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¿Qué personaje de No Miren Arriba eres?

¿Estás curioso por descubrir qué personaje de la película llena de estrellas No Mires Arriba te pareces más? ¡Toma nuestro cuestionario ahora y descubre tu alter ego de No Mires Arriba! Con una mezcla de personajes serios, divertidos y excéntricos para elegir, seguro que te divertirás descubriendo quién eres más parecido. Entonces, ¿por qué esperar? ¡Haz clic en el botón de inicio a continuación y comencemos!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de No Miren Arriba eres?

Sobre Don’t Look Up en pocas palabras:

«Don’t Look Up» es una película de comedia satírica de desastres del 2021 dirigida por Adam McKay y protagonizada por un elenco de actores de primera categoría. La trama gira en torno a dos astrónomos que descubren un cometa que se dirige hacia la Tierra, pero luchan por convencer al mundo de su inminente peligro. La película aborda temas de política, medios de comunicación y la apatía de la sociedad hacia los problemas urgentes.

Conoce a los personajes de No Miren Arriba

Dr. Randall Mindy

Randall es ese científico adorablemente torpe que no sabe cuándo cerrar la boca y por eso lo queremos (o lo compadecemos). Nervioso, idealista, con una mezcla de encanto bobalicón y genuina desesperación por que lo tomen en serio; habla a mil por hora y luego se atraganta con sus propias palabras. Tiene un corazón inmenso y una inseguridad gigante, es ese amigo que te manda cinco mensajes seguidos y luego borra tres; a la vez parece más valiente de lo que cree, o al menos intenta serlo. A veces es un desastre, otras veces da la réplica más honesta del mundo, depende de si ha dormido o de si ha comido o si ha visto un meme sobre cometas esa mañana.

Kate Dibiasky

Kate es fuego puro: directa, enojada y con toda la razón del mundo aunque nadie la quiera oír (y gritas con ella, obvio). Es frontal, explosiva y un poco desaliñada pero con una integridad que te perfora el pecho; también puede ser vulnerable hasta el punto de hacerlo torpemente humano. No tiene filtro y eso la hace incómoda y maravillosamente real, como esa amiga que te dice la verdad aunque duela; y sí, a veces es contradictoria, se pone furiosa pero también flaquea y se pone a llorar de la rabia o del cansancio. Ah, y tiene un look que cambia según el humor: a veces parece una activista punk, otras un fantasma agotado, lo cual es parte del encanto caótico.

President Orlean

La presidenta Orlean es puro teatro: ego, carisma y una necesidad constante de salir bien en cámara, igual que una tía que siempre busca la foto perfecta en la cena. Superficial y calculadora, mezcla gestos de empatía con decisiones que huelen raro a encuestas y ratings; parece preocuparse, pero suele priorizar la imagen por encima de casi todo. Hay momentos en los que da la sensación de estar haciendo lo mejor posible —o al menos eso le gusta creer— y luego hace algo totalmente oportunista y uno se queda así, en plan “¿qué?”. Un personaje que da mucho juego porque a la vez es divertida y repugnante, lo cual es una combinación peligrosa y fascinante.

Brie Evantee

Brie es la presentadora perfecta para la era del click: bonita, calculada y con una sonrisa que puede vender desde desodorante hasta una crisis planetaria. Profesional, empática en dosis televisivas, siempre pendiente del rating y de cómo se ve la gente en pantalla; se preocupa por los likes casi tanto como por las vidas, lo cual suena frío pero a veces ella misma parece no saberlo. Tiene momentos de sinceridad auténtica (sí, de verdad) y otros en que te das cuenta de que está haciendo su trabajo de presentadora de televisión, que no es malo, solo complicado. Y ojo, tiene un armario increíble y un peinado que desafía la física, lo menciono porque importa para la vibra.

Dr. Teddy Oglethorpe

Teddy es el científico sereno que se lleva todo con calma glaciar, el tipo que habla bajito y de pronto te suelta una frase que te parte el pecho. Muy profesional, burocrático incluso, pero con una fe fría en la ciencia y en los procesos; parece un señor mayor que ha visto muchas cosas y hablamos en serio, muchas. A veces parece distante, otras tiene una calidez inesperada —un abrazo intelectual, raro pero sincero— y sí, es el equilibrio perfecto entre cabeza y corazón, aunque a ratos se pone excesivamente formal como si estuviera en una recepción gubernamental. Tiene pequeños hábitos adorables, como creer demasiado en los protocolos y en un té a las tres, aunque no estoy 100% seguro si es té o café, eso varía según la escena en mi cabeza.

Jason Orlean

Jason es el hijo bonito y algo inútil: le sale el carisma sin esfuerzo y la torpeza con igual facilidad, como si fuera un combo. Es leal a su madre hasta lo molesto, un poquito ingenuo, con aires de chico popular que en realidad no entiende ni la mitad de lo que pasa; a la vez puede ser incomodamente directo y ridículamente sensible, no hay término medio. Tiene frases hechas para todo y una sonrisa que desarma, pero cuando las cosas se ponen serias muestra una fragilidad sorprendente —o eso recuerdo, o me lo imagino, no sé—. En resumen, divertido, irritante y en el fondo un poco perdido, el tipo que no sabes si abrazar o regañar (mejor las dos cosas).

Peter Isherwell

Peter es el magnate tecnológico que parece salido de un anuncio de Silicon Valley y a la vez de una distopía, elegante, frío y con una sonrisa perfecta que asusta. Visionario al estilo “yo puedo arreglarlo todo con un algoritmo”, y sin embargo hay algo inquietantemente humano en su vanidad, como si las frases motivadoras fueran también su religión. Generoso a nivel de PR pero letal en decisiones, mezcla carisma cuasi mesiánico con una ética elástica; es el CEO que te ofrece una foto con él y un plan para venderte el fin del mundo. Tiene detalles raros, como un gusto por las metáforas grandilocuentes y la decoración minimalista, lo cual encaja demasiado bien y eso da miedo.

Jack Bremmer

Jack es el tipo duro del aparato, el oficial serio que intenta mantener la compostura cuando todo lo demás se desmorona; piensa rápido y habla con la voz de quien manda. Pragmático, a veces brusco, sabe jugar en el terreno político-militar y eso lo hace esencial aunque no siempre simpático; tiene esa cara de “ya lo soluciono” que a veces funciona y a veces suena a manta corta. Puede ser sorprendentemente humano en momentos íntimos (no muchas, pero ocurren), y también tiene un sentido del deber que raya en lo cabezota. Pequeño detalle: tiene una colección de bolígrafos buenísimos y te lo diría con orgullo, aunque no sé si eso lo hace más cool o más raro.