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¿Qué personaje sobrenatural sería tu enemigo principal?

¿Eres fan de la exitosa serie de televisión Supernatural y alguna vez te has preguntado qué personaje del programa sería tu principal enemigo? ¡Bueno, no te preguntes más! Toma nuestro cuestionario y descubre qué villano de Supernatural haría que tu vida fuera una pesadilla. Desde el demonio Azazel hasta el Leviatán Dick Roman, hay una gran cantidad de peligrosos enemigos para elegir. Entonces, ¿qué estás esperando? ¡Desplázate hacia abajo y haz clic en el botón de inicio para comenzar el cuestionario y descubrir a tu némesis sobrenatural!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje sobrenatural sería tu enemigo principal?

Sobre Supernatural en pocas palabras:

Supernatural es una popular serie de televisión estadounidense que se transmitió durante 15 temporadas desde 2005 hasta 2020. El programa sigue a los hermanos Winchester, Sam y Dean, mientras cazan criaturas sobrenaturales y resuelven misterios paranormales en todo Estados Unidos. Con una mezcla de acción, terror, comedia y drama, Supernatural ha construido una enorme base de fans a lo largo de los años y se ha convertido en un fenómeno cultural por derecho propio. El programa cuenta con un impresionante elenco de personajes y ha generado numerosos spin-offs y mercancía.

Conoce a los enemigos sobrenaturales

Crowley

Crowley es el rey de los demonios con más estilo y sarcasmo que te puedas imaginar, ese que entra con un cigarro y una sonrisa y ya sabes que algo malo pero delicioso va a pasar. Tiene un sentido del humor tan ácido que a veces pienso que es más bromista que cruel, y luego oh sorpresa: te vende el alma y te ofrece un té (dice que no le gusta, pero nunca rechaza una taza). Es un manipulador brillante que ama los planes complicados y las traiciones con etiqueta, aunque también se le cae la guardia con un buen comentario sobre su madre (no preguntes, es un tema). Y, por supuesto, adora los trajes; quizá demasiado, pero ¿quién soy yo para juzgar a un rey con gusto impecable?

Abaddon

Abaddon es pura guerra y cuchillos con un encanto retorcido, la clásica guerrera demoníaca que no pide permiso para entrar en una sala y hacerse cargo de todo; muy eficiente y con cero paciencia para tonterías. Tiene un aire de caballero oscuro, educada en modales antiguos pero con un machete bajo la falda, lo cual es una combinación inquietantemente efectiva. A veces parece que disfruta tanto de la disciplina que podría dar clases de etiqueta y tortura al mismo tiempo, y otras veces sólo quieres que alguien le ofrezca un café porque, en serio, ¿no puede relajarse? No es tierna, no pretende serlo, y cuando decide que eres un problema ya estás en su lista, sin posibilidad de apelación.

Demon Dean

Dean cuando está demonio es puro caos con sonrisa de niño malo: tiene los mismos botones que conoces pero presionados de forma maliciosa, y eso lo hace extra, extra peligroso. Le encanta fastidiar a la gente, meter sarcasmos donde no vienen y adoptar gestos casuales para esconder que está disfrutando de cada segundo de maldad; eso sí, a veces canta en la ducha—o eso juraría—y luego niega haber cantado jamás. Es terrible y a la vez sorprendentemente ingenioso, como si su pasado humano le diera recursos inesperados para manipular a los demás; aunque no es constante, a veces muestra destellos de cariño que confunden hasta a las piedras, o al menos a su coche. En resumen: impredecible, encantador demente y con una afición inexplicable por la comida chatarra, lo cual lo hace aún más humano-malo.

Rowena

Rowena es la abuela bruja que te regala hechizos y también te menciona su linaje como si fueran medallas, glamorosa, orgullosa y un poquito dramática (vale, mucho). Tiene una habilidad para los conjuros y para las manipulaciones que te deja pensando «¿cómo no la vi venir?» y luego recuerdas que no querías verla venir porque vaya, spoilers. Le encanta presumir sus logros, acicalarse y hacer té raro—a veces te ayuda, a veces te traiciona, depende de su humor y de cuánta crema haya en su pastel ese día. Y, por si fuera poco, parece que cambia de bando por motivos tan banales como una receta nueva o un insulto bien logrado, lo que la hace peligrosa e imprevisible.

