Sobre Outer Range en pocas palabras:

Outer Range es una emocionante serie de televisión que sigue la vida de una familia que vive en una zona remota de las Montañas Rocosas. Con una mezcla de drama, acción y misterio, este programa lleva a los espectadores en un viaje a través del impresionante paisaje de la naturaleza mientras siguen las luchas de los personajes con la familia, los secretos y la supervivencia. Con un elenco talentoso y una trama intrigante, Outer Range es una visita obligada para cualquier persona que ame un buen misterio.

Conoce a los personajes de Outer Range

Royal Abbott

Royal es ese patriarca taciturno que todo el mundo espera que tenga la respuesta pero que, sorpresa, a veces ni él la tiene. Terco hasta el hueso, ama la tierra como si respirara y también como si fuera su única religión; hay algo eterno en la forma en que mira el horizonte, y a la vez se enoja por detalles ridículos (¿por qué siempre rompe los cubiertos?). Protector, sin duda, aunque su amor viene envuelto en gruñidos, silencios largos y ceños fruncidos; y sí, también le gusta tararear canciones viejas a las olvidadas tres de la mañana. A veces parece un hombre de una pieza, otras veces se le escapan momentos de duda que te dejan sintiendo que le conoces menos de lo que creías.

Cecilia Abbott

Cecilia tiene esa calma feroz que no estalla pero remueve todo; es la que sostiene la casa cuando los demás se dispersan, y lo hace con una paciencia que asusta. Inteligente, observadora y con una curiosidad secreta (colecciona recortes de prensa, o eso dice, pero también guarda piedras con nombres —no preguntes—). Hay algo que verla cocinar o arreglar la hacienda te dice más de ella que cualquier conversación, y también tiene una manera de soltar un comentario punzante justo cuando nadie la espera. A veces parece a la vez distante y la primera en notar cuando algo anda mal; contradicciones ricas, eso es Cecilia.

Autumn

Autumn es la chispa inquieta, la joven con ganas de huir y de quedarse al mismo tiempo; a veces melancólica, otras desafiante, anda siempre en movimiento aunque se la vea quieta mirando el cielo. Le encanta romper expectativas: la ves en botas embarradas pero también leyendo algo que nadie pensaría, y jura que odia la ciudad pero secretamente guarda canciones de ella. Tiene instintos protectores pero también un ego que la mete en problemas; es complicada, sí, y por eso la adoras. Ah, y colecciona plumas encontradas en la ruta; lo juro, las guarda en una caja roja.

Perry Abbott

Perry es fuego contenido, el tipo que te sorprende con un abrazo fuerte y al minuto siguiente te grita por estupideces; le cuesta mucho pedir ayuda, y todavía más aceptarla. Tiene heridas —no dramáticas, palpables— que lo hacen a la vez peligroso y entrañable; intenta ser hombre de acción pero también le encantan los libros raros, cosa que nadie ve venir. Pelea con el orgullo, y sin embargo cuida de quienes ama con una lealtad casi torpe. Si te lo cruzas en el taller o en el bar, no sabes si saldrás con una historia épica o con un secreto nuevo.

Rhett Abbott

Rhett es impulsivo, directo, el que enciende la hoguera con una mirada; orgulloso, a veces demasiado, pero cuando lo necesitas ahí está, aunque te haga pagarla con alguna bronca. Tiene un humor oscuro que aparece en los momentos más inoportunos, y una ternura inesperada que sale cuando menos lo esperas (sí, incluso con plantas, extraño pero real). Le encantan los retos y odia el estancamiento, así que si algo se mueve a su alrededor él ya está dispuesto a empujarlo aún si se cae la mitad del tiempo. Es leal a su modo: ruidoso, imperfecto, y definitivamente memorable.

Deputy Sheriff Joy

La subinspectora Joy es esa mezcla de sentido común y curiosidad que uno quisiera en todos los pueblos: pide explicaciones, pero con empatía, y no se conforma con respuestas fáciles. Tiene un instinto de detective —o de amiga insistente— que la lleva a fisgonear más de lo que debería, y su sonrisa puede desarmar una confesión. Ama la justicia pero no la burocracia; preferiría resolver las cosas hablando con la gente que rellenando formularios (y oye, también pierde las llaves todo el tiempo, lo juro). A veces parece demasiado optimista para este lugar, y otras te das cuenta de que esa esperanza es lo que lo mantiene todo en pie.

Wayne Tillerson

Wayne es el tipo de hombre que huele a poder y a cenas formales, ambicioso hasta lo absurdo y siempre calculando el próximo movimiento como si jugara ajedrez mental con la vida. Es astuto, a veces cruel, pero también sabe ponerse la máscara social perfecta; no es que no tenga gestos sinceros, es que los guarda para ocasiones muy raras (y quizás para quien menos te imaginas). Le gustan los objetos caros y las frases bien dichas, aunque sorprendentemente tiene manías humillantes, tipo coleccionar bolígrafos gastados —te juro que es verdad—. Su leitmotiv es el control: quiere dominar su mundo, aunque a veces ese control le vuelva en contra.

Luke Tillerson

Luke es la versión más compleja de la ambición juvenil: quiere agradar, pero también quiere demostrar que no necesita agradar, sí, lo sé, doble discurso clásico. Educado, inglés en apariencia, con algo de cinismo debajo, es capaz de discursos encantadores y también de silencios que incomodan. Tiene una vena vulnerable que aparece cuando menos lo esperas—escribió un poema una vez, o lo dijo en una fiesta, o tal vez lo soñé—y esa contradicción lo hace más real. En resumen: elegante, un poco calculador, y con remaches de arrepentimiento escondidos como si fueran post-its.

Billy Tillerson

Billy es el sobrino ruidoso que siempre trae problemas: directo, sin filtro, y con una lealtad que enloquece a quienes lo rodean; pelea por su gente y lo hace sin pensar mucho en las consecuencias. A veces parece un matón, pero también tiene detalles ridículamente tiernos (dice que no le gustan las películas románticas, pero las mira con la guardia bajada), y eso te descoloca. Es impulsivo, poco diplomático, y peligroso cuando se enfada, pero también es de los que pondría la mano en el fuego por un amigo. Si lo conoces lo recordarás siempre, por todo lo que dice y sobre todo por lo que no dice.