Sobre Shining Vale en pocas palabras:

Shining Vale es una serie de comedia negra sobre una familia disfuncional que se muda a una casa embrujada en un pueblo pequeño. Mientras intentan comenzar de nuevo, son perseguidos por su pasado y los fantasmas que acechan en su nuevo hogar. El espectáculo está protagonizado por Courteney Cox, Greg Kinnear y Mira Sorvino, y está lleno de humor, horror y drama familiar.

Conoce a los personajes de Shining Vale

Patricia Phelps

Patricia es un torbellino adorablemente roto, la típica mujer que intenta escribir su vida entre crisis de ansiedad y tazas de café frías. Se siente ferozmente protectora con su familia pero también tiene días donde literalmente quiere huir a Canadá (o a la ferretería, depende). Tiene manías raras —muerde la punta del bolígrafo, habla con las plantas— y a la vez se planta frente a lo imposible con una mezcla de humor negro y rabia sincera. No sé cómo lo hace, pero siempre acaba metiendo la pata y saliendo con una coreografía extraña de culpa y valentía.

Terry Phelps

Terry es el marido que cree que todo es un chiste (y a veces tiene razón), un tipo carismático en público y sorprendentemente inseguro en privado. Es famoso por sus comentarios sarcásticos y por coleccionar corbatas llamativas; también por desaparecer cuando hay que enfrentar problemas reales, lo cual es exasperante y humano. Lo quieres odiar y de hecho lo odias un poco, pero también se le escapa una ternura ridícula cuando menos lo esperas (como cuando cocina sin receta). En resumen: ego, amor propio flojo y momentitos brillantes de culpa honesta.

Rosemary

Rosemary es la hija adolescente que vive en modo permanente «no me hables» y aún así llama a la familia para reclamar comida a las tres de la mañana, típico. Le encanta lo oscuro, el horror y dibujar calaveras en cualquier libreta que encuentra, pero curiosamente se emociona con películas cursis de los 80 (sí, contradicción adorable). Tiene una actitud filo-filosa que protege una lealtad feroz y secretas vulnerabilidades (es decir, la chica que jura que no le importas y luego te saca del apuro). Ah, y mastica chicle como si fuera un ritual —rueda los ojos y lo hace ruidoso—, detalle importante.

Kam

Kam es el vecino que todos querríamos: práctico, directo, con una extraña habilidad para arreglar cosas y para decir la verdad en el peor momento posible. Es cálido pero sarcástico, un poco misterioso en sus aficiones (jura que no colecciona plantas, cuando claramente tiene 47), y siempre aparece con una herramienta o una receta casera. Le molesta el drama exagerado pero secretamente lo disfruta (shh), y tiene una paciencia de monje… hasta que no la tiene. A veces parece más fuerte de lo que en realidad es; otras veces llora con películas románticas —no es consistente, pero eso es lo bueno.

Gaynor Phelps

Gaynor es la madre que no olvida nada, la que guarda fotos, recetas y también rencores —pero no siempre en ese orden—; es mordaz, práctica y sorprendentemente manipuladora cuando quiere algo. Tiene una voz que te puede consolar o te puede hacer sentir como si hubieras cometido un crimen familiar; tiene opiniones fuertes sobre cortinas y sobre cómo llevar un duelo. Sus pequeños gestos (trenzar tu pelo cuando eras niño, cocinar sopa que sabe a hogar) chocan con su habilidad para dejar comentarios punzantes en la cena, lo cual es parte de su encanto y su terremoto. Y sí, tiene un cajón secreto con cartas que nadie debía leer, o tal vez son recetas, nunca se sabe.

Jake Phelps

Jake es el hijo mayor intentando ser adulto pero con estanterías llenas de cómics y un corazón demasiado blando para las noticias malas. Se viste como si quisiera pasar desapercibido pero tiene detalles ostentosos (una gorra rara, una pulsera que solo él entiende) y una mezcla de cinismo y dulzura que te atrapa. A veces parece que vive en modo «todo bien» y al minuto siguiente se derrumba con una canción triste; dramático pero adorable, vamos. Tiene manías de súper héroe (colecciona figuras, excepto los domingos que las ignora) y un sentido de responsabilidad que a veces lo aplasta.

Robyn Court

Robyn Court es esa figura enigmática —fluye entre ser amiga, consejera y enemiga ocasional— siempre demasiado elegante para la habitación pero con secretos bajo los tacones. Tiene respuestas perfectas y, honestamente, casi siempre tiene razón, aunque su forma de decirlo puede ser una puñalada envuelta en seda. Le gustan los detalles bonitos: tarjetas, bolsitas, frases que suenan profundas; también colecciona anécdotas que suelta en momentos incómodos. Es encantadora, manipuladora, carismática y confusa, y cuando menos lo esperas te cae bien (o te vuelves paranoico).

Joan

Joan es esa vecina mayor que lo sabe todo y lo cuenta todo, con una mezcla de dulzura y veneno que es imposible no amar u odiar (seguro que ambas cosas a la vez). Sus historias son medio verdad, medio leyenda, y siempre trae galletas que pueden o no contener algo raro —y ojo, las hace de memoria, sin receta escrita—. Tiene un humor seco, un pasado curioso y una habilidad para aparecer en los momentos más convenientes (y los más molestos). Te ofrece consejos no solicitados, te mira con evaluación profesional y luego te roba el corazón en cinco minutos, sí, eso hace Joan.