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¿Qué personaje de ‘Tokyo Vice’ eres?

¿Alguna vez te has preguntado con qué personaje de Tokyo Vice te identificas más? ¡Ahora tienes la oportunidad de descubrirlo con nuestro cuestionario de personajes de Tokyo Vice! Ya sea que te veas a ti mismo como el impulsado y decidido Jake Adelstein o como el duro y astuto oficial de policía Mori, este cuestionario te ayudará a descubrir con qué personaje te identificas más. Haz clic en el botón de inicio a continuación para comenzar el cuestionario y descubrir tu alter ego de Tokyo Vice.

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Tokyo Vice eres?

Sobre Tokyo Vice en pocas palabras:

Tokyo Vice es una serie de drama criminal cautivadora que sigue la historia de Jake Adelstein, un periodista estadounidense que se muda a Japón y se enreda en el peligroso y corrupto mundo de la Yakuza japonesa. Basada en las experiencias reales de Adelstein, la serie explora las complejas relaciones entre el crimen, la política y los medios de comunicación en el Tokio moderno. Protagonizada por Ansel Elgort como Adelstein y Ken Watanabe como su mentor, la serie es imprescindible para los fans de los dramas de crimen real.

Conoce a los personajes de Tokyo Vice

Samantha

¡Samantha es ese tipo de personaje que te atrapa enseguida, un torbellino de energía y nervios que siempre llega tarde pero nunca pierde el punto! Periodista/bootlegger/ángel caído — depende de cómo te lo cuenten — súper lista con contactos por todas partes y con un gusto ridículo por los bares que nadie normal conoce. Tiene un corazón enorme aunque a veces actúe como si no le importara nada (spoiler: sí le importa, muchísimo, solo que lo oculta con sarcasmo). Ah, y colecciona posavasos o me lo invento yo, pero jura que es para investigación; también odia el karaoke pero aparece en los peores a las tres de la mañana.

Jake Adelstein

Jake es el reportero obsesivo que no te deja dormir, siempre con una libreta desordenada y más coraje que sentido común a veces — y lo digo con cariño. Profesional hasta la médula, pone la verdad por delante, pero también se mete en líos que te hacen morderte las uñas; moral complicado, claramente. Ama los datos, odia la burocracia, y a pesar de todo eso tiene una suavidad rara cuando habla de la gente que intenta ayudar (sí, es contradictorio, está bien). Café en mano, a veces escribe en servilletas y otras en archivos impecables; un detective con bolígrafo más que con placa.

Hiroto Katagiri

Katagiri es el tipo calmado que sostiene todo con una mirada — veterano de la vieja escuela, serio y con códigos firmes aunque no sea perfecto. Mentor frío por fuera, sorprendentemente tierno por dentro (no se lo digas a nadie), sigue reglas pero sabe cuándo romperlas, y de repente te saca un consejo que parece salido de un cuento. Es metódico, fuma cuando está estresado (o tal vez fue solo una vez, no sé), y tiene esa paciencia que se confunde con resignación hasta que explota, claro. Lleva un cuaderno que nadie debería ver; hay dibujos raros en él, sí, lo juro.

Polina

Polina es pura magnetismo: elegante, afilada, y con una historia que siempre sospechas que es más oscura de lo que admite. Multilingüe, misteriosa y con una mezcla de fragilidad y dureza que te deja pensando «¿quién es en realidad?» — no es ni víctima ni villana, es un enigma que hace lo que necesita para sobrevivir. Le encanta el drama y también la pasta (o se la imagino comiendo ramen a medianoche, no recuerdo exactamente), y tiene un humor sarcástico que corta en dos. A veces se muestra fría como el hielo, otras veces se derrite con una canción triste; esas contradicciones la hacen humana y adictiva.

Eimi

Eimi es como una chispa: alegre, feroz y un poco impredecible, la típica persona que sonríe mientras trama algo brillante. Es joven, ambiciosa y terriblemente leal a su gente; tiene metas enormes y a la vez pequeños miedos que salen cuando nadie la mira (y sí, a veces llora viendo una telenovela — lo digo yo, la vi hacerlo). Se mueve entre brillo y acero, y su encanto es real aunque a veces use una armadura de risas. Tiene una colección de figuritas de anime en su cajón y dice que no le importa porque «son para inspiración», claro.

Sato

Sato es el tipo duro que no necesita gritar para imponer, manos callosas, mirada fría y un código que respeta más que a su propia familia (o eso aparenta). Es leal a lo suyo, a veces intimidante, pero con destellos de honor que sorprenden — puede ser brutal y después ofrecer un cigarro como gesto extraño de cortesía. Hay gente que lo teme y gente que lo respeta, y la verdad es que su silencio dice más que mil discursos; no es el típico villano, tiene capas. Y sí, probablemente hace origami en momentos raros o lo estaba soñando, pero te juro que lo imagino doblando una grulla en el coche.