vidas paralelas; serio, profundo y extrañamente adorable cuando habla de partituras. A veces da la sensación de que todo le importa menos de lo que en realidad le importa (confuso, lo sé, pero es parte de su encanto). Le imagino siempre oliendo a roble y a té, y guardando una corbata que nunca se pone, o tal vez sí, no lo recuerdo bien. Es el tipo de personaje que te gana con pequeños gestos y luego te sorprende con algo totalmente inesperado.

Kirsten

Kirsten es pura intensidad contenida y una lealtad feroz por lo que ama (sobre todo por cómics raros, sí, ese detalle no lo derrochas). Actriz valiente, callada pero con un fuego interno que te hace confiar en ella sin pensarlo mucho; además, tiene esa mezcla de niña y veterana que es imposible ignorar. A veces parece dura como piedra y al segundo siguiente te regala una sonrisa triste — contradicciones, ¡me encanta! Tiene una memoria de cosas pequeñas que la hacen humana y peligrosa a la vez.

Jeevan

Jeevan es el tipo que no deja de preocuparse, en el mejor sentido; protector, práctico y con una vena de nerviosismo que lo hace entrañable. Antes era otra versión de sí mismo (más caótica, supongo), pero se ve que aprendió a armarse una vida con menos glamour y más sentido común — o al menos lo intenta. Es fácil imaginarlo con café en la mano, intentando calmar a todo el mundo y fallando gloriosamente a veces. Tiene esa mezcla de ternura y torpeza que lo convierte en el personaje al que siempre quieres llamar cuando todo se pone raro.

Clark

Clark es uno de esos coleccionistas de recuerdos humanos que guarda cosas como si fueran tesoros sagrados; nostálgico, obsesivo y felizmente excéntrico. Le encanta organizar el pasado en vitrinas y narrativas (sí, es un poco cuervo de museo), y hay algo muy entrañable en la manera en que intenta dar sentido al caos. A veces parece frío y académico, y a la vez sorprendentemente sentimental por dentro — casi contradictorio, pero real. Es el tipo que se queda horas viendo objetos tontos y encuentra en eso una especie de familia.

Frank Chaudhary

Frank tiene una calma casi imperturbable, como si el mundo pudiera arder y él se limitaría a encender otra taza de té; estable, práctico y con una paciencia de santo (o de un tío que ha visto demasiadas cosas). A veces tiene ocurrencias inesperadas y luego las niega como si nada, lo que lo hace misterioso en el buen sentido. No es el protagonista escandaloso pero su presencia sólida hace que todo lo demás tenga sentido; además, me lo imagino con una libreta donde dibuja cosas absurdas. Tiene detalles contradictorios (dice que no le gustan las sorpresas pero siempre parece preparar pequeños actos de bondad inesperada).

Alexandra

Alexandra es intensa, creativa y un poquito volátil — la clase de persona que te deja intrigado siempre. Tiene talento (en lo que sea que haga) y una manera de ver el mundo que es a la vez dolorosa y hermosa; se aferra a recuerdos como si fueran anclas. A veces es dulce, otras cortante, y en su despiste puede perder el metro pero recordar exactamente la letra de una canción que nadie más conoce. Es imperfecta, complicada y terriblemente humana; me encanta que no intenta encajar en nada.