Saltar al contenido

¿Cuál es el villano de Brooklyn Nine-Nine que representa tu alter ego?

¿Eres fanático/a del exitoso programa de televisión Brooklyn Nine-Nine? ¿Alguna vez te has preguntado qué villano icónico del programa representa mejor tu alter ego? ¡No busques más! Toma nuestro divertido e interactivo cuestionario y descubre cuál de los astutos enemigos del programa se parece más a ti. Desde el amenazante Buitre hasta la impredecible Madeline Wuntch, este cuestionario te emparejará con el perfecto alter ego villano. Entonces, ¿qué estás esperando? ¡Haz clic en el botón de inicio a continuación y comencemos!

Bienvenido al cuestionario: ¿Cuál es el villano de Brooklyn Nine-Nine que representa tu alter ego?

Sobre Brooklyn Nine-Nine en pocas palabras:

Brooklyn Nine-Nine es una querida serie de televisión de comedia estadounidense que sigue las andanzas de los detectives de la 99ª comisaría del NYPD en Brooklyn. El programa cuenta con un talentoso reparto de actores, incluyendo a Andy Samberg como el torpe Detective Jake Peralta y a Andre Braugher como el estricto pero adorable Capitán Raymond Holt. La serie es conocida por su escritura ingeniosa, personajes hilarantes y momentos conmovedores, y ha ganado una base de fans leales desde su debut en 2013.

Conoce a los villanos de Brooklyn Nine-Nine

Madeline Wuntch

¡Wuntch es básicamente la némesis perfecta de la burocracia! Fría, cortante, y con una risa que suena como si estuviera archivando tu vida en una caja seca, siempre está dos pasos por delante en el juego de poder. Es elegante hasta en su desprecio, ama las reuniones largas y, curiosamente, colecciona tazas de té (aunque jura que no bebe té, lo cual puede o no ser cierto). Te hace sentir que estás en una película de espionaje administrativo, con puñaladas verbales y un gusto extraño por los planes retorcidos.

Keith Pembroke

El famoso «Vulture» es ese tipo que aparece justo cuando pensabas que habías cerrado todo y se lleva la gloria con una sonrisa insoportable. Suele ser arrogante, oportunista y con una moral muy flexible; también tiene esa confianza absurda que irrita hasta a los mármoles. A veces parece increíblemente despreocupado pero, eh, también afirma coleccionar pegatinas de motivos policiales —no sé si creerle—. En resumen: encanto pulido + dolor de cabeza asegurado.

Jimmy Figgis

Figgis es el típico capo que se piensa intocable: violento, paranoico y un poco teatral, pero con un ego gigantesco que a veces lo convierte en blanco fácil. Tiene un club de sicarios con más drama interno que una telenovela; también hay algo medio ridículo en cómo se preocupa por el «estilo» del crimen, supongo. Dicen que tiene una debilidad por las películas románticas (sí, en serio), lo cual lo hace cuatro veces más loco y dos veces más impredecible. Cuando aparece la palabra «Figgis», sabes que la situación se va a complicar y que hará algo sorprendentemente perezoso y brutal a la vez.

Eleanor Horstweil

Eleanor es la clase de villana que parece sacada de una mini serie indie: sofisticada, calculadora y con un pasado que nadie termina de entender (ni ella misma, probablemente). Mantiene un aura de control absoluto pero hay momentos en que se le escapa una sonrisa que te hace dudar de si es realmente malvada o solo muy cínica. Le gusta la literatura clásica y a la vez colecciona llaveros horribles —pequeños gustos contradictorios, ya sabes—. En cualquier caso, su presencia es elegante y peligrosa, y siempre trae giros inesperados.

Melanie Hawkins

Melanie es pura tensión contenida: fría, eficiente y con una mirada que igual te estudia que te intimida; es de las que hace el trabajo sin alardes pero con resultados terribles. Tiene esa habilidad de desaparecer y reaparecer como si fuera un fantasma urbano, y sí, probablemente tenga más disfraces de los que admitiría. Me encanta que aparenta calma zen pero en reuniones privadas gesticula como marioneta nerviosa —confuso pero cierto—. Es el tipo de antagonista que arruina planes sin necesidad de mucha fanfarria, lo cual la hace aún más inquietante.

Seamus Murphy

Murphy es puro viejo mundo criminal: violento, orgulloso y extremadamente tradicional en sus códigos (que por supuesto viola cuando le conviene). Imponente físicamente y con un temperamento que puede explotar en segundos, pero también es sorprendentemente ceremonioso: le gustan las cenas formales antes de ordenar el caos, lo juro. A veces canta (muy mal) canciones antiguas cuando está de buen humor, lo cual es a la vez hilarante y perturbador. Es la mezcla perfecta de respetable jefe mafioso y tío que te hace sentir pequeño en todas las reuniones familiares.

Dustin Whitman

Whitman tiene esa vibra de timador con traje carísimo que habla bonito y te vende un sueño que no sabías que no querías; encantador y un poco repugnante, en el buen sentido. Es inteligente, calculador, y le encanta jugar con las apariencias —a veces tanto que olvida sus propias mentiras, lo cual lo pone en problemas. Dicen que hace ejercicio hasta en vacaciones y luego se come un pastel entero a escondidas; contradicciones humanas, yo las adoro. Es perfecto para historias donde lo elegante se mezcla con lo sucio, y siempre deja una sensación de que hubo algo más debajo.

Ernest Zumowski

Zumowski es ese villano medio torpe, medio trágico, que parece sacado de una comedia negra: planea cosas enormes y luego falla por un detalle ridículo. Tiene momentos de maldad genuina pero también gestos sorprendentemente vulnerables (no es consistente, lo admito, pero lo hace humano). Le encanta la parafernalia tecnológica —o finge entenderla y no tiene ni idea— y tiene la costumbre de hablar consigo mismo en voz baja cuando está nervioso. En resumen: peligro real, ejecución cuestionable, y una buena fuente de memes en el precinct.