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¿Quién eres según tus preferencias alimentarias en What We Do in the Shadows?

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Bienvenido al cuestionario: ¿Quién eres según tus preferencias alimentarias en What We Do in the Shadows?

Sobre What We Do in the Shadows en pocas palabras:

«What We Do in the Shadows» es una serie de televisión de comedia de terror estilo falso documental basada en la película del mismo nombre de 2014. La serie sigue las vidas de cuatro vampiros que viven en la actualidad en Staten Island, mientras navegan por las complejidades de la inmortalidad y los desafíos de vivir juntos. Con un elenco de personajes peculiares y divertidos, este programa es una visita obligada para los fanáticos del humor extravagante y lo sobrenatural.

Conoce a los vampiros de What We Do in the Shadows

Nandor

Nandor es el líder autoproclamado del grupo, una mezcla extraña de nobleza medieval y desconcierto moderno que da risa y respeto al mismo tiempo. Siempre está contando batallas y títulos (a veces sospechas que se los inventa sobre la marcha), y al mismo tiempo se pierde en el supermercado porque las latas le miran mal. Es orgulloso, dramático y secretamente sentimental; un guerrero con corazón blando y ego enorme. Le encanta dar órdenes grandilocuentes y después pedir que le planchen la capa, y sí, jura que los kebabs a las tres de la mañana son un rito ancestral aunque también adore la pizza.

Laszlo Cravensworth

Laszlo es puro teatro y decadencia elegante: cínico, delicioso y con una gracia horriblemente encantadora. Vive para la música (toca algo, no sé si es violín o guitarra, probablemente ambos) y para los chistes crueles que suenan peligrosamente sinceros. Es fiel a Nadja en su estilo grotescamente romántico, rara vez muestra ternura pero cuando lo hace es gigante y extraño. Tiene un código de caballero vampiro muy suyo, fabrica sombreros raros y puede pasarse horas en pijama profiriendo insultos poéticos, así que nunca sabrás qué esperar.

Nadja

Nadja es pura energía: manda en la casa con mano de hierro y un glamour antiguo que te atrapa al instante. Es sensual, feroz y siempre tiene una anécdota de hace doscientos años que suelta sin venir a cuento (a veces habla en otro idioma y te confundes pero la admiras igual). Ama el drama romántico (obsesa con un amante humano, o fantasma, o ambos — depende del episodio), y además es sorprendentemente maternal cuando le da la gana. Habla con acento loco, cambia de humor en un parpadeo y puede convencerte de un plan imposible en cinco palabras; encantadora y peligrosa, a partes iguales.

Guillermo de la Cruz

Guillermo es el familiar perfecto: ordenado, leal hasta el punto de martirio y con una paciencia que parece no tener fin. Sueña con convertirse en vampiro pero también disfruta arreglar cosas, cocinar y ver realities; sí, es contradictorio y por eso lo quieres. Tiene ese instinto Van Helsing que sale a la luz cuando menos te lo esperas, y es sorprendentemente bueno en la caza (pero sigue trayendo galletas a la mesa). Se sacrificaría por sus jefes vampiros y luego volvería a colocar la vajilla, siempre con esa mezcla de culpa, humor y esperanza—y, por cierto, colecciona abrigos, detalle pequeñito pero real.

Colin Robinson

Colin Robinson es el energy vampire personificado: aparentemente aburrido, y sin embargo letal si te quedas a escucharlo demasiado tiempo. Se alimenta del tedio y la burocracia (amante de las hojas de cálculo y las presentaciones), y tiene la paciencia metódica de quien sabe que las conversaciones largas son un arma. A veces parece invisible, otras disfruta siendo el centro de la apatía; cuando se enfada deja de ser monótono y te atraviesa con verdades incómodas. Es seco, organizado hasta lo obsesivo y guarda bolígrafos por razones misteriosas—probablemente ninguna buena, pero muy suyo.