Azazel

Azazel, el Demonio de Ojos Amarillos, es ese tipo elegante y perverso que sonríe como si supiera un chiste macabro que nadie más entendiera; manipulador nato y con un gusto particular por experimentar con humanos (sí, niños incluidos, y no, no es simpático). Habla como un caballero pero actúa como un científico loco, mezcla perfecta de cortesía antigua y sadismo calculado, y tiene un brillo en los ojos que te obliga a desconfiar incluso de las flores que te ofrece. A veces se comporta como si creyera en el destino de forma teatral, y otras veces parece que improvisa por puro placer, lo que lo hace impredecible hasta para sus propios planes. Es frío, eficiente y con ese falso carisma que te hace preguntarte por qué confiabas en alguien así en primer lugar.

Lilith

Lilith es aterradora en un sentido muy antiguo; es como si la maldad tuviera un nombre y decidiera ponerse elegante antes de arruinarte el día, muy sutil pero con objetivos enormes. Tiene un aura de paciencia infinita, como quien espera el momento perfecto para apretar un botón que ni sabías que tenías, y a la vez canta nanas siniestras en momentos que no tienen sentido, lo cual no ayuda a dormir. Es directa, no pierde tiempo en preámbulos, pero curiosamente parece tener un código propio —a veces más humano del que quisieras—y eso confunde un poco porque esperas monstruosidad pura y te topas con matices. En definitiva, antigua, cruel y con hábitos domésticos rarísimos, si le ofreces pastel quizá te lo perdona o te lo roba: depende del humor demoníaco del día.

The Darkness

La Oscuridad, o Amara si te pones íntimo, es muchísimo más grande que cualquier idea de «mala»; es visceral, primordial y tiene una personalidad de esos que derriban mundos mientras desayunan. Es caprichosa como un niño con poderes cósmicos: un rato quiere abrazos y al siguiente borra continentes, y eso hace que nadie sepa si acercarse con flores o con armas nucleares (metafóricamente, aunque a veces literal). Hay algo muy triste en ella también, como si reclamara cariño de formas que no son sanas, y eso la hace extrañamente comprensible y a la vez aterradora; además, colecciona conchas por alguna razón discutible. En resumen: hermosa, devastadora y con una ternura torpe que solo empeora todo, no es la clase de «enemigo» que olvidas.

Lucifer

Lucifer es el showman absoluto: elegante, teatral, con ese ego enorme que podría ser un turismo en sí mismo, y sí, también un manipulador con gusto por la filosofía y las metáforas dramáticas. Te seduce con palabras bonitas, poesía y promesas de libertad, mientras te mete una trampa con una sonrisa tan perfecta que casi la aplaudes; a veces parece aburrido y entonces crea tragedias solo por diversión, lo cual es… escalofriante. Tiene momentos de encanto genuino, o al menos actúa tan bien que te hace plantearte si podría ser bueno en un universo alternativo donde decide ser blogger en lugar de señor del infierno. En fin: carismático, peligroso, con debilidad por los monólogos largos y las entradas triunfales, y sí, probablemente tiene un vestuario increíble.

Metatron

Metatron es el guionista celestial que se creyó más que un escritor y se volvió villano por una combinación de resentimiento y egobús totalmente identificable, en el mal sentido. Es pedante, obsesionado con el orden y con anotar cada detalle como si el mundo fuera su libreta personal, pero también tremendamente inseguro, lo que le da esa mezcla molesta de sabio-amargado. A veces habla como si dictara un capítulo y otras se pone tan humano que casi te hace reír —y luego lo traiciona todo con una frase grandilocuente—, así que nunca sabes si está escribiendo la verdad o el tráiler de su próximo drama. En resumen: sabelotodo, rencoroso y peligrosamente literario; un enemigo que cree que sus palabras pueden rehacerlo todo, y a veces, sorpresa, quizás tengan razón.