Sobre Happy Endings en pocas palabras:

Happy Endings es una serie de televisión cómica que se emitió desde 2011 hasta 2013. El programa sigue las vidas de seis amigos en Chicago mientras navegan por sus relaciones, carreras y dramas personales. La serie cuenta con una mezcla única de comedia y corazón, así como escritura ingeniosa y personajes identificables. Con su reparto de conjunto y situaciones hilarantes, Happy Endings se ha convertido en un clásico de culto querido entre los fanáticos del género de la comedia de situación.

Conoce a los personajes de Happy Endings

Jane Kerkovich-Williams

Jane es la piedra angular del grupo: práctica, organizada y con una confianza que intimida pero que, ojo, es más fachada que muro sólido. Abogada/gerente natural, siempre tiene un plan y un calendario, pero se enciende cuando algo le sale del guion (y baila sola en la cocina cuando nadie la ve). Cínica y sarcástica, ama el control y, sin embargo, tiene un hueco enorme para la gente que quiere; es estricta pero cariñosa, sí, contradicción total, lo sé. Le encanta criticar las comedias románticas y luego se sabe las líneas de memoria, no sé cómo es posible, es un misterio que disfruto. Siempre con tacones, pero capaz de tirarse al suelo por una causa justa o por un buen sándwich.

Alex Kerkovich

Alex es pura anarquía adorable: imprevisible, creativa y a veces tan loca que te hace reír y preocuparte al mismo tiempo. Siempre en metamorfosis — artista frustrada, DJ ocasional, vegana-selectiva (sí, eso existe) — con mínimo respeto por las normas pero máximo por sus amigos. Tiene un humor ácido y un corazón enorme, y puede ayudarte a cometer una locura o sacarte una sonrisa con una receta rarísima. Contradictoriamente organizada en su propio caos, guarda lista de tareas en servilletas y las pierde con estilo.

Dave Rose

Dave es el millennial rico pero emocionalmente complejo del grupo: vanidoso, impecable y con un guardarropa que debería tener su propio código postal. Se pavonea, exige atención y luego se derrumba con una sinceridad dolorosa — sí, lloras por él a pesar de ti mismo. Es sarcástico, mordaz y tremendamente leal; actúa como diva y protege como hermano mayor cuando hace falta. Ama la moda, el brunch y los pequeños lujos, pero también tiene un lado tierno que colecciona discos y escribe cartas raras a la gente que quiere. A veces parece que se contradice solo para mantener la trama interesante, gestos grandiosos y gestos diminutos al mismo tiempo.

Max Blum

Max es el alma nerd-cariñosa del grupo, un tipo hilarante, sarcástico y capaz de lanzarte un chiste raro en el peor momento posible. Le encantan las cosas pequeñas: los musicales, las referencias frikis, las plantas de interior a las que habla (no me juzgues) y un amor incondicional por sus amigos. Es perezoso pero responsable a su manera; no es el que planifica, pero aparece exactamente cuando se necesita, siempre con una anécdota vergonzosa. Dicen que no quiere ataduras y luego le pones una serie romántica y es el primero en abrazarse al sofá, contradicción adorable.

Brad Williams

Brad es el típico guapo con sonrisa ganadora, exjugador de fútbol convertido en ejecutivo encantador, con un ego del tamaño de su dentista (en serio). Orgulloso, competitivo y absolutamente convencido de su atractivo, pero también sorprendentemente inseguro si lo miras de cerca — una mezcla peligrosa y adorable. Es el chico que lidera las fiestas, hace chistes malos y luego se queda para consolarte cuando te rompen el corazón; tiene un lado dulce que nadie espera. Se jacta de ser el macho alfa y luego colecciona cojines decorativos, sí, incoherente pero real.

Penny Hartz

Penny es un huracán de energía: impulsiva, dramática, cariñosa y con una lista de trabajos fallidos que podría ser un musical (y probablemente lo ha intentado en su cabeza). Tiene una autoestima volátil, sueños enormes y estrategias cuestionables para la vida amorosa, pero su lealtad es inquebrantable, aunque lo niegue. A veces es la amiga que monta un plan ridículo a las 2 a.m. y otra vez la que te aconseja con una sinceridad brutal; dos caras, mismas ganas. Habla fuerte, abraza más fuerte y colecciona tacones y tazas con mensajes motivacionales; no es consistente, pero qué diablos, nos encanta. Tiene frases hechas que repite como mantras y luego las rompe en el momento más caótico — la contradicción particular que la hace humana y totalmente memorable.