Sobre The Time Traveler’s Wife en pocas palabras:

La esposa del viajero en el tiempo es una serie de televisión de ciencia ficción romántica basada en la novela del mismo nombre de Audrey Niffenegger. El programa sigue la historia de Henry DeTamble, un hombre con un trastorno genético raro que lo hace viajar en el tiempo sin control, y su esposa Clare Abshire, quien debe aprender a navegar su relación única y los desafíos que conlleva. La serie explora temas de amor, destino y las consecuencias de nuestras acciones.

Conoce a los personajes de La esposa del viajero en el tiempo

Clare Abshire

Clare es ese tipo de personaje que te parte el corazón de amor y te lo recompone al mismo tiempo; es paciente hasta lo ridículo y terca como nadie, pero también tiene una ternura que te sorprende porque no va con su cara de dura. Artista, coleccionista de recuerdos (fotos raras, boletos muertos, anécdotas que guarda en cajitas), y siempre con una casa medio desordenada pero perfectamente suya — no preguntes por sus plantas, algunas sobreviven y otras no. Vive esperando y aceptando al mismo tiempo, lo cual suena contradictorio pero en ella funciona; aguanta mucho porque ama mucho. Ah, y siempre tiene una historia de infancia que cuenta en el peor momento posible, como si fuera su superpoder incómodo.

Henry DeTamble

Henry es el viajero — literal — y eso lo define y a la vez lo consume; encantador, agotado y con una ironía que te hace reír aunque esté en medio del desastre. Es valiente de formas extrañas (se lanza al vacío temporalmente y luego te trae un libro con manchas de café), y a la vez muy vulnerable: carga con cosas que no puedes imaginar y a veces ni él entiende por qué perdió las llaves de su vida. Tiene esa mezcla de sabio improvisado y niño perdido; un día te recita poesía y al siguiente cocina pancakes a las tres de la madrugada. Pequeño detalle: odia los paraguas, o eso dice, pero siempre aparece con uno roto en la mochila, no sé por qué.

Gomez

Gómez es el amigo que todos queremos y también el que te mete en líos; ruidoso, leal y con sentido del humor medio desfasado, y sí, a veces parece que no se toma nada en serio pero en el fondo cuida a la gente como si fuera su familia. Tiene historias exageradas que sospechas que al menos la mitad son verdad; canta en reuniones como si fuera un musical improvisado (y a veces lo es). Es práctico pero romántico a su manera, y guarda pequeños rituales raros — colecciona bolígrafos que no escribe nadie, por ejemplo. Te hace sentir en casa, aunque su casa sea un caos controlado por él mismo.

Charisse

Charisse entra como una ola distinta: elegante, segura, con una presencia que corta el aire y con ganas de estabilidad (o de aparentarla, a veces no sabes bien). Tiene una mezcla de frialdad calculada y gestos inesperadamente afectuosos; es dulce cuando le conviene, pero también puede ser dura porque la vida la obligó. A veces parece entender a Henry y otras no, lo que la vuelve intrigante y un poco triste; tiene buenos vestidos y malos temperamentos, y sí, colecciona velas aromáticas que nunca enciende. Es un personaje de contrastes, glamouroso pero con grietas humanas que aparecen sin avisar.

Philip Abshire

Philip es ese padre con voz grave y manos que han hecho de todo; protector, un poco brusco a la hora de decir las cosas, pero dispuesto a hacer cualquier cosa por su familia. Le gustan las cosas sencillas: jazz a las tres de la tarde, leer el periódico (aunque media página y se duerme) y contar una anécdota vieja que de alguna forma siempre mejora con el tiempo. Es práctico, pero tiene momentos de ternura inesperada que te derriten — como regalar algo totalmente inapropiado pero lleno de sentido. Y sí, jura que su coche es invencible aunque esté hecho polvo.

Lucille Abshire

Lucille es fuego con trenzas, una madre que suena dura pero cuida con uñas y dientes; tiene opiniones fuertes, manos en la masa y una risa que llena la casa. Cocina cosas que nadie recuerda exactamente cómo se llaman pero que todos devoran, y tiene una habilidad para poner orden en el caos que parece magia. A veces se enoja por tonterías y otras se queda callada como si guardara un secreto enorme — contradicción clásica que la hace real. Tiene un gusto cuestionable por las plantas en maceta que mueren por misterio, pero las intenta una y otra vez.

Alicia Abshire

Alicia es drama y lealtad en dosis iguales; hermana que brilla, que se equivoca a lo grande y vuelve con más fuerza porque así es ella — impulsiva, cariñosa y ruidosa. Se mete en romances complicados y sale con historias que son perfectas para cenas largas (o para llorar, depende del vino). Tiene un sentido práctico sorprendente cuando hay que ayudar, y una tendencia a comprar zapatos que no combina con la economía familiar, pero eh, vive intensamente. A veces parece que no hace planes y justo por eso siempre aparece en el momento correcto.

Annette DeTamble

Annette es esa madre que parece un faro: cuidó, sostuvo y a veces se rompió intentando no hacerlo; fuerte, valiente y con cicatrices que no siempre se ven. Es paciente con Henry de formas que dan ganas de aplaudir y a la vez tiene límites claros porque sobrevivir también implica ponérselos. Tiene manías domésticas (los cortinados deben estar bien, ojo) y una capacidad de perdonar que asusta y conmueve — no sabría decir si es heroína o mártir, y tal vez sea las dos. Y sí, tiene un bolso lleno de cosas inútiles y útiles a la vez.

Richard DeTamble

Richard es el padre ausente-presente: serio, callado, pero con una lealtad de acero; no es el más expresivo, pero si necesitas algo ahí está, aunque sea con un gesto mínimo. Le gustan las cosas hechas bien, los pequeños arreglos domésticos y los silencios que dicen más que mil palabras. Tiene un humor seco que sale inesperadamente y te hace reír a carcajadas cuando menos lo esperas. Es simple en apariencia pero con capas (como una cebolla que se queja si la pelan).

Nell

Nell es luminosa y ferozmente curiosa; le encanta saberlo todo y se lanza a la vida con una valentía que asusta y enamora, además es esa hija que no pasa desapercibida ni aunque lo intente. Tiene intereses peculiares (colecciona piedras, canta canciones raras en la ducha) y un talento para ver lo profundo en lo cotidiano; te derriba con una línea bien puesta. Es intensa, a veces incomprendida, y su presencia deja una marca que no se borra fácil. Pequeño detalle: jura que odia los girasoles pero siempre tiene uno escondido en su mochila, no sé por qué